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Faltan 5 meses para las primarias en Venezuela: ¿cómo votará el electorado en el exterior?

Por: Mónica Castillo Díaz, Asistente de investigación

Línea Democracia y Gobernabilidad


Después de la conferencia internacional sobre el proceso político en Venezuela, realizada el pasado mes de abril, poco se ha movido el diálogo entre la oposición y el oficialismo frente a lo que serán las elecciones presidenciales previstas para 2024.

No obstante, la Comisión Nacional de Primarias no se detiene frente al desafío de construir un proceso electoral que concluya el 22 de octubre del presente año en la salida masiva de las y los venezolanos –dentro y fuera del país– para votar y elegir al representante de la oposición que disputará con Nicolas Maduro la presidencia del vecino país.

Así, el lunes 08 de mayo, la Comisión Nacional de Primarias anunció el reglamento que regirá la contienda, el cual, entre otras cosas, anunció el inicio del registro de candidatos y candidatas de la oposición venezolana, que irá del 24 de mayo al 23 de junio de 2023 y que serán oficializados hasta el 10 de julio, y la estrategia para movilizar la votación en el exterior.

Desconfianza y zozobra sobre la participación del CNE en las primarias

La asistencia técnica del CNE en las primarias ha sido uno de los temas más discutidos desde todos los bandos y sigue sin haber respuestas concretas sobre esta intervención, dejando a la deriva la participación de la institución dentro de la planeación de las elecciones a cinco meses de la fecha establecida.

Es importante partir de que la desconfianza en el sistema de votación del CNE no viene del funcionamiento propio de las máquinas, sino del manejo que esta institución ha hecho del sistema electoral con posible connivencia del oficialismo, que, apoyado en otras estrategias, ha logrado cooptar el sistema en función de los intereses de la facción de Nicolás Maduro.

Por ello, el escepticismo alrededor de la asistencia del CNE en las elecciones opositoras de Venezuela sigue dando razones para consolidar esta creencia, así lo ponen en evidencia las múltiples denuncias que se han hecho sobre la actualización del Registro Electoral.

El 11 de mayo de 2023, la ONG Súmate denunció que desde hace más de 8 meses, el CNE no actualiza el registro de votantes, por lo que los votantes no han podido tener información sobre el estado de su trámite de inscripción, no saben si tienen correcciones o sugerencias frente a la presentación de su documento para las elecciones próximas. A esto se le suma la preocupación por la falta de respuesta frente a las solicitudes que ha realizado la Comisión de Primarias, sobre todo, ante la situación de los más de siete millones de electores que se encuentran fuera del país.

Ahora bien, una de las respuestas que sí recibió la Comisión y que ha puesto en tensión el proceso, fue sobre la protección de la identidad de los votantes y el retiro de las máquinas “captahuellas”. Desde inicios del 2002 el gobierno venezolano insertó en el CNE una modalidad que permite identificar a quiénes acceden al voto mediante su huella digital, no obstante, fuentes de prensa afirman que este sistema solo ha sido usado por la CIA y el FBI para identificar criminales y terroristas, y goza de entera confianza (en el reconocimiento de personas).

A ciencia cierta, estas máquinas fueron una jugada casi que maestra del CNE para beneficio del gobierno. Sin embargo, y como ignora parte de la oposición, en su momento contó con su aprobación –aunque bajo persuasión–. Esto se supo luego de que el diario La Nación revelara que el exrector del CNE, Jorge Rodríguez, en 2004, negoció este instrumento para implementarlo en el referendo revocatorio presidencial que se realizaría en Venezuela en agosto de ese mismo año.

Según da cuenta el informe de prensa, Rodríguez le hizo creer a la oposición que con el control de estas máquinas podrían garantizar la victoria en las urnas porque podrían evitar los problemas en los conteos manuales, aunque este omitió mencionar que este sistema no había sido usado antes en procesos electorales.

Así, aunque la instalación de las máquinas haya pasado bajo aprobación de la oposición, esto fue un tiro al pie que seguramente no vieron venir a pesar de las múltiples estrategias que ha implementado el oficialismo para mantenerse invicto ante las elecciones, y usando todo lo que tienen a su alcance, pues también se supo que quien financió la compra de estas máquinas fue PDVSA, el gobierno no contaba con la solvencia para cubrir dicha compra.

No obstante, hay que recalcar que la intención real detrás de la ambiciosa apuesta del CNE fue captar las huellas de los opositores y atemorizarlos para que se abstuvieran de votar y así evitar represalias. Así, esta cooptación por parte del gobierno hacia las instituciones democráticas le ha permitido acumular el poder, disfrazarlo de democracia representativa y consolidar su control sobre todo el sistema político.

Aunque lo anterior ya se lee como una desventaja abismal para la oposición, puede que todavía no lo sea un escenario que pueda replicarse en las elecciones primarias, puesto que el gobierno no hace parte de la competencia. A esa ausencia es a la que se debe poner una atención significativa, comparar y evaluar el funcionamiento y la organización tanto del CNE con los resultados de la jornada respecto a unos comicios presidenciales podría dar luces de cómo la oposición puede enfrentarse a un sistema manipulado.

