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Rodolfo Hernández, el presidenciable sin gobernabilidad

Por: Camilo Díaz Suárez, Investigador nacional

Línea de Democracia y Gobernabilidad


El aspirante a la presidencia de Colombia por el Movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, Rodolfo Hernández Suárez, se ha caracterizado por un discurso anti-establecimiento y anti-corrupción.


Esto ha llevado a que el candidato mantenga una postura de independencia respecto a estructuras políticas y grandes financiadores de campañas, lo cual, en el escenario en el que llegue a ser presidente, se enfrentaría a grandes problemas de gobernabilidad para que sus iniciativas avancen en el Congreso, como se pudo ver durante su mandato como alcalde de Bucaramanga.


Además, pese a que Hernández ha tomado la bandera de la lucha contra la corrupción como el pilar de su campaña, no se vio exento de que los representantes a la Cámara de su Movimiento, Liga de Gobernantes Anticorrupción, fueran personas cuestionadas y pertenecientes a estructuras políticas tradicionales de Santander.


El candidato sin Congreso y sin apoyos políticos


En caso de que Hernández llegara a la presidencia de Colombia, contaría únicamente con el apoyo de dos representantes a la Cámara del Movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, que lograron llegar con la mayor votación de una lista a la Cámara de Representantes en Santander, al alcanzar 172.306 votos.



Pese a este éxito en el departamento de Santander, el movimiento fundado por Rodolfo Hernández no lanzó una lista al Senado ni en ningún otro departamento. A su vez, ajustándose a su discurso de independencia, Hernández ha sostenido que no hará alianzas ni acuerdos programáticos con ningún partido político o aspirante a la presidencia, ya que eso sería traicionar a las personas que impulsaron su candidatura y lo han apoyado bajo la premisa de que es el candidato independiente.

Precisamente esa ha sido la estrategia de su campaña: mostrarse como un “llanero solitario” que va a derrotar a las élites corruptas que están en el poder. Incluso, como señaló el analista político y director de la Fundación Liderazgo y Democracia, Álvaro Forero Tascón, “se presenta como llanero solitario, independiente de todo compromiso o deuda política”. Así, Hernández no se ha aliado ni ubicado con nadie para presentarse como alguien sin deudas que pagar.


Sin embargo, esa lógica de independencia tiene como efecto directo que Rodolfo Hernández, de llegar a la presidencia, no contaría con ninguna estructura política en el Congreso que lo respalde como una bancada clara, lo cual podría tener efectos directos en su gobernabilidad.


Crónica de una crisis de gobernabilidad anunciada


Un escenario como el que podría enfrentar Rodolfo Hernández si gana la presidencia es el que sucedió durante su mandato como alcalde de Bucaramanga, Santander. Al igual que en su campaña actual, en 2015 lanzó su aspiración a la Alcaldía de Bucaramanga por el Movimiento Cívico Lógica Ética y Estética que recogió 130.000 firmas para inscribir su candidatura independiente.


En todo momento sostuvo su independencia, aludiendo a que así no le debía “favores” a nadie. Con ese discurso, logró hacerse elegir y marcó un cambio, porque no pertenecía a un clan político o a un partido tradicional. Incluso, como parte de su campaña presidencial, se ha presentado como alguien que derrotó las máquinas politiqueras en Bucaramanga.


De esta forma, durante su mandato, no contó con ninguna estructura política que lo apoyara en el Concejo de Bucaramanga, porque ningún partido le “debía” a él. Por un lado, 12 de los 19 concejales que integraron el Concejo 2016-2019 se declararon en oposición. Y por el otro, la bancada minoritaria, que “apoyaba” a Hernández, no apoyó varias propuestas del exalcalde.


Esa independencia y ausencia de estructuras políticas en el Concejo de Bucaramanga, llevó a que Hernández tuviera una mala relación con esta corporación y a que varios proyectos se estancaran, afectando a la ciudad.


Algo parecido a esto le sucedió al actual presidente, Iván Duque, que pretendía gobernar con acuerdos programáticos y sin “mermelada” o reparto de puestos. Si bien la coalición de gobierno era mayoría en el Congreso, esa lógica ante el reparto de puestos llevó a que Duque tuviera una “crisis” de gobernabilidad,porque es una dinámica que la mayoría de los partidos que conforman el Congreso 2018-2022 no maneja.


Eso se vio reflejado en que, hasta lo que va de la presidencia de Iván Duque, el Gobierno haya presentado 112 iniciativas legislativas, de las cuales solo 35 fueron sancionadas como ley. Es decir, solo se tuvo una tasa de aprobación del 31,25% y hubo grandes fracasos como que no pasara la Reforma a la Justicia, la reforma a la Salud y el proyecto de ley de Especialidad Agraria, por mencionar algunos.




