Por: Pares Pacífico.
En medio de música, comparsas, protocolos de bioseguridad y un ambiente generalizado de lucha, llegó la marcha por la dignidad a la ciudad de Bogotá tras completar 16 días de recorrido denunciando la grave situación de derechos humanos que viven los y las lideresas sociales en el Cauca y en el país. En palabras de una de las mujeres caminantes: la marcha por la dignidad es la semilla para recuperar la movilización social que se nos llevó la pandemia, no nos vamos a quedar quietas porque nos están matando.
Partieron desde la ciudad de Popayán en una confluencia de organizaciones sociales caucanas lideradas por el Consejo Comunitario Afro-Renacer del Micay y COCOCAUCA del Proceso de Comunidades Negras (PCN), La Coordinadora Nacional Agraria (CNA), el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), La Universidad del Cauca y varios defensores/as de derechos humanos y excombatientes en proceso de reincorporación.
En su recorrido se fueron sumando otras organizaciones y procesos sociales en Santander de Quilichao, Jamundí, Cali, Cartago, Pereira, Armenia e Ibagué, logrando visibilizar otros actos de protesta y movilizaciones, tal y como sucedió en el caso de las comunidades indígenas Nasa, recientemente desalojadas en el sector de La Viga-Pance en la ciudad de Cali.
También sufrieron acoso policial en su paso por el municipio de Cartago, en el Norte del Valle y por el Eje Cafetero. Desde la Marcha por la Dignidad denunciaron que desde la UNP no les autorizaron el acompañamiento de los esquemas de seguridad y que policías de civil a pie y en carros, intentaron infiltrar el recorrido averiguando el nombre de los y las marchantes, además de la grabación permanente e intimidación.
Desde la ciudad de Popayán en una confluencia de organizaciones sociales, llegan a Bogotá con el lema: «Nos unimos a la lucha por la dignidad» Fotografías: Cortesía Marcha por la Dignidad.
Pese a las dificultades del camino y el cansancio, hoy arribaron a Bogotá con mensajes por la defensa de la vida y una serie de exigencias que se sumaron en el recorrido por el pedido de diferentes organizaciones sociales, y que serán presentadas al Gobierno de Iván Duque en un acto de cierre, a las 6:00 pm, con una velatón por la vida y libertad en el centro de la capital.
¿Por qué marchar hasta Bogotá?
El Cauca, como departamento y el sur-occidente como región, son dos escenarios en los que las violaciones de derechos humanos contra la población civil han empeorado como consecuencia directa de la reconfiguración del conflicto armado y la entrega de armas por parte de las FARC.
En la región del Cañón del Micay, especialmente en los municipios de Argelia y El Tambo, se vienen presentando la mayor parte de asesinatos de líderes y lideresas sociales y de excombatientes. Es una zona muy compleja en la que se libra una disputa a muerte entre los Grupos Armados Pos-Farc (GAPF) Frente Carlos Patiño, apoyado por la columna Jaime Martínez, contra el Frente José María Becerra del ELN, por el control de los cultivos y los corredores estratégicos del narcotráfico en la salida al mar Pacífico.
La marcha por la dignidad es una muestra clara de que el Cauca y el suroccidente son escenarios históricos de la resistencia campesina, indígena y afrodescendiente, y de organizaciones sociales. Fotografías: Cortesía Marcha por la Dignidad.
Los últimos acontecimientos muestran que en esta región se han consolidado los GAPF en Argelia y el Tambo, diezmando al ELN, y en ese sentido, la guerra se va desplazando hacia el Pacífico Caucano en municipios como López de Micay y Timbiquí, donde la oficina regional Pares-Pacífico registra presencia de GAPF como el Frente Oliver Sinisterra, el Frente 30, el frente Alfonso Cano de la Segunda Marquetalia y, por otro lado, de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia AGC/Clan del Golfo y presencia de carteles mexicanos.
Es en este contexto que surge la Marcha por la Dignidad como última estrategia por parte de varios líderes y lideresas sociales para llamar la atención sobre su situación bajo la consigna #NosEstánMatando. Vale la pena resaltar la capacidad de convocar y juntar otras organizaciones sociales en el camino, ganando cada vez más reconocimiento y visibilidad. Pero también como desde la institucionalidad desconocen estos mecanismos de protesta.
La marcha por la dignidad es una muestra clara de que el Cauca y el suroccidente de Colombia, son escenarios históricos de la resistencia campesina, indígena y afrodescendiente, así como de organizaciones sociales fuertes con capacidad de movilización durante todo el año, aún en condiciones de violencia, pandemia y crisis social y económica.
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