GAS, FRACKING Y TRANSICIÓN ENERGÉTICA
- Andrés Camacho
- hace 13 horas
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Por: Andrés Camacho

Una reciente investigación titulada “Gaslighting: desinformación sobre la transición energética en América Latina y el Caribe”, realizada por Climate Tracker América Latina, analizó la cobertura periodística de la transición energética en la región. La investigación se enfocó en las principales narrativas de desinformación para identificar cómo se confunde o desinforma en torno a este tema. Los resultados son tremendamente reveladores. Si bien en Colombia no se expresan abiertamente discursos negacionistas del Cambio Climático, se han desarrollado repertorios y narrativas para retrasar la transición y perpetuar el uso de combustibles fósiles.
De acuerdo con el informe, las fuentes que más desinforman en los medios de comunicación corresponden principalmente a representantes de la industria fósil, y la persona que más resalta en este grupo es Naturgas. El principal modo de desinformación es presentar opiniones como certezas y presentar como expertos a aquellos que representan los intereses de la industria de los hidrocarburos. En la inmensa mayoría de los casos, los medios no presentan información científica y en muy contadas ocasiones los periodistas contrastan la información entregada por sus fuentes. De allí la necesidad de construir plataformas alternativas de debate e información. Así que en este espacio nos vamos a dedicar a contar la otra versión, la que, contrario a retrasar la transición energética, busca acelerarla.
Bajo esta premisa, tenemos que hablar del gas en Colombia. Los “expertos” de la industria juegan con la información y los datos, desinforman para crear incertidumbre y generar miedo: hay que tener miedo porque nos vamos a quedar sin gas, hay que tener miedo porque ya viene el apagón. Pues bien, es hora de confrontar algunas de sus tácticas y mentiras.
Lo primero es recordar que el proceso de exploración y explotación de hidrocarburos es de largo plazo. El descubrimiento de petróleo o gas no se logra de un día para otro y luego de un hallazgo se requieren entre 7 y 9 años para lograr su aprovechamiento. De manera que el abastecimiento de gas de hoy depende de las decisiones de hace, por lo menos, dos gobiernos. Desde hace una década las reservas de gas en Colombia presentan una declinación permanente, ese comportamiento nada tiene que ver con la decisión de no firmar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos. Este declive se puede observar en la gráfica de recursos y reservas de la última década.

En segundo lugar, es importante destacar que Colombia tiene destinadas casi 20 millones de hectáreas para exploración y explotación de hidrocarburos. Para entender las dimensiones de lo que esto significa, la Reforma Rural Integral pactada en el Acuerdo de Paz de La Habana se proponía entregar 3 millones de hectáreas a campesinos y comunidades étnicas. Estamos hablando, entonces, que las áreas destinadas a exploración y explotación de hidrocarburos son 6 veces la Reforma Rural Integral y el doble de las hectáreas cultivadas en el país. Además de esto, se encuentran firmados más de 300 contratos de exploración y explotación, suficientes para garantizar el abastecimiento de combustibles y gas mientras avanza la transición.
Entre estos contratos se encuentran los proyectos de gas costa afuera (en total son 11 contratos de Ecopetrol y socios como Petrobras). Con estos proyectos se ha estimado un volumen descubierto de entre 4,5 y 12 terapiés cúbicos (TPC), lo que significa que las reservas gasíferas del país podrían aumentar más de 20 veces respecto a las actuales. De hecho, solo en el pozo Sirius-2 (antes Uchuva), Ecopetrol y Petrobras han confirmado y comprobado el hallazgo de 6 terapiés cúbicos de gas natural, con lo cual las reservas del recurso podrían aumentar en 200%, según ha estimado la Agencia Nacional de Hidrocarburos. La tarea se ha hecho, con los contratos vigentes se han desarrollado las actividades necesarias para asegurar el gas de los próximos 20 a 30 años. El principal reto que tenemos como nación es gestionar el abastecimiento entre 2025 y 2029 mientras entra en el sistema el gas costa afuera. Este mes debemos conocer el nuevo informe de reservas y tendremos tiempo para hablar de este.

Pese a estos hechos, los gremios y los expertos fósiles pretenden responsabilizar a este gobierno de lo que pasados gobiernos no fueron capaces de prever. No contentos con ello, ahora intentan revivir los proyectos de fracking en Colombia, pretenden instalar la idea de que el fracking puede ayudar al país para el abastecimiento de gas entre 2025 y 2029. Esto es mentira, como ya les he contado, los proyectos de hidrocarburos requieren mínimo 7 años para su maduración. Adicionalmente, esta es una técnica que genera consecuencias negativas en materia social, económica, ambiental y de salud pública. Para instalar esta idea, manipulan información científica e intentan comparar el fracking en Colombia con el de EEUU. Al respecto, dos datos: a) el fracking en EEUU se realiza a poca profundidad (1000 m) mientras en Colombia son profundidades de entre 2500 y 5000 m, b) en EEUU se desarrolla en lugares de baja sismicidad y en Colombia los potenciales se encuentran en lugares de sismicidad activa.
En definitiva, Colombia no necesita fracking, los negacionistas velados solo están usando el momento para intentar revivir estos proyectos. Dicen en sus discursos transición energética sí pero no así, solo como una forma de retrasar lo impostergable. Así que no olviden que algunos tienen el objetivo de vender miedo para ganar elecciones, ni que decir de la especulación con los precios del gas, tema al que le dedicaremos una próxima columna, espero sea cuando las superintendencias hayan anunciado el resultado de sus investigaciones. La buena noticia es que ahora tenemos un nuevo tipo de expertos. A los expertos fósiles les vamos a enfrentar.