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Calle, ideología y política

Por: Luis Eduardo Celis


Colombia vive tiempos de cambio en medio de un nuevo gobierno. Este es el signo del presente, cambio y más cambios hasta donde sea posible por la acción de gobierno y la participación de la sociedad que quiere ir en esa dirección, asumiendo que hay muchos temas a transformar y nuevas realidades a construir.

Bien sabemos que todo cambio trae reacciones: hay quienes no quieren que el orden vigente se transforme, pues va contra sus intereses; estas son las fuerzas sociales, gremiales y políticas que defienden la continuidad y que se van a oponer a la dinámica de cambio. Hay quienes sin ser beneficiarios del orden vigente, dudan y no ven la perspectiva de un futuro diferente, sienten temores ante lo que vendrá y están a la expectativa o se aferran al viejo orden que debe cambiar; estas son las visiones conservadoras que en el caso de Colombia han sido muy importantes y que poco a poco han venido cediendo a la oferta de cambio, algo que lo ejemplifica Gustavo Petro y su triunfo histórico.

Iniciamos este 2023 con agitación social y política, vienen importantes debates sobre temas cruciales para la sociedad colombiana, hemos presenciado en estas semanas una intensa acción mediática sobre el proyecto de reforma a la salud que aún no conocemos y aun así se habla de “destruir” y “acabar” el sistema de salud, dando por sentado que está bien y que no debe ser objeto de ninguna acción transformadora. Este es el tema que más ha tenido visibilidad, pero también vienen proyectos de ley sobre el tema pensional y laboral, y sobre estos tres temas de tanto interés y necesidad de acción transformadora se va a dar un importante pulso entre cambio y continuidad, pulso que va a mostrar las posibilidades de este gobierno de cumplir con su oferta de transformación. Vamos a ser testigos y protagonistas de un momento crucial de la sociedad colombiana: somos capaces de participar en la construcción de nuevas realidades o las fuerzas de la tradición seguirán con su orden de privilegios y exclusiones.

El presidente Petro ha convocado a respaldar los cambios en la calle y ese llamado ha sido respondido por algunas voces como una acción antidemocrática e inconveniente, se le señala de querer saltarse el Congreso de la República y de presionarlo de manera indebida. Esta una lectura donde la democracia solo reside en las paredes del Congreso, olvidando que nuestra constitución define que somos una democracia participativa igualmente, no solamente representativa; que esas dos dinámicas, la de la participación directa y diversa, debe dialogar de manera permanente con la representación; que son dinámicas que no riñen y que no se pueden autoexcluir.

La calle ha sido y seguirá siendo escenario para manifestar apoyos y rechazos y eso es lo que se va a vivir el próximo martes 14 de febrero en muchas plazas del país cuando salgan ciudadanas y ciudadanos en apoyo a la idea de cambio en muchos temas, como los ya mencionados. E igualmente vamos a ver en las calles a miles de colombianas y colombianos el miércoles 15 manifestándose ante la oferta de cambio e insistiendo en que el presidente Petro y la coalición política que lo apoya no debe seguir en su mandato de transformaciones. Es una lucha social y política en curso y que se debe dirimir de manera democrática y que por supuesto tendrá en el Congreso de la República, el escenario definitivo.

Todo en la vida está cruzado por la ideología y por la acción política, no hay nada en la sociedad que no esté ligado a estas dos dimensiones de comprensión y acción, así que cuando escuchemos que no le metamos ideología ni política a los debates de lo que hay que hacer, transformar o preservar, sepamos que cada postura, cada disertación, cada propuesta, vienen de planteamientos ideológicos y de concepciones políticas. Nada, absolutamente nada en la vida está por fuera de las ideologías y de la política, como concepción y como acción.

Colombia vive tiempos de cambio, en las calles nos vemos.

 

*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.

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