La izquierda pica en punta en las presidenciales
- León Valencia
- hace 2 días
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Por: León Valencia

Voy a fatigar al lector con unos datos de las encuestas de opinión con la ilusión de que se hagan a una visión de lo que está ocurriendo en el arranque de esta campaña presidencial. Este viernes, 30 de mayo, los funcionarios públicos que aspiren a la presidencia entregarán sus puestos y empezará el registro de los comités de recolección de firmas ¡Sonará el pito en el partidor!
Cifras y Conceptos preguntó en mayo, en su encuesta, sobre la afinidad partidista y el 17% dijo pertenecer al Pacto Histórico; el 10% al Centro Democrático; el 6% al Partido Liberal; y luego, el resto de los partidos, tenían uno o dos por ciento de simpatizantes. Preguntó por la afinidad ideológica e hizo una curva histórica empezando desde octubre de 2019 con estos resultados: el centro político arranca con un 44% de los adeptos y llega a mayo de 2025 con un 48%; la derecha arranca con el 40% y llega a mayo de 2025 con el 27%; y la izquierda arrancó con un 16% y llega a mayo de 2025 con un 25%.
Por otro lado, el portal La Silla Vacía, recopiló datos de ocho encuestas sobre la intención de voto en la campaña presidencial, desde septiembre de 2024 hasta este momento, realizadas por tres encuestadoras [Yarumo, Invamer y Centro Nacional de Consultoría] e hizo un ponderado de la favorabilidad para los primeros diez candidatos con los siguientes resultados: Gustavo Bolívar 11,7%; Vicky Dávila 11,3; Sergio Fajardo 11,1%; Germán Vargas Lleras 6%; Claudia López 5,6%; Juan Manuel Galán 5,3%; María Fernanda Cabal 4.4%; Miguel Uribe 4.4%; Daniel Quintero 4%; y María José Pizarro 3,3%.
Debo decir, para relativizar estos datos, que los candidatos o precandidatos, son ahora más de treinta y aún faltan patos por lanzarse al agua; decir, también, que cuando las encuestadoras preguntan a sus encuestados si ya tienen claramente definido su voto, la gran mayoría, más de un 70%, aseguran que aún no tienen claro por quién van a votar en mayo de 2026. De manera que estos datos pueden tener variaciones importantes en el curso de la campaña.
Algunos datos le deben parecer muy extraños a los lectores. Por ejemplo, en los medios de comunicación y en las redes sociales se transmite la sensación de que la izquierda se ha desgastado en el ejercicio del gobierno y su electorado y su prestigio se han erosionado, pero los registros señalan que Gustavo Bolívar, su más caracterizado candidato, encabeza el ponderado de las encuestas; el Pacto Histórico es el agrupamiento con más simpatizantes; y la adhesión a la ideología de izquierdas crece en el país en mayor proporción que a las demás corrientes desde 2019.
En cambio, María Fernanda Cabal, la militante más caracterizada de la derecha, aparece en el séptimo lugar en el ponderado de las encuestas con un 4.4%, en un empate con Miguel Uribe, otro precandidato del uribismo; el Centro Democrático, partido que ostentó el gobierno entre 2018 y 2022, aparece en el segundo lugar, detrás del Pacto Histórico, en el número de simpatizantes; y la derecha es la ideología que más ha perdido adherentes desde el 2019 hasta la fecha.
Ahora bien, en este espectro de derecha está, sin duda, Vicky Dávila, que en el promedio de las encuestas aparece en un segundo lugar y que hace unos meses encabezaba los registros de opinión. Pero Vicky, que adelantó desde la revista Semana una agresiva campaña de oposición al gobierno de Petro, aún no está claro si se va a mantener en la calidad de outsider, o, finalmente, se ubica bajo las toldas del uribismo, es decir, si va a jugar el papel de Fico Gutiérrez en el 2022 o el de Rodolfo Hernández en esa campaña.
Sergio Fajardo registra un sólido tercer lugar en el ponderado de las encuestas; a la vez, el Centro, es la ideología que más adherentes tiene, logró crecer del 44% al 48% entre 2019 y 2025; pero en este campo ideológico, que tiene además a líderes como Claudia López y Juan Manuel Galán, que marcan bien en la opinión, no hay un agrupamiento partidario con un arrastre considerable de simpatizantes y una potente estructura al estilo del Centro Democrático, el Pacto Histórico o los partidos tradicionales.
Mención aparte merece Germán Vargas Lleras, que en el ponderado de las encuestas marca el 6% y se ubica en un cuarto lugar; su partido, Cambio Radical, heredero de la política tradicional, aparece con un 2% de simpatizantes; y su campo ideológico, la derecha, ha venido perdiendo adherentes desde 2019. Pero su experiencia en el ejercicio del gobierno y sus dotes de gran ejecutor, lo pueden convertir en un polo de atracción para los partidos tradicionales y para el uribismo, si Vicky Dávila se mantiene en su condición de outsider y el candidato que escoja el Centro Democrático no despega en las encuestas.
La pregunta que campea sobre los datos de las encuestas citados al principio de esta columna es la siguiente ¿Cómo ha hecho la izquierda para ubicar a su candidato en el primer lugar del ponderado de las encuestas al arranque de la campaña y para crecer en simpatizantes y adherentes, en medio de un gobierno cuestionado por la corrupción de altos funcionarios, acosado por rencillas internas y no bien calificado en la ejecución de sus planes y programas?
Aventuro una respuesta con tres razones: al país no le va mal en el crecimiento del Producto Interno Bruto, en el empleo y en la inflación, indicadores económicos de primer orden; Gustavo Petro y la izquierda le han dado un giro a la conversación nacional, hasta el gobierno de Duque el debate giraba alrededor de las FARC, la seguridad y el narcotráfico, ahora estos temas tienen su importancia, pero la discusión sobre las reformas sociales ha saltado a primer lugar; y la oposición de derecha ha persistido en un discurso tremendista que no logra calar de verdad en la sociedad ¡El país va rumbo a la catástrofe! ¡Volvimos a los tiempos de inseguridad de principios de siglo! ¡Petro quiere arrasar las instituciones y quedarse en el poder en el 2026! Dicen y repiten día tras día, pero no logran el impacto esperado, no logran que Colombia se parezca a la Argentina donde triunfó Milei o al Salvador donde ascendió Bukele.