Opiniones dividas por la intervención del CNE

Con lo anterior, resulta más que obvia la desconfianza y el recelo de la oposición venezolana ante la participación de un CNE politizado, sin embargo, afirman que con su apoyo logístico o sin él, las elecciones primarias se harán.

Al respecto han sido muchas las reacciones y, de hecho, un punto más en la lista de desencuentros entre en las facciones del bando opositor. Muchos reconocen que el problema no es el uso de las máquinas, porque al final nunca se han comprobado inconsistencias en su sistema. El problema real es, como ya se dijo, la forma en la que el CNE se ha visto envuelto en escenarios de beneficio para el oficialismo, por lo que el presidente de la Comisión ha mencionado la necesidad de hacer uso de los puestos de votación, ya que la misma población ha asegurado que siente que son lugares seguros para votar. Además, es una estructura ya usada, la creación de un nuevo sistema les podría tomar un tiempo considerable y retrasar o entorpecer la contienda.

Ahora bien, aunque la mayoría de los organismos políticos que integran la Comisión Asesora Técnico-Electoral, al menos 9 de 16, están de acuerdo con la asistencia técnica del CNE; sectores como el G3 (Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo), aunque no están confiados por completo, han mencionado que es una herramienta que facilitaría el proceso, sin desconocer que sienten temor, así mismo lo expresaron Henrique Capriles y Benjamín Rausseo.

La fracción de la oposición que se niega rotundamente a tal intervención es la de los líderes de Vente Venezuela, María Corina Machado, y Leopoldo López, de Voluntad Popular, quienes argumentan posturas opuestas y exigen que las elecciones sean completamente independientes a las instituciones del Estado, por lo que incluso proponen un procedimiento manual.

El gobierno venezolano también se ha pronunciado al respecto, el vicepresidente del PSUV Diosdado Cabello afirmó que la oposición sabe que el sistema electoral es seguro y que sin este no existe la posibilidad de que se realicen las primarias en el país. Afirmaciones estratégicas que han legitimado la desconfianza en el electorado, puesto que pueden reforzar la premisa de la intervención del gobierno sobre el funcionamiento del proceso que los ha mantenido por décadas en el poder.

Soluciones –ambiciosas– a los votos de la diáspora

El pasado 08 de mayo se publicaron dos reglamentos, uno para establecer los criterios de participación de candidatos y candidatas, y otro, bastante ambicioso, sobre el funcionamiento del proceso electoral en el exterior.

En este punto, la Comisión de Primarias tiene una propuesta amplia y participativa que de realizarse podría garantizar un ejercicio del voto casi que histórico en el mundo, aunque son grandes y múltiples los retos para que no quede en el papel.

En resumidas cuentas, el reglamento establece que podrán votar en el exterior y en las localidades que disponga la Comisión los ciudadanos venezolanos inscritos en el Registro Electoral; los que no se encuentren en el registro o tengan sus datos desactualizados podrán actualizarlos a partir de la creación de una App que contará con todos los mecanismos de seguridad informática y de verificación de identidad.

Frente a los sitios de votación, la Comisión no propone el uso de los consulados, sino locales o establecimientos gestionados –al parecer– por los mismos ciudadanos, los cuales estarán ubicados en las zonas que concentren el mayor número de personas, probablemente las zonas fronterizas y ciudades capitales.

Esta es una iniciativa con mucha independencia y que de llevarse a cabo mostraría que se pueden crear alternativas a las limitaciones que tenía la oposición, pues ante la ausencia de los consulados y la falta de gestión del gobierno por reactivarlos, realizar un proceso electoral autónomo les daría una herramienta fundamental para garantizar no solo los votos en las primarias, sino también en las presidenciales, que aunque con la población del exterior el oficialismo puede que no tenga muchos incentivos para intervenir en el voto, el reto es el reconocimiento de este.

Conclusiones

Es clave resaltar que la preocupación de la oposición no debería concentrarse en la intervención o no del CNE en unas elecciones que van a estar bajo su control y en las que no va a haber ningún favorecimiento. La atención debe concentrarse en aunar fuerzas y consolidar un bloque que logre hacer contrapeso al poder que ostenta el oficialismo hoy día y que se reflejará en las elecciones de 2024; en las elecciones primarias, la oposición, la Plataforma Unitaria y la Comisión de Primarias son al final un solo frente.

Ahora bien, es claro y la historia política del país ha dado cuenta de que el ventajismo político y electoral característico en los comicios de Venezuela son un fenómeno que ha debilitado el proceso democrático al punto de crear una desafección política entre el electorado, nutrida de los también cuestionados escándalos de la oposición y su lucha por protagonismos. Sin embargo, romper con ese espiral es el verdadero reto para alcanzar un ejercicio democrático incluyente y participativo.

Sin duda son muchos temores alrededor de las elecciones primarias, sin embargo el verdadero temor debe situarse en la concentración de la fuerza electoral que logre hacer frente al sin número de prácticas y estrategias que ha usado el oficialismo para obtener ventajas sobre las voluntades políticas del pueblo, en crear en las primarias un modelo de control electoral que puedan replicar en las elecciones de 2024 que contribuya a la transparencia y la participación.

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