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Un panorama de la situación que se vive en Cuba

Laura Cano Periodista – Pares

Durante los últimos días, los reflectores mediáticos han estado puestos en Cuba. Desde el pasado domingo, en aquel país se han venido presentando una serie de manifestaciones sociales que iniciaron en San Antonio de los Baños, al sur de La Habana, y que han estado, principalmente, motivadas por la falta de vacunas contra el covid-19 y la escasez de alimentos. Estas movilizaciones se fueron replicando en otras ciudades y, a la fecha, se habla de alrededor de 50 personas que han sido arrestadas. Hay que señalar que uno de los grupos que ha estado convocando a las protestas es el Movimiento San Isidro, el cual hace parte de la denominada disidencia cubana: la oposición al Partido Comunista de Cuba.

Lo cierto es que la situación en Cuba, así como en Colombia, no solo se ha desatado por los recientes hechos y reclamos, sino que está marcada por una serie de acontecimientos históricos que hoy muestran una cara de lo que se vive en la isla.

Ante esta situación, han sido múltiples las reacciones que se han dado desde distintos sectores políticos, entre ellas las de organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, que ha denunciado «detenciones arbitrarias y selectivas» por parte del Gobierno en contra de las personas manifestantes. Se informó, a través del medio de comunicación BBC, que se han registrado al menos 247 personas que han sido detenidas o que están desaparecidas. No obstante, hay que señalar que oficialmente no hay datos sobre estas cifras. Adicionalmente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también se ha pronunciado a través de sus redes sociales afirmando que recibió “reportes sobre uso de la fuerza, detenciones, agresiones a manifestantes y periodistas, además de cortes de la señal de Internet”. En ese sentido, le hizo un llamado al Gobierno cubano a ofrecer garantías para el derecho a la protesta.


Las protestas han llevado a que, por ejemplo, como lo aseguró el medio español ABC, el general de brigada Jesús Manuel Burón Tabit haya dimitido tras cuestionar el uso excesivo de la fuerza policial para reprimir las manifestaciones del 11 de julio, lo que habría llevado a su salida de la cartera. No obstante, poco después en medios se afirmó que esa información era falsa, incluso el mismo presidente Miguel Díaz-Canel dijo por televisión que es «una más de las mentiras publicadas sobre lo que pasa en el país”. Por otra parte, hay que recordar que en las últimas horas se conoció que se suspendían los aranceles a los alimentos y medicinas que los viajeros llevan a la isla. Esta medida regirá desde el próximo lunes hasta el 31 de diciembre del presente año.

Durante estos días también se han denunciado las constantes restricciones al servicio de internet. Además, se ha reportado que en medio de las protestas fue asesinado Diubis Laurencio, un joven de 36 años que se encontraba en medio de las manifestaciones desarrolladas en el Consejo Popular Güinera, del municipio de Arroyo Naranjo, cuando se presentaron enfrentamientos con la fuerza pública del país. Ante lo sucedido, desde el Ministerio del Interior se aseveró que “grupos organizados de elementos antisociales y delincuenciales en el Consejo Popular Güinera, municipio de Arroyo Naranjo, alteraron el orden e intentaron dirigirse hacia la estación de la Policía Nacional Revolucionaria del territorio, con el objetivo de agredir a sus efectivos y dañar la instalación».

Por su parte, Miguel Díaz-Canel, que viajó el pasado domingo hasta San Antonio de los Baños, respecto a toda esta situación aseveró: “no vamos a admitir que ningún contrarrevolucionario, mercenario, vendido al Gobierno de los Estados Unidos, vendido al imperio, recibiendo dinero de las agencias, dejándose llevar por todas estas estrategias de subversión ideológica, vaya a provocar desestabilización en nuestro pueblo. Habrá una respuesta revolucionaria. Por eso estamos convocando a todos los revolucionarios del país, a todos los comunistas, a que salgan a las calles en cualquiera de los lugares donde se vayan a producir estas provocaciones”.

