Por: Redacción Pares
En una entrevista con Mañanas Blu, Otty Patiño, líder del equipo negociador del Gobierno con el ELN, abordó la aparente falta de unidad de mando dentro de este grupo armado. A pesar de entrar en un cese de hostilidades, el ELN ha intensificado sus acciones armadas en diferentes puntos del país, como el paro armado en Chocó, los ataques en Fortúl y el secuestro de la sargento Ghislaine Ramírez y sus hijos. Patiño reconoció que si bien estas acciones no representan una amenaza directa para la estabilidad del país, generan un daño considerable y provocan inseguridad y malestar en la población.
El caso se encuentra siendo gestionado a través del mecanismo de verificación y monitoreo establecido en el proceso de paz. Patiño destacó que el ELN muestra voluntad política en la mesa de negociación, pero no está seguro de que esta voluntad se extienda a todos los frentes de guerra. Explicó que la estructura del ELN es peculiar y carece de la misma verticalidad y obediencia presentes en la fuerza pública. Aunque hay un mando central, no opera con la rapidez y comprensión necesarias en un ejército institucional o en una fuerza irregular altamente centralizada. Esta falta de unidad de mando plantea interrogantes sobre la coherencia y la dirección de la organización guerrillera.