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¿Se avecina un nuevo remezón ministerial?

Por: Línea de Democracia y Gobernabilidad


Fotos tomadas de: BNamericas y Pulzo


La molestia del presidente con su gabinete por la deficiencia en la ejecución, sumado a algunas actuaciones de sus ministros que han sido cuestionadas, podrían ocasionar un nuevo remezón ministerial. Petro podría tomar dos caminos, priorizar lealtades y continuar con la radicalización democrática o poner en cargos clave a operadores políticos en búsqueda de gobernabilidad.


Desde el 7 de agosto de 2022 hasta el día de hoy, el gabinete de Gustavo Petro ha tenido múltiples transformaciones, enviando mensajes contundentes a sus votantes, a las élites y a los partidos. El Gobierno arrancó con 18 nombramientos iniciales de ministros, con los cuales se pretendía dar un aire conciliador, moderado y dispuesto al diálogo con los diferentes grupos de poder del país.


José Antonio Ocampo en Hacienda, Cecilia López en Agricultura y Alejandro Gaviria en Educación, fueron los alfiles que se subieron al barco del gabinete original de Petro. En el pasado, todos ellos ya habían estado al frente de carteras ministeriales y de hecho en gobiernos liberales y de derecha. Por ello, sus nombramientos fueron claves, pues desmintieron el imaginario preconstruido de que el hoy presidente llegaría al poder y desestabilizaría el país.

De igual forma, sus experiencias técnicas y políticas otorgaban seguridad a las élites y facilitaban el acercamiento del Gobierno nacional a los partidos políticos, contribuyendo a la construcción de una gobernabilidad sólida. Adicionalmente, las agrupaciones tradicionales también se subieron al barco de Petro: Guillermo Reyes lideraba MinTransporte en representación de los conservadores; Sandra Urrutia, MinTIC cuota de La U; y los tres liberales, Catalina Velasco en Min Vivienda, Néstor Osuna en Justicia, y López en Agricultura.

Las aguas estuvieron tranquilas los primeros meses, logrando hitos importantes, como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Venezuela y el comienzo de las exploraciones de diálogos de paz con el ELN y las disidencias. En el Congreso también se materializaron hechos como la aprobación de la prórroga de la ley 418 o ley de Paz Total, el Acuerdo de Escazú, la radicación de proyectos fundamentales como aquellos referentes a la prohibición del fracking, y la búsqueda por el reconocimiento de los campesinos como sujetos de derecho; entre otros.


Pero el barco con el que zarpo Petro no duró mucho, y paulatinamente se fue desquebrajando, con algunos golpes más fuertes que otros. El primero se dio con la salida de María Isabel Urrutia, Patricia Ariza, y Alejandro Gaviria a cargo de los Ministerios de Deportes, Cultura, y Educación, respectivamente. En el caso de las dos primeras las razones de sus salidas se debieron a la falta de eficiencia en la gestión realizada; y en cuanto a Gaviria, se trato de las diferencias que públicamente presentó el exministro con el articulado de la Reforma a la Salud.

Sin embargo, no fue sino hasta abril de 2023 que el gabinete chocó con un gran iceberg y 7 personas abandonaron la embarcación; entre ellas, los moderados: Ocampo y López. Así las cosas, la tripulación se recompuso. Por un lado, las fuertes mareas que sacudieron al gabinete también impactaron a los partidos. Las cuotas de los conservadores y La U, salieron; y solo los liberales lograron mantener a flote su representación con el Ministerio de Vivienda y Justicia.

Así las cosas, la apuesta inicial por una coalición con los tradicionales en el legislativo se rompió y en lugar de pescar votos a favor de las reformas sociales a través de las cabezas de partidos, se volcó hacia la negociación individual con determinados congresistas.


Por otro lado, Petro cerró filas con nombramientos de figuras que ya lo habían acompañado en el pasado, las cuales no cuestionarían sus decisiones, buscando ya no la legitimación de las altas esferas, sino de sus votantes. Evidencia de ello fue el relevo en el Ministerio de Agricultura, liderado originalmente por Cecilia López, la cual tenía vasos comunicantes con élites colombianas, y con su salida asumió Jhenifer Mojica, vinculada a la defensa de los derechos humanos y procesos de restitución de tierras, lo que permitió al Gobierno un acercamiento mayor los movimientos campesinos.


Sumado a ello, y tal como lo hizo en campaña, nuevamente llamó a las calles con la esperanza de impulsar sus reformas sociales, las cuales al igual que su barco se estaban hundiendo en el Congreso. La luna de miel con los partidos tradicionales rápidamente se convirtió en radicalización democrática, rodeándose de figuras con las que tenía mayor coincidencia ideológica y quienes le habían sido más leales a lo largo de su trasegar político.


Sin embargo, los constantes cambios al interior del equipo de trabajo de Petro no es una novedad en sus dinámicas para gobernar. De hecho, cuando fue alcalde de Bogotá (2012-2015), se le cuestionó porque tan solo durante su primer año en el cargo realizó 38 cambios en los directivos del gabinete de la Alcaldía Mayor de la capital del país.


