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Un balance de la primera corrida de toros 2020

Por: Laura Cano, periodista Pares.


El pasado fin de semana comenzó un nueva temporada taurina en la capital colombiana. Esto tras conocerse que desde la actual Alcaldía no se podía dar marcha atrás, pues ya había un contrato firmado con los empresarios que la llevaron a cabo este año. Esta jornada concretamente se vivió desde la molestia de que no se entienda de que venimos luchando de todas las formas posibles para que esa actividad finalmente se termine, pero a veces parece que la gente no entiende que, pese a todos los intentos, tenemos una Corte Constitucional y unas ramas del poder público que ceden a los intereses de las personas que quieren que ese tipo de actividades continúen, explicó a Pares Natalia Parra Osorio, directora de la plataforma animalista Alto.


Además, a esto se le agrega la imposibilidad que tiene el gobierno local de suspender esta actividad. Esto se aclaró en 2013 durante el mandato de Gustavo Petro, quien había adelantado un proceso para la prohibición a esta actividad en la ciudad, pero quien, como respuesta a esta medida, recibió una acción de tutela contra acto administrativo por parte de la Corporación Taurina de Bogotá y radicada en la Corte Constitucional, entidad que en su respuesta retomó la Ley 916 de 2004, estableciendo que se debía: “restituir de manera inmediata la Plaza de Toros de Santa María como plaza de toros permanente para la realización de espectáculos taurinos y la preservación de la cultura taurina, sin perjuicio de otras destinaciones culturales o recreativas siempre que estas no alteren su destinación principal y tradicional, legalmente reconocida”.


En ese documento también se estableció que tenían que: “ordenar a las autoridades distritales competentes disponer lo necesario para la reanudación del espectáculo taurino en la Plaza de Toros de Santa María de Bogotá, mediante la adopción de mecanismos contractuales u otros administrativos que garanticen la continuidad de la expresión artística de la tauromaquia y su difusión”.


A esto se le agregó la claridad que: “La administración distrital habrá de abstenerse de adelantar cualquier tipo de actuación administrativa que obstruya, impida o dilate la celebración de espectáculos taurinos en la Plaza de Toros de Santa María”.


Así, se inhabilitó a la alcaldía de ese momento y a las venideras de la toma de decisiones que condujeran a la prohibición de las temporadas taurinas. Sin embargo, es necesario aclarar que desde dicho organismo sí se está en la capacidad de tomar medidas que promuevan desincentivar la asistencia a este tipo de eventos; como la creación de actividades alternas o las determinaciones en los contratos con los empresarios taurinos.


Este año la alcaldesa Claudia López, estableció que como medida la propuesta de “la fiesta no brava”, e invitó a los ciudadanos a participar de los eventos que se desarrollan en lugares como la Cinemateca, el Teatro Jorge Eliecer Gaitán, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño y también de asistir a conciertos de la Sinfónica de Bogotá.


Un balance de la primera jornada de temporada taurina


Para la realización de esta temporada taurina fue contratada la empresa mexicana Casa Toreros. Mediante lo establecido en el contrato se configura que esta actividad irá desde el pasado de 02 febrero, hasta el próximo 01 de marzo. Además, que para la prestación de la Plaza de Toros la Santamaría, la empresa privada debía asumir el pago de alrededor del 14.9% por venta de boletería; para este año los precios de estas oscilan entre 90.000 y 706.000.


Pares habló con Natalia Parra Osorio, directora de la Plataforma ALTO, quien desde esta organización ha trabajado para promover la prohibición y regulación de las corridas de toros, principalmente en Bogotá.


Pares: ¿Cómo se vivió el inició de la temporada del 2020?


Natalia Parra Osorio: Esta jornada concretamente se vivió desde la molestia de que no se entienda de que venimos luchando de todas las formas posibles para que esa actividad finalmente se termine, pero a veces parece que la gente no entiende que, pese a todos los intentos, tenemos una Corte Constitucional y unas ramas del poder público que ceden a los intereses de las personas que quieren que ese tipo de actividades continúen.


Nos encontramos el fin de semana pasado con gente que le reprochaba a la nueva alcaldesa por prestar el escenario. Eso es muy molesto porque se ve cómo se pierde la objetividad con tal de criticar que ella haya tenido que prestar el predio. Inclusive se atacó a los animalistas diciendo que había permisividad en dejar que Claudia López haga esas cosas. Tocó hacer mucha pedagogía para que se entendiera porqué las cosas están funcionando así. Fue un domingo confuso en ese sentido.


También fue una jornada en la que tuvimos que demostrar que los animalistas no éramos unos terroristas como han querido mostrar, por tan solo una vez de tantas en las que hemos salido a manifestarnos, en la que hubo unos desmanes, los que, a nuestro parecer, tienen que ver con personas infiltradas.


Pares: ¿Cómo se ha movido el movimiento animalista con la nueva administración frente al tema de las corridas?


