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Vargas Lleras ¿El salvador de Cambio Radical?

Por: Esteban Salazar. Coordinador de la Línea de Democracia y Gobernabilidad Pares.

Cambio Radical es el ejemplo de una maquinaria electoral, capaz de combinar todas las formas de competencia política para hacerse al poder en lo nacional y lo local. Como partido, poco, y aunque su ideología, según manifiestan en su historia, es liberal, se trata de una amalgama de gamonales y políticos articulados en una fábrica de avales servil al poder tradicional.


Ante el ascenso de la insatisfacción ciudadana con los políticos tradicionales, la implosión de Cambio Radical es inminente. A tal punto que de diversos sectores piden que su máximo jefe, Germán Vargas Lleras los salve, sin siquiera apelar a modificar sus funestas prácticas electorales.

Estas y otras razones han llevado a que muchos oportunistas salten del barco para camuflarse de alternativos o pelechar impunemente en el uribismo. Y claman a que el salvador sea Vargas Lleras, tal vez el político y otrora candidato presidencial más quemado en la historia del país -solo superado por el difunto Horacio Serpa en sus innumerables aspiraciones presidenciales-.


Como si esto no fuera suficiente, poco o nada ha hecho este partido por la ciudadanía. En cambio, han generado un auténtico daño a la democracia y el sistema de partidos políticos, por avalar en diversas oportunidades a personajes enredados con problemas judiciales e incluso aliados con grupos armados ilegales. Casos hay muchos.


Pero el eje de esta columna se centra en el futuro del partido, en manos de quien claman como salvador. La realidad es más compleja si se observan detalladamente las tendencias electorales y los resultados, se trata de un hueso duro de roer. Es innegable que Cambio Radical ha tenido un éxito en cada elección desde 2002, cuando acompañaron a Uribe en su primera aspiración presidencial y eligieron 5 senadores y 10 representantes.


Luego, para las elecciones locales de 2003 obtuvieron 2 gobernaciones y 95 alcaldías. Para el 2006 subieron a 16 senadores y 21 en representantes a la Cámara. Esta elección fue especialmente importante porque Vargas Lleras obtuvo más de 230 mil votos en el Senado, siendo el congresista más votado de la historia -apenas superado en 2018 por Antanas Mockus, quien alcanzó más de 500 mil votos-.


Desde este momento, a nivel electoral Cambio Radical se alineó con cada gobierno de forma simbiótica a sus intereses burocráticos, que iban desde ministerios, agencias y embajadas hasta las partidas presupuestales estratégicas de proyectos de alto impacto para el país.

Para 2010 el partido obtuvo 8 senadores y 28 representantes, cuando Vargas Lleras como candidato presidencial en primera vuelta obtuvo 1.473.627 votos. En segunda vuelta se alinearon con Juan Manuel Santos y lograron uno que otro ministerio. Apenas un año después, en las locales de 2011, el partido obtuvo una gobernación y 155 alcaldías.


En esa misma línea, para 2014, cuando Vargas Lleras fue fórmula vicepresidencial de Santos, Cambio Radical obtuvo 9 senadores y 16 representantes; y en 2015 obtuvo 8 gobernaciones, entre avales propios y coalición, y 105 alcaldías.


Sin inmutarse, a pesar de los diversos cuestionamientos, investigaciones e incluso condenas contra varios de sus funcionarios de elección popular hasta ese momento, en 2018 Cambio Radical tuvo de candidato presidencial a Vargas Lleras y alcanzó 16 senadores y 30 representantes a la Cámara, con 2.155.487 votos, muy superior a la votación que obtuvo Vargas Lleras a la presidencia: 1.403.933 votos. Un hecho similar al de Humberto de la Calle, quien obtuvo 398.138 votos, muy inferior a los 1.901.133 votos que sacó su partido -Liberal- en la lista al Congreso.


En 2019 Cambio Radical obtuvo 5 gobernadores y 88 alcaldes propios y en coalición. Una demostración más de su poder electoral, a pesar del ascenso de los partidos alternativos y el uribismo.


Sin embargo, Vargas Lleras desapareció desde su frustrada aspiración en 2018 y se amotinó en sus columnas de opinión en El Tiempo. Nunca se le volvió a ver en una entrevista ni en un debate público. Tampoco en los pasillos del Congreso o de los ministerios donde amasó tanto poder, pero al parecer no para él, sino para los Clanes que le dieron la espalda en su candidatura presidencial.


Y sí, ahora quienes reclaman su liderazgo, son los mismos responsables de sepultar su poderío y trasladarlo al uribismo. Hoy se ve, por ejemplo, al Clan Char recibir los beneficios del Gobierno Nacional e incluso presiden con el senador Arturo Char el Congreso de la República. Las cuotas que acostumbraba Vargas Lleras en la Procuraduría, en la Fiscalía y en la Contraloría General y de Bogotá son historia del pasado. Ahora los Char son los que mandan.


¿Y a nivel electoral?


La realidad es que, al parecer, los votos nunca fueron de Vargas Lleras. Incluso, pretender que regrese al Congreso luego de 15 años de ocupar por última vez una curul allí es arriesgado. Los votos como candidato presidencial no son los mismos para el Congreso. Ha pasado de moda la votación por maquinaria y, en el mejor escenario, la apuesta de Vargas Lleras sería la de compensar los 274 mil votos de Rodrigo Lara (92.000), quien se va del partido; los de su ahijado político, Germán Varón Cotrino (64.457) y los de Luis Eduardo Díaz-Granados (117.000), quienes no volverán a aspirar.


Sin duda, Vargas Lleras hoy no cuenta con la fuerza, ni la maquinaria, ni el poder que, incluso en su mejor momento, no le alcanzaron para lograr los votos de su partido en 2018. Esto, en medio del crecimiento de los partidos alternativos y la desbandada de las figuras propias de Cambio Radical.

Según se ha conocido recientemente, Vargas Lleras buscaría que David Luna haga parte de la lista al Senado -quien cuenta con su propia estructura con un representante a la Cámara y un concejal en Bogotá-, tratando de mantener algunas de sus fórmulas a nivel territorial con el gran reto de superar el umbral y mantener, al menos, la mitad de las curules actualmente. Necesario, pero insuficiente.

Finalmente, a su favor juega el hecho de que Uribe no pueda liderar la lista de su partido; no obstante, se desconoce cuál será el candidato a la presidencia que apoyará Cambio Radical, la cual se encuentra entre los planes de los Char y el uribismo, y las coaliciones alternativas cada vez más en crecimiento.


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