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Venezuela: se fueron los músicos, se quedó la violencia

Por: León Valencia, director – Pares


285 heridos en los disturbios en la frontera con Colombia y algunas fuentes hablan de 14 muertos en los límites con Brasil. Es el saldo de la jornada. Ese era el balance trágico el sábado 23 de febrero en las horas de la noche después de las acciones que se desataron con el intento de introducir drogas y alimentos en Venezuela contra la voluntad del gobierno de Maduro. Lo que vimos en televisión es violencia, incendios, heridos y muertos en la frontera.


Triste, muy triste, lo que ha ocurrido este fin de semana. La testarudez y la violencia de Maduro y su gobierno y la irresponsabilidad y la provocación de Donald Trump e Iván Duque están agregando más crisis a la crisis, más dolor al dolor, más zozobra a la zozobra que vive el pueblo de Venezuela.


En los medios de comunicación se decía que era una respuesta perversa del gobierno de Maduro a una ayuda humanitaria totalmente justa. Mis compatriotas no se preguntan porqué la Cruz Roja Internacional y las Naciones Unidas no participaron en las acciones de Trump y Duque en Venezuela. Se hubieran dado cuenta de que estos organismos no consideran que estas fueran acciones verdaderamente humanitarias, neutrales, alejadas de una grave intencionalidad política.


Trump y el Uribismo han querido una guerra y han dado un paso con sus acciones en Venezuela, y las fuerzas de la paz y la democracia en Colombia no están haciendo nada por impedirlo, me duele esto, me avergüenza. Intentar entrar en Venezuela a la fuerza era una manera de provocar una tragedia y construir una nueva justificación para intervenir militarmente en ese país. Era imposible que no hubiese violencia y lo sabían.


Mi amiga Clara López afirma que hay mucha intimidación por la actitud militante de algunos medios de comunicación muy poderosos. En estas condiciones mucha gente se abstiene de adoptar una posición crítica e independiente.


Pero yo digo que es tan deshonroso defender las acciones del gobierno de Maduro como aplaudir la intervención de Trump y Duque en el vecino país. Prohijar la violencia de los bandos enfrentados es un desafuero ético y moral.


Es un verdadero abuso del lenguaje llamar cerco diplomático a las acciones que están realizando Duque y Trump sobre Venezuela. Abusan de la bondad de la gente vendiendo la idea de que es una operación desinteresada, una acción generosa para darle comida a la gente pobre y hambrienta y para liberar a un pueblo de las garras de una dictadura.


Al final de la jornada Juan Guaidó, el autoproclamado presidente de Venezuela dijo en su cuenta de twitter: “Los acontecimientos de hoy me obligan a tomar una decisión: plantear a la comunidad internacional de manera formal que debemos tener todas las opciones abiertas para lograr la liberación de esta patria que lucha y seguirá luchando. La esperanza nació para no morir”.


Lo que está en juego es un territorio rico en petróleo y en minerales y muchos países ricos y poderosos tienen intereses allí. Por otro lado, el salto que han dado Rusia y China, en los últimos años, en la geopolítica mundial ha llevado la disputa internacional a nuevos territorios. América Latina es uno de ellos. No hay sólo altruismo en toda la estrategia que han puesto en marcha el gobierno de Estados Unidos y Colombia.


Por supuesto, Venezuela está en una grave crisis y el modelo económico y social que intentaron Hugo Chávez y Nicolás Maduro ha fracasado. También el modelo político autoritario y caudillista. Pero es a los venezolanos y solo a los venezolanos a quienes compete cambiar esta situación.


No es cierto que no haya una salida distinta a tumbar por la fuerza a Nicolás Maduro. El Grupo Internacional de Contacto, conformado por la Unión Europea y algunos países de América Latina, están intentando inducir una negociación entre el Chavismo y la oposición para conformar un gobierno de transición compartido que convoque a unas elecciones libres y monitoreadas paso a paso por la comunidad internacional.


En la semana que empieza quisiera ver a muchos colombianos invocando una salida pacífica y negociada para la grave crisis y la polarización que sufre Venezuela.

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