N.P.O: Con la Secretaría de Gobierno hemos tenido encuentros y desencuentros, pero más encuentros y allí se decidió tener una jornada de manifestación desde el arte, lo cultural y pedagógico. En ese sentido llegó la crítica de porque no estábamos haciendo una protesta mucho más fuerte, cuando todas las formas de pronunciarse son válidas. Además, hay que tener en cuenta que el Congreso nada que aprueba una ley que comience a cambiar esto, ellos son los únicos que tienen la competencia de prohibir o regular la corridas, es a ellos a quienes tenemos que dirigir el reclamo, no a una alcaldía que está maniatada.


Sin embargo, es en el siguiente contrato es en el que vamos a verificar si la alcaldía tiene la disposición para que estas corridas dejen de ser favorable para los taurinos y busquen establecer todas la medidas y mecanismos para que no le quede tan fácil acceder a tantos privilegios a los organizadores de las temporadas taurinas desde lo contractual de la ciudad.


Pares: ¿Cuál fue el balance de asistencia y de seguridad que se vivió en esta primera corrida?


N.P.O: Un sector aficionado a esos espectáculos se jacta de haber llenado la Plaza, eso no es verdad, a este lugar le cabe un poco más de 10.000 personas y los cálculos dan que fueron alrededor de 5.000. Lo que les decimos es que si llenaron tanto la plaza es que le tiene que pagar al Distrito lo que equivaldría la Plaza llena. Vamos a ver si eso pasa.


El operativo de seguridad a partir de este año no está corriendo bajo el erario, quien lo tiene que cubrir es el empresario. Eso es crucial porque ya no pueden ser tan exagerados como venía siendo en los años pasados, que como la plata era del Distrito se gastaba con medidas exageradas y se cerraba el centro como querían. Ahora que es con plata del bolsillo del señor que organiza ya no puede ser tan desmedido el operativo.

«El movimiento animalista no es ajeno a peleas o discusiones, pero esta vez nos sentamos todos para construir desde la hermandad.» Foto: Pares.

Sin embargo, nuestra preocupación es que había una forma de desincentivar esta actividad, que era restringiendo el consumo de alcohol, a pesar de esto por la quinta la Policía no actuó mucho frente a esto, fueron espectadores de cómo por esa calle tranquilamente la gente se estaba emborrachando y ni siquiera estaban limitando el ingreso de estas bebidas a la Plaza.


Pares: ¿Cómo estuvo la organización este año del movimiento animalista para la preparación de la temporada antitaurina?


N.P.O: Como en todos los actores de la sociedad civil se presentan a veces diferencias, somos finalmente un movimiento joven, quizá el más joven de todos, estamos en proceso de maduración por decirlo así. En ese sentido, el movimiento animalista no es ajeno a peleas o discusiones, pero esta vez nos sentamos todos para construir desde la hermandad.


Ya estamos cooperando, dando ideas, acompañando los diferentes eventos, trabajando en conjunto contra las corridas de toros. Lo del domingo fue ejemplo de eso, fueron varios eventos que se subseguían en un ejercicio colaborativo y estaremos así en los sucesivos días de la temporada.


Pares: ¿Por parte de la Corte ven alguna luz que dé de alguna forma vía a la prohibición de las corridas de toros en Bogotá?


N.P.O: De la Corte no podemos esperar gran cosa. El último fallo es muy precario y los establece como un objeto de protección simplemente. Como han establecido su postura frente a este tipo de eventos, es delimitarnos completamente para poder evitarlos o regularlos, dejándolo solo en manos del Congreso, inclusive aniquilándonos la Consulta Antitaurina que tuvo todo su trámite legalmente como debe ser y que fue aprobada, pero que en el momento en que tenía que ser sometida a votación por la ciudadanía llega la Corte y la hunde.


Desde allí no podemos esperar nada, además porque el Congreso está compuesto mayoritariamente por personas que siguen los intereses de ganaderos, de los dueños de la tierra, de los empresarios que les conviene que este tipo de eventos permanezcan, no solo porque sean aficionados, sino porque saben que son una clase poderosa y que si las corridas de toros siguen hay otras arbitrariedades que pueden seguir su rumbo. Ni siquiera han querido grabar las corridas de toros con IVA, mientras que la mayoría de los ciudadanos tenemos que pagar IVA por una cantidad de cosas.


Frente al tema de la entrada de niños y niñas, logramos que la ONU ordenará que se alejarán a los menores de edad de la tauromaquia, esto basándose en la Convención sobre los Derechos del Niño. Lo que hicieron la mayoría de los congresistas al presentar el proyecto fue declararse impedidos, huno casi 40 impedimentos, estos se basaban, no en que tuvieran niños entrenados en corridas de toros, sino porque tenían familiares hasta en tercer o cuarto grado de consanguinidad que son menores de edad.


Es decir, la excusa fue absurda, o sea que, no podrían jamás votar una ley que tuviera que ver con infancia porque tienen algún niño en la casa. Lo que pasó fue que se levantó la sesión, se dilató y se hundió el proyecto.


En lo anterior está la dificultad de todo, por eso es por lo que como ciudadanía nos tenemos que organizar fuertemente para mover el tema en el Congreso en el momento preciso, porque también hay quienes saben que como este es un tema taquillero, radican proyectos en momentos en que no son estratégica, ni políticamente adecuados. Hay que buscar los espacios y momentos para continuar la pelea donde debe ser.

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