Por: Luis Eduardo Celis
En lo corrido del año van más de 400 homicidios en Arauca. La tasa de homicidios en el departamento al finalizar este 2022 estará por encima de los 130 por cien mil habitantes. Será la más alta del país, una verdadera barbarie en curso, no de ahora, se vive desde hace más de cuatro décadas.
A principios de semana la sede de la cooperativa que presta los servicios de acueducto y aseo en Saravena, ECAS, fue atacada con una granada. Sus directivos están amenazados y así hay cientos de personas en Arauca que viven con la zozobra de que sus vidas corren peligro. Son cientos los líderes y lideresas comunales que se acuestan con la sensación de que han pasado otro día y mañana no se sabe, y hay más de 150 desplazados fuera de Arauca para salvar sus vidas.
Los combates entre el ELN y las disidencias de las FARC han arreciado en las últimas semanas en los municipios de Tame y Puerto Rondón. Esta es una confrontación que se abrió el dos de enero y sigue su curso de sangre y sufrimiento para las comunidades, muchas desplazadas o confinadas. Las escuelas en estos territorios no están funcionando y el personal de salud se siente amedrentado, es una vieja historia ya vivida.
En Arauca hay tres estados y ninguno funciona bien. Está el Estado formal colombiano y los dos Estados informales, constituidos por el ELN y las disidencias de las FARC, que en las veredas mandan más que el que se considera el Estado legítimo, que de legítimo en Arauca deja muchas dudas.
La tarea en Arauca es construir un solo Estado, plenamente legítimo y con adecuado funcionamiento. Hoy no existe y la forma de hacerlo es con la participación de toda la sociedad araucana para que esos tres Estados sean uno. No es una tarea pequeña y es la que se debe hacer en el proceso de la política de Paz Total en relación con Arauca.
Ahora que se va abrir una mesa de diálogo y negociaciones entre el gobierno del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, con el liderazgo del Alto Comisionado de Paz, Danilo Rueda, con el ELN —mesa que nos han anunciado que funcionará desde el próximo noviembre—, hay que insistir en la importancia de este proceso de paz para Arauca, donde la sociedad oscila entre un abierto pesimismo y un moderado optimismo sobre los resultados de este sexto proceso de diálogos entre un gobierno colombiano y el ELN.
El presidente Petro lo tiene todo para lograr que sea posible construir un acuerdo de paz con el ELN: ambas partes coinciden en la importancia de la participación para construir un conjunto de transformaciones que vayan hacia una visión compartida de paz, esto es posible y necesario para cerrar el último alzamiento armado.
En Arauca hay sufrimiento y desastres todos los días, y una profunda desconfianza con el Estado central. También hay odio hacia el ELN y hacia las instituciones de seguridad, tantas heridas abiertas dejan esta dura realidad a transformar.
Presidente Gustavo Petro, la paz con el ELN pasa por Arauca y su gobierno lo tiene todo para hacerlo bien.
En la próxima columna me referiré a los temas de políticas públicas que deben ser considerados en el Plan Nacional de Desarrollo en proceso de formulación, desde los intereses de Arauca.
*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.
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