Esto se debe a que, como sostiene Yann Basset, director del Grupo de Estudios de la Democracia (DEMOS UR), una distancia con los partidos políticos solo deja dos escenarios: el primero, es uno en el que se presione al Congreso para que apoye su agenda a pesar de todo, buscando una presión de parte de la opinión pública con reformas populares. El segundo, es uno en el que haya una resignación a gobernar únicamente sobre asuntos corrientes, sin ambiciones de reformas.


Así, Rodolfo Hernández se enfrentaría a una situación similar a la del gobierno actual o incluso a una peor, ya que no tendría ningún partido o estructura política consolidada en el Congreso que impulse sus iniciativas legislativas.


Si el gobierno de Iván Duque presentó serias dificultades para que avanzaran los proyectos de ley propuestos por el Gobierno, teniendo entre las dos corporaciones del Congreso a 59 congresistas de su partido, el Centro Democrático; en el caso de Rodolfo se pueden dar mayores complicaciones.

En conclusión, Rodolfo tendría que buscar alianzas a toda costa para que sus iniciativas avancen en el Congreso, renunciando, al momento de ser elegido, a cualquier independencia, o, como hizo Iván Duque, resignarse a no aspirar a grandes reformas.


¿Quiénes son los cuestionados representantes a la Cámara de la lista de Rodolfo Hernández?


Uno de los representantes que salió electo es Juan Manuel Cortés Dueñas, teniente retirado del Ejército, institución en la que estuvo por 10 años. Ha sido asesor privado de Andrés Villamizar en la dirección de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y asesor de la comisión Segunda del Senado. Su primera aspiración a un cargo de elección popular fue en 2019, cuando aspiró a la Asamblea Departamental de Santander, sin llegar a quedar por lograr poco más de 8.000 votos.


Juan Manuel es hijo del exdiputado y líder político del municipio de Barbosa, José Domingo Cortés, y sobrino de Marcos Alirio Cortés, exalcalde de Barbosa y exsenador, con un cuestionado pasado.

Marcos Alirio habría sido sancionado por celebración indebida de contratos mientras fue alcalde de Barbosa, a la vez que ha sido investigado por enriquecimiento ilícito, peculado y maltrato infantil. Además, fue señalado por alias “Lagartija”, ex-miembro del Bloque Central Bolívar de las AUC, de tener presuntos nexos con Iván Roberto Duque, alias “Ernesto Báez”, por lo que fue investigado por la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, se desconoce el estado actual de la investigación adelantada en contra de Marcos Alirio, ya que los procesos que tiene en la Corte Suprema tienen un carácter privado:


Imagen No. 1

Procesos de Marcos Alirio Cortés en la Corte Suprema de Justicia con carácter privado. Tomado de: Rama Judicial


La otra representante a la Cámara elegida por el Movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, movimiento político de Rodolfo Hernández, es Érika Tatiana Sánchez, quien ha sido trabajadora social y contratista de la alcaldía del municipio de Sucre, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) Regional Santander y de las Unidades Tecnológicas de Santander.


En 2019 habría aparecido en unos videos en los que presuntamente estaría tabulando votos, un mecanismo para contabilizar la compra de votos, en favor de Claudia Lucero López. Ella ha negado estos señalamientos.



Por otro lado, en septiembre de 2021, el diario Vanguardia publicó una investigación en la que trabajadores del ICBF denunciaron que se les estaba pidiendo recolectar firmas para la candidatura de Sánchez Pinto, para que les renovaran sus contratos laborales en la entidad. A través de unos audios, se dio a conocer que Jeisson Pinto, amigo cercano de Sánchez, según el diario Vanguardia, le pedía a los trabajadores recolectar 60 firmas. Sin embargo, Érika negó haber solicitado esos apoyos. La denuncia se articula con un presunto apoyo político de parte de Édgar Gómez Román, conocido como “El Pote”, quien ha hecho del ICBF de Santander un fortín clientelar y burocrático a su favor.


Según el periodista y columnista de El Espectador, Jorge Gómez Pinilla, Érika Sánchez sería ficha de “El Pote” y lo mismo ha sido sostenido por la prensa local y otros columnistas como Miguel Ángel Pedraza, de Vanguardia. Sumado a ello, en medio del escándalo en el que se filtró un audio de Rodolfo Hernández en el que pedía dinero para integrar las lista de su movimiento a la Cámara, según fuentes de La W, él habría recibido $1.000 millones para que Érika, como cuota de “El Pote” fuera cabeza de lista y el hecho de que fuera ficha de Édgar Gómez no fue negado por Rodolfo Hernández. Pese a ello, estos nexos han sido negados por Sánchez.


Caber recordar que Édgar Gómez Román es un político tradicional de Santander, que ha sido concejal de Bucaramanga, representante a la Cámara por Santander y senador. En 1998 tuvo su primer cuestionamiento, luego de ser capturado por, presuntamente, recibir dinero de empresas fachada del Cartel de Cali. Sin embargo, a los pocos días fue liberado y no hubo una condena por estos hechos. En 2009 fue uno de los 86 congresistas investigados por prevaricato, tras haber votado a favor del proyecto reeleccionista. La investigación en su contra fue archivada.



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