Con esto, es necesario traer a colación que las peticiones de las y los manifestantes, como se ha hecho saber en los distintos videos que circulan a través de redes sociales, tienen que ver con reclamos por libertades civiles, la renuncia del presidente, la admisión de ayuda humanitaria para enfrentar la grave crisis sanitaria, así como necesidades de alimentos y medicinas. Asimismo, en los últimos días se ha insistido en que se detenga la violencia contra los manifestantes, así como que cese la restricción a internet, canal por el que se venía informando sobre lo que pasaba en la isla y, también, medio que ha funcionado para convocar gente a las protestas.

Hay que mencionar que a raíz de todo esto se han alertado dos cosas: por un lado, el enfriamiento de las protestas y, por otro, la dificultad que hay para mostrar lo que realmente está pasando en la isla, así como para mantener los flujos de información tanto internos como externos.

El lado b de la situación en Cuba

Mientras la atención mediática se ha puesto sobre las movilizaciones que se han desarrollado en contra del Gobierno, en la isla también se han venido realizando protestas en apoyo a Díaz-Canel. A través del diario BBC se citó la opinión de uno de los manifestantes, identificado como Antonio Crespo, quien afirmaba que «los que llegamos hasta aquí somos fieles veladores de la Revolución, la queremos fuerte, porque estamos criados por ella. Y ahora, con la presencia de Díaz-Canel, nos sentimos firmes, seguros, porque la Revolución está con el pueblo, que es el verdadero dueño de las calles. En Cuba no vamos a permitir que entren aquellos que quieren arrebatarnos lo conquistado».

Hay que decir que, justamente, una de las consignas de quienes han salido a las calles a favor de la revolución es que pare el bloqueo económico al que Estados Unidos ha sometido a Cuba. Y es que justamente este ha sido uno de los motivos históricos que ha venido afectando la economía y las relaciones internacionales de Cuba, especialmente en un periodo tan complejo como el desatado por el covid-19.

Hay que decir que este embargo ha significado una serie de sanciones económicas, financieras y comerciales por las cuales se restringe la compra y venta de mercancías desde y hacia Cuba. Además, este bloqueo también ha implicado la restricción del uso del dólar, lo que ha sido una limitante más para poder hacer transacciones con otros países. Esto ha llevado, por ejemplo, a la limitación de las importaciones de fármacos y medicamentos porque se hallan sujetas a condicionantes. También las exportaciones se ven limitadas, lo cual no es un detalle menor en la coyuntura actual en la que, por ejemplo, Cuba ha sido uno de los países que ha logrado producir su propia vacuna contra el covid-19.

Vale la pena recordar que el primer bloqueo del país norteamericano a la isla ocurrió en 1958, pero para esa ocasión solo se impedía la comercialización de armamento. No obstante, para 1960, años después del triunfo de la Revolución Cubana, las sanciones se incrementaron, y para 1962 ya se estaba impidiendo la comercialización de alimentos y medicinas.

En 1990 estas restricciones adquirieron carácter de ley, y en 1996 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley Helms-Burton, la cual eliminó la posibilidad de hacer negocios en Cuba o con el Gobierno de ese país. Tres años más tarde, Bill Clinton acentuó las medidas y aumentó las restricciones. No fue sino hasta la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca que se intentó mejorar las relaciones entre ambos países, pero la iniciativa duró hasta cuando se posesionó Donald Trump como presidente, quien de nuevo endureció las medidas (las cuales han sido mantenidas por el ahora presidente demócrata Joe Biden).

En este punto es importante tener presentes dos cosas. Por un lado, recordar las palabras de Biden respecto a la situación en Cuba: “Apoyamos al pueblo cubano y su clamor por la libertad y el alivio del trágico control de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico a las que ha sido sometido por el régimen autoritario de Cuba”. Además, la situación también ha servido como pretexto para que otros dirigentes estadounidenses, (como Francis Suárez, alcalde de Miami) aprovecharan la coyuntura para pedir una intervención de Estados Unidos en la isla. Al respecto, no sobra recordar que la defensa por la autonomía e independencia de la isla y, por lo tanto, la oposición a cualquier tipo de intervención estadounidense han sido unas de las banderas y de las luchas de buena parte del pueblo cubano.

A la luz de todo este panorama y de la complejidad del contexto social, político, económico y cultural de Cuba, parece ser incierto el rumbo que tomará la situación en aquel país.



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