La izquierda colombiana se divide en dos grandes sectores. Una, más ligada al viejo comunismo, con la idea de la lucha de clases, la agudización de las contradicciones, y la posibilidad de un cambio de sistema, es la más pequeña y minoritaria. O mejor, cada vez es la más reducida.
Luego está lo que podría denominarse la nueva izquierda, más parecida a la europea, que en general tienen las aspiraciones de lo que se llaman los valores posmateriales; es decir, en busca de la equidad de género y respeto a las minorías. Además, es la izquierda ambientalista, animalista y que busca la equidad sin modificar el sistema. Los primeros no votan o los que votaban eran una minoría. Ahora se especula que desde este año podrían comenzar a votar, seguramente por la Farc. Los segundos votaban, pero son una franja pequeña de la sociedad colombiana.
Para el año 2014, en las elecciones a Congreso, votaron poco más de 14 millones de personas, y la izquierda, para ese año, obtuvo 541. 145 votos con una única lista, que era la del Polo Democrático. Para las elecciones de 2018 el censo electoral está cercano a las 36 millones de personas, de las cuales, se cree que votarán alrededor de 16 millones; es decir, que el umbral electoral podría estar entre los 460.000 y 480.000 votos. El tema es que esta vez la izquierda no va con una lista, sino con tres: la lista de la Farc, la lista de Petro y Clara, y la del Polo Democrático.
Se calcula que casi toda la izquierda radical le votará a la Farc, aproximadamente 100.000 personas. Mientras que, cerca de 600.000 votos se irán a las lista de Petro y el Polo. De estos, se calcula que cerca de 400.000 podrían ir al Polo y entre 150.000 y 200.000 al petrismo. Es decir, ambas listas se quemarían y Colombia dejaría de tener senadores de lujo como Robledo o Iván Cepeda. La lista de Clara y de Petro fue un duro golpe a la izquierda, puso en jaque su representación política, y pareciera que es un golpe mortal.
Debido a esta crítica situación es que Robledo optó por renunciar a la consulta e irse a liderar la lista del Polo, también muchos analistas prevén que Petro se hunde el 11 de marzo, cuando su lista se queme en el Congreso de la República, aunque él tiene un voto duro que le seguirá siendo fiel.
Bajo todo este panorama, el partido más viable, al día de hoy, para lograr el umbral es el Polo. La militancia de izquierda deberá tomar una decisión: si se fragmenta y bota a la basura años de construcción de la representación política o si decide analizar los datos y números para tomar una decisión informada.
Desafortunadamente, cuando se les indaga a los analistas de izquierda sobre sus cálculos y estudios, casi ninguno ha mirado los números, todos hacen análisis sobre percepciones y dicen: “Si todo sale normal sacamos xxxx senadores, si tenemos suerte subimos a xxxx y si los astros se alinean sacamos xxxx”. Así que esta columna es un llamado a esa militancia para que tomen decisiones informadas y no hagan cuentas en el aire.
Al margen: Lo más complicado de este panorama es que algunos líderes de izquierda parecen caníbales, se han dedicado a perseguirse entre ellos. Solo el Polo ha intentado ampliar su espectro electoral.
Columna de opinión publicada en Semana.com
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