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Carlos Ramón González, al borde del abismo

  • Foto del escritor: Redacción Pares
    Redacción Pares
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura

Por: Redacción Pares



Hasta hace unos años Carlos Ramón González era un hombre respetado, respetable. Su pasado en el M-19 no era un impedimento para ser bien aceptado y visto como un político eficiente, limpio. Incluso fue el fundador de la Alianza Verde. En 2019 fue elegido presidente de esa colectividad junto con Antonio Navarro Wolf y con Antanas Mockus. Durante el gobierno Petro fue nombrado director del Dapre y allí una frase y una actitud terminaron por hundirlo: lograr un objetivo sin importar el medio por el que se consiguiera. Esto lo tiene contra la pared. Carlos Ramón González fue imputado este 21 de mayo por su presunta participación en el escándalo de corrupción en la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). González está acusado de haber sido determinante para desviar recursos que irían a zonas que necesitaban con urgencia obras para mitigar desastres naturales, a engrasar la maquinaria del gobierno en el Congreso. Fueron los testimonios de Olmedo López y Sneyder Pinilla los que terminaron hundiéndolo. Carlos Ramón González no está en este momento en el país.


Se tienen indicios de que busca ser admitido como perseguido político en Costa Rica. Esta salida se complica al comprobarse que, quienes lo están denunciando no son precisamente sus más enconados enemigos sino algunos compañeros suyos como Sandra Ortiz, ex consejera para las regiones, fue quien dio testimonio contra él y es su peor testigo. Los delitos por los que está siendo investigado son el de cohecho, peculado por apropiación a favor de terceros y lavado de activos. El expediente que tiene la Fiscalía contra él apunta a que diseñó una estructura con roles específicos asignados según la jerarquía de cada colaborador. Fue así como designó, por ejemplo, a Sandra Ortiz para que fuera el puente con Iván Name y le ofreciera 3000 millones de pesos para que ayudara en su rol de presidente del Senado para hacer pasar en ese estamento las reformas con las que soñaba este gobierno. En este momento Iván Name, expresidente del Senado está preso. Andrés Calle, quien estaba al frente de la Cámara de Representantes, se entregó a las autoridades.


Según la Fiscalía, Carlos Ramón González lideraba una red de corrupción, una organización criminal que operaba a la sombra de la institucionalidad. Así fue como compraron carrotanques que no servían para llenar de agua a la Guajira, un departamento históricamente acosado por la sed, y desviaron recursos que estaban destinados para cubrir las necesidades de regiones que se encuentran en situaciones críticas por culpa de emergencias ambientales, recursos millonarios que fueron destinados a engrasar políticos. En este entramado también se está investigando al exministro de Hacienda Ricardo Bonilla.


Este es un golpe muy duro a un hombre que hasta este momento llevaba una hoja de vida intachable. Su fidelidad al gobierno del cambio le pudo haber jugado una mala pasada y sus decisiones pudieron destruir directamente su reputación. Difícil levantarse.

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