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Una visita más de Duque al Cauca

Por: Walter Aldana. Columnista Pares.


Decía el caricaturista Rius que la teología sería diferente si los curas ganaran el salario mínimo, y traigo al recuerdo esta expresión a raíz de la nueva visita del presidente Duque a nuestro Cauca. Cuatro días después de la masacre de las ocho personas en el Tambo, los organismos de socorro aún tocaban puertas para conseguir los ataúdes de los masacrados, después del show mediático montado por el establecimiento y cacareado por los grandes medios de comunicación.


Y es que mientras los seguidores de su partido de gobierno le esperan para expresarle las “inmensas gratitudes” por inaugurar la obra del túnel de la línea; aunque ellos no lo dicen, para hacer honor a la verdad según Vargas Lleras: el gobierno Uribe puso en la obra $190 mil millones, Santos casi 2 billones y Duque $760 mil millones, ni cuentan que faltan 13.5 kilómetros de doble calzada, 10 túneles y 24 puentes, además respondiendo al modelo económico, el túnel es UNIDERECCIONAL, lo que abarata el costo de transporte de las importaciones, afectando por efecto a la producción nacional. En blanco y negro quiere decir se contrató el túnel para ir de Buenaventura a Bogotá y no de la capital del país al puerto sobre el pacífico.


Pero mientras sus amigos buscaran congraciarse con el mandatario del Uribismo, el resto de Colombianos nos preguntamos cuando tomaría medidas para detener el sin número de masacres (no homicidios colectivos!!!), masacres en mayúscula, para que sin eufemismos, les llamemos por el nombre y no pretendan bajar la intensidad ni la gravedad de los sucesos que entristecen a la patria.

De las 51 masacres ocurridas a nivel nacional en lo corrido del presente año, ocho masacres se han desarrollado en el Cauca en tiempo de pandemia, entre Cajibío y el Tambo, la última lamentablemente dejando como resultado tres personas masacradas y sin identificar aún.


La tragedia de nuestra aporreada democracia es que tienen más espacio ante el “mandatario” quienes haciendo uso del tradicional arte de adular estarán presentes en cantidad considerable frente a voceras y voceros de organizaciones sociales, víctimas del conflicto armado donde el narcotráfico es tan solo un actor perverso que con sus resultados de muerte y desplazamiento no son mayores que los producidos por el centralismo y la deuda social que tiene a este departamento con su población en un 50% en la pobreza.


Ya lo han intentado todo, haciendo gala de “inteligencia institucional”, aumentan el monto de las recompensas como en el viejo oeste y acrecientan el número de efectivos de la fuerza pública para que empotrados en el territorio amparados en la doctrina del enemigo interno; tengan mala relación con los pobladores y sea acusada por las organizaciones sociales y de dh de “cohonestar” con grupos al margen de la ley.


Duque vendrá y hablará nuevamente del “plan Cauca” que prometió en Diciembre de 2018 y aún en cabeza de Miguel Ceballos, para invertir como la gran cosa, cien mil millones de pesos, sin tener en cuenta lo adeudado en los denominados acuerdos de carretera, compromiso firmados por el Estado a través de sus respectivos gobiernos nacionales.


Quizás los amigos del mandatario logren algún contrato y/o nombramiento pero los familiares de las víctimas, seguirán clamando justicia.

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