Por: María Camila Contreras, Línea Conflicto, Paz y Postconflicto
Aulio Isaramá Forastero nació en la comunidad Indígena Emberá Docasina del municipio de Alto Baudó en el Chocó. Isaramá terminó el bachillerato en el colegio Mario Chamorro del Alto Baudó y desde ese momento se dedicó a la docencia. Trabajó para la mayoría de las comunidades Emberás en el Chocó. Así mismo, se destacó por su liderazgo en la región, razón por la cual fue elegido gobernador en diversas oportunidades. Su última labor la desempeñó como gobernador del Resguardo Indígena Emberá Dóbida Catrú Dubaza Ancoso del mismo municipio.
El 24 de octubre del 2017, hombres con camuflado se llevaron a Aulio a dos kilómetros de su comunidad y, luego de interrogarlo. lo asesinaron con arma de fuego. Los sujetos se identificaron como guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este hecho violento habría sido un incumplimiento al cese al fuego acordado el 4 de septiembre de 2017 entre el gobierno de Juan Manuel Santos y el grupo guerrillero.
En un comunicado del 30 de octubre, el Frente de Guerra Occidental Omar Gómez del ELN reconoció el homicidio contra el líder social. Según el comunicado, “Isaramá Forastero, tenía relación con la inteligencia militar”, por lo cual, un grupo de guerrilleros lo retuvo para hacerle un interrogatorio. Según el mismo documento, el líder indígena se abalanzó sobre los guerrilleros durante el recorrido y esto produjo que uno de ellos le disparara.
No obstante, en el estudio de Medicina Legal de noviembre de 2017, se afirma que Aulio Isaramá Forastero fue asesinado en estado de indefensión. “Se encuentran evidencias de un disparo a contacto firme en un tórax desnudo. Esto constituye una evidencia científica de un estado de indefensión». En conclusión, el ELN pretendía responsabilizar al líder indígena del homicidio al afirmar que éste, sin arma alguna, se abalanzaría sobre hombres armados.
La reorganización de los grupos armados en la zona, luego de la desmovilización de los frentes 37 y 54 de las FARC-EP, ha promovido dinámicas de violencia que afectan a la comunidad indígena Emberá Dóbida (de la que hacía parte Aulio) y los otros grupos indígenas asentados en el departamento. Tanto el ELN Frente de Guerra Occidental Omar Gómez, como el Clan del Golfo, hacen presencia y se disputan el control del territorio. Del mismo modo, debido a la riqueza del subsuelo y la posición geoestratégica que tiene el departamento, confluyen intereses de los grupos armados en actividades ilegales como el narcotráfico o la minería ilegal.
Como consecuencia, luego de la firma de los Acuerdos de Paz, los indígenas del Chocó son objeto de múltiples victimizaciones. Los pueblos indígenas han sido despojados de sus territorios y se ven obligados a desplazarse internamente. Según la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, 37.000 indígenas en los municipios de Riosucio, Carmen del Darién y Bojayá se encuentran en riesgo de desplazamiento. Por si fuera poco, tienen deficiente acceso a salud y educación, sufren de hacinamiento y falta de alimentos. Además, los niños, niñas y jóvenes indígenas de las comunidades se ven expuestos a reclutamiento forzado por parte de grupos armados ilegales.
Las comunidades indígenas del Chocó tienen una emergencia humanitaria y están en peligro de extinción. El 11 noviembre de 2018, líderes Indígenas Emberá, Wounaan y Zenú se movilizaron para poner de presente al gobierno del presidente Iván Duque la difícil situación que atraviesan. Cinco días después llegaron a acuerdos con el Gobierno central en varios aspectos. Entre ellos, están puntos relacionados con la adopción de medidas de seguridad para cesar la victimización que padecen y para que se proteja la vida de su pueblo y de personas que, como Aulio Isaramá Forastero, trabajaron por mejorar las condiciones de vida de los indígenas del departamento.
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