Cabe mencionar que, el actual gabinete ministerial se compone de algunas personas que ya habían trabajado con Petro en su paso por el gobierno distrital, se trata de Ricardo Bonilla (Min Hacienda), Guillermo Jaramillo (Min Salud), William Camargo (Min Transporte) y su leal escudera, Susana Muhammad (Min Ambiente).


¿Se viene un nuevo remezón ministerial?


Varios medios de comunicación hicieron eco en la mañana del pasado 2 de febrero al rumor de que el presidente Gustavo Petro habría pedido la renuncia protocolaría de todos sus ministros en el último Consejo de Ministros. En medio de la saturación de noticias sobre el tema la cuenta oficial de Presidencia negó que esto hubiera pasado.


Posterior a esto, los medios cambiaron algunas de sus versiones sobre lo sucedido en el Consejo de Ministros. La información que han dado a la opinión pública desde entonces ha sido que luego de un nuevo reclamo del Presidente sobre la baja ejecución presupuestal varios ministros pusieron a disposición del primer mandatario sus puestos. Otra versión que se ha manejado es que la directora de Prosperidad Social, Laura Sarabia, les habría sugerido a los ministros presentar sus renuncias protocolarias.


Son muchas las versiones de qué pasó y de qué puede pasar. La primera y única certeza que se tiene en estos momentos es la salida del director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, el último tecnócrata de tendencia de centro liberal que quedaba en el Gobierno. Gónzalez se fue quedando solo a medida que fue cambiando el gabinete, primero salió Alejandro Gaviria y luego, a la par, Cecilia López y José Antonio Ocampo, tres ministros con los que comparte ser liberal de centro y algunos reparos a la reforma a la salud.


El artífice del Plan Nacional de Desarrollo deja el ejecutivo, al parecer por diferencias con el Presidente y la pregunta es quién lo remplazará. La salida de González puede significar una reconfiguración inminente en el gabinete, un nuevo remezón ministerial. Para hacerse cargo del Departamento Nacional de Planeación suenan nombres de algunos ministros como Catalina Velasco (Vivienda), Susana Muhamad (Ambiente) o el director de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), Daniel Rojas o la misma Laura Sarabia.


Cualquier decisión que tome Petro podrá desencadenar en un efecto dominó, la pregunta subyacente pasa sobre si estos cambios se barajarán en lógica de las lealtades y trayectorias comunes o, en cambio, en búsqueda de oxigenar la gobernabilidad de cara a las reformas sociales.


Desde finales del 2023 se vienen barajando modificaciones dentro del ejecutivo sin que estos se materialicen. Aun así, Relaciones Exteriores y Deporte parecen ser las dos primeras carteras que podrían presentar cambios.


En Relaciones Exteriores, pese a la lealtad de Álvaro Leyva con Petro en lo relacionado a la licitación de los pasaportes, tras la suspensión de Leyva por parte de la Procuraduría cada vez es más costoso para el Gobierno sostener al actual ministro en su cargo. Su reemplazo definitivo apunta a ser Luis Gilberto Murillo, quien por el momento estará de manera interina a cargo de esta cartera.


Sobre el Ministerio de Deporte, Astrid Rodríguez, actual cabeza de la cartera se enfrenta a graves señalamientos sobre su responsabilidad en la perdida de los Juegos Panamericanos del 2027, los cuales se realizarían en Barranquilla. Por incumplimientos en los pagos a la empresa organizadora, Panam Sports, Colombia perdió la sede. Rodríguez se enfrentará a una Moción de Censura en el Senado de la República. Por el costo político que significa la perdida de estos juegos parece que Rodríguez tiene los días contados en el Ministerio del Deporte.

La baraja de nombres salientes se puede ampliar con el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, quien ha tenido dificultades en la relación con el Congreso. Además, si Velasco llegara a salir, se posiciona como la ficha del Gobierno en la puja por quien sucede a César Gaviria en la presidencia del Partido Liberal y ser el competidor del exgobernador de Sucre y ficha de Gaviria, Héctor Olimpo Espinosa.


Respecto a las carteras que tienen proyectos transitando en el Congreso estos pueden ser los que se mantengan pese a este dominó de cambios. La ministra de Educación Aurora Vergara, de manera silenciosa ya logró pasar a segundo debate la ley estatutaria a la Educación. De igual manera Guillermo Alfonso Jaramillo, quien destrabó la reforma a la salud en 2023, ya tiene en tercer debate a este proyecto de ley. Por su parte, Gloría Inés Ramírez, ministra de Trabajo, tiene dos proyectos de ley (reforma laboral y pensional) en tránsito, laboral en primer debate en Comisión Séptima de Cámara y pensional en segundo debate en Plenaria de Senado.

Por el momento todo son suposiciones y futurología, lo que queda claro es que Petro no está conforme con la ejecución presupuestal y la vorágine de nombres seguirá en los las venideros hasta que se hagan oficiales algunos cambios.  Ya se observará si Petro priorizará lealtades y trayectorias de luchas comunes como lo hizo en el segundo remezón ministerial (radicalización democrática) o, por el contrario, buscará operadores políticos que le permitan darle oxígeno a la Gobernabilidad, retomando las banderas del Pacto Nacional. La hipótesis más probable es la primera, la continuidad de la radicalización democrática.

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