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Ahora la justicia sale a deber

Por: Ariel Ávila, subdirector – Pares


La mejor forma de protección de una democracia es que sus instituciones sean más fuertes que las personas que las administran. Hay tres reglas básicas de las democracias liberales. La primera se basa en un equilibrio de poderes, en donde el legislativo, el ejecutivo y el judicial se controlan unos a otros. De esta forma, se evita que una sola persona o grupo logre administrar los tres poderes a la vez y se convierta en un régimen autoritario. Por ello fue que en Colombia todo se desbalanceo con la reelección presidencial, pues el ejecutivo logró interferir de forma fuerte en el nombramiento de magistrados en la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia.

La segunda regla es que las democracias liberales están hechas para proteger a la minoría de la mayoría. Cuando se gana una elección los ganadores tienden a ser apabullantes y la emprenden contra los que perdieron, las democracias los deben proteger. Ello a su vez significa que la oposición debe contar con garantías para su ejercicio y que se debe garantizar, también, la libertad de expresión y de movilización.

Por último, según las teorías sobre la formación de los Estados actuales, estos se constituyeron para proteger la vida, la propiedad privada y, más recientemente, se ha dicho que el tercer pilar fundamental de una democracia es la libertad de expresión. Es decir, aun en los peores momentos de una democracia, se pueden limitar varios derechos, menos lo tres mencionados anteriormente.

Todo esto lo escribo, entre otras cosas, por el llamado a indagatoria del senador Uribe Vélez. Nótese como la estrategia de la derecha y del uribismo se ha basado en varios supuestos. Lo primero que hicieron fue irse lanza en ristre contra el periodismo. En lugar de explicar lo que se escucha en las grabaciones, enfilaron baterías contra Daniel Coronell y cuestionaban el acceso a las grabaciones que obtuvo el periodista. Incluso, han dicho que debido a la filtración de algunas grabaciones el proceso judicial ya no es válido.

A medida que avanzan en su plan de desprestigio contra la Corte Suprema de Justicia y la prensa, el uribismo utiliza otra “trampa caza-bobos”, esa es para agitar sus bases. El argumento es que les parece increíble que miembros de la ex guerrilla de las FARC estén en el congreso y Uribe esté a punto de ir a la cárcel. El tema aquí es que voluntariamente el uribismo confunde la Justicia Transicional con la Justicia Ordinaria, y además confunde las condiciones de la participación política del partido FARC con los líos judiciales del expresidente.

Por ejemplo, la simultaneidad entre participación política y justicia transicional se da siempre y cuando exista verdad, restauración, perdón y garantías de no repetición, si no colabora o se colabora parcialmente habrá cárcel. Así las cosas, se le debería recomendar al expresidente Uribe que se acoja a la JEP y que diga la verdad, restaure, pida perdón y de garantías de no repetición, y así puede acceder a beneficios jurídicos y a la fórmula de simultaneidad.

La tercera estrategia la dicen en pasillos y en restaurantes. Como se sabe varios magistrados de la Corte Suprema serán relevados en los próximos meses. Algunos uribistas dicen que ellos cambiarán el equilibrio en la Corte logrando entrar personas cercanas a su ideología. Es decir, al mejor estilo de los populistas autoritarios, el uribismo aspira a controlar el ejecutivo, el legislativo y ahora el poder judicial.

Así que en los próximos días veremos la fortaleza de la institucionalidad Colombia. Será una oportunidad ideal para ver qué tan demócratas son los colombianos, o en otras palabras, ¿los colombianos saldrán a defender su democracia o saldrán a alabar héroes de barro?

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