Por: Redacción Pares
Son pocos los lugares de Colombia en donde se ve con mayor claridad los efectos devastadores que causa el abandono estatal. A pesar de su riqueza, zonas como La Gabarra están separadas de cascos urbanos como Tibú por una vía destapada, que se vuelve imposible con cualquier lluvia. Las regalías petroleras han sido acaparadas por los bolsillos de políticos de turno. La inversión social es mínima.
La zona donde está ubicada el Catatumbo es exuberante. Un millón de kilómetros cuadrados llenos de selva, bosques, petróleo. Las cifras de la pobreza en Colombia son desoladoras. 15% de la población vive en pobreza extrema. Sin embargo las cifras de pobreza en Norte de Santander están por encima del promedio nacional, 45%. Las del Catatumbo están por encima de las del departamento, un 56.8%. En los once municipios que conforman el Catatumbo viven 290 mil personas. La mitad de esa cifra está enquistada en zonas rurales. Según el Fondo de financiamiento de la Infraestructura Educativa “las comunidades de la zona están integradas por personas catalogadas como sujetos de atención especial: unos 210 mil campesinos, casi 4.000 indígenas del pueblo Barí, 1.300 miembros de comunidades negras, 137 mil mujeres, además de miles de víctimas y desmovilizados de la antigua guerrilla de las FARC-EP, del EPL y de grupos paramilitares”.
El Catatumbo ha sido golpeada no sólo por la pobreza sino por los grupos armados. Las FARC y el ELN han desagrado sus finanzas y los paramilitares arrasaron con sus bases sociales. Desde su arribo en 1999 a Tibú, las masacres y el horror hicieron presencia en lugares como La Gabarra, el Tarra, Convención, Ocaña entre otros.
Uno de los organismos que más le ha metido la ficha al Catatumbo es la USAID. Desde su arribo a Colombia, hace más de medio siglo, la USAID ha puesto sus ojos en este lugar para ayudar en materia de vivienda, empleo, tierras, salud, educación y justicia. Y también ha podido pensar en una de las regiones más olvidadas del país, ha pensado en que una de las pocas ventanas que se abren para ayudar es impulsar iniciativas agroindustriales para darles autonomía a las comunidades que viven en el Catatumbo.
En la ciudad de Cúcuta entre el 24 y el 25 de abril se realizó un taller para 23 líderes sociales, comunitarios y juveniles de los municipios del Carmen, Sardinata, Teorama, Tibú y Ocaña que se hizo desde la actividad Inspirapaz, en coordinación con la actividad Somos Comunidad, ambos programas de Usaid. En el segundo día, el 25, se tuvo un almuerzo con delegados de las alcaldías de Teorama, El Carmen y Tibú y se abordó la incidencia que ha tenido desde Inspirapaz en los planes municipales de desarrollo en donde se han incluido las recomendaciones que hemos brindado en sus planes de desarrollo. También abordamos la iniciativa del Pacto Territorial del Catatumbo que busca potenciar agroindustrialmente esta subregión.
El encuentro contó con la presencia de Nataly Sarmiento de Usaid Colombia quien en esta foto recibe una agenda de uno de los líderes del Catatumbo invitados a este evento.
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