Por: Línea de investigación de Jóvenes
El Paro Nacional hizo evidente la digna rabia social de la juventud colombiana. Las calles se llenaron de reclamos convertidos en grafitis, cumbiambas, bailes, sancochos comunitarios, poesía y canto. Pero, al mismo tiempo, se llenaron de represión estatal. En Pereira, en este contexto, dos jóvenes activistas fueron asesinados: Lucas Villa, abaleado en el viaducto Pereira-Dosquebradas el 5 de mayo de 2021 y quien murió una semana después, y Héctor Fabio Morales, que perdió la vida 3 días más tarde, el 8 de mayo.
Ante la negativa institucional para brindar garantías para la protesta, y el asesinato no esclarecido de estos dos líderes, un sector del paro buscó en la Gobernación de Risaralda una interlocución que les permitiera ser escuchados. De esta forma surgió la Escuela de Liderazgo Juvenil: Jóvenes liderando la reconciliación.
En ella, a través el juego, 20 jóvenes adquirieron herramientas emocionales y destrezas sociales para tramitar sus desacuerdos, superar sus dolores y dificultades personales y reasumir, después del proceso de protesta y violencia sufridos, una re existencia que fuera más allá del solo acto político de resistir en las calles y las barricadas.
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