Por: Laura Cano. Periodista Pares.
El dinero fue a parar en las cuentas de Carlos Sarmiento Ángulo; Casa Editorial El Tiempo, el Hotel Estelar y la Concesionaria Vial Andina, Coviandina. También de Jaime Gilinski Bacal, y algunas de las empresas de su grupo empresarial tales como Productos Yupi, Plásticos Rimax, Hoteles Charleston Bogotá y Publicaciones Semana. Carlos Ardila Lulle, a través de Gaseosas Postobón, Ingenio Incauca, Cristalería Peldar, Los Coches, Atlético Nacional, RCN Televisión, RCN Radio y Win Sports. Asimismo, también los beneficios de este programa los evidenció Alejandro Santo Domingo por medio de las ayudas que recibieron Cine Colombia, Caracol Televisión y hoteles Decamerón. Imagen: Pares.
De la pandemia, y de los primeros meses de confinamiento quedan muchas imágenes en la cabeza. Por ejemplo, durante ese periodo los trapos rojos colgados en muchas casas hicieron que muchos/as voltearan sus ojos hacia la periferia, donde para muchos/as el temor a no tener qué comer era mayor que al de contraer el virus.
Esto lleva a otras de las imágenes de esos días; aunque lo decretado era permanecer en casa, muchas calles se llenaron de personas en plantones exigiendo que se dieran garantías para que la gente no tuviera que salir a las calles, pues muchas familias solventaban sus gastos a través del empleo informal, uno de los primeros sectores más gravemente afectados por el aislamiento preventivo obligatorio. Además, quienes representan un grueso de la población, pues hay que recordar que el DANE informó que para el último trimestre del año pasado la tasa de empleo informal llegó al 49 %, cerca de 1,4 puntos porcentuales por encima del mismo periodo de 2019.
Así, durante ese tiempo parte del paisaje eran estos actos de protesta en los que se pedían ayudas del Gobierno Nacional y gobiernos locales en cuanto a alimentación, vivienda y subsidios para otras necesidades básicas. Las respuestas: por un lado, el Gobierno, que además ha mostrado esto como uno de sus grandes logros, ha entregado mensualmente a cerca de 3 millones de familias el llamado Ingreso Solidario, no obstante, este solo es de $160.000, que no varía si la familia tiene 2, 3, 6 integrantes, lo que insistentemente se ha advertido que es insuficiente para atender la crisis económica por la que pasan muchas personas, pues, por ejemplo, si en la familia hay 3 integrantes este apoyo financiero significa tan solo cerca de $1.700 diarios por cada persona durante los 30 días del mes, lo que no representa ni siquiera lo que vale un pasaje diario en el sistema público de transporte.
Por otra parte, durante algunos meses fueron entregados algunos mercados, sin embargo, lo que se hizo con muchos de los recursos para la entrega de estos fue un botín político y de corrupción, situación que en su momento fue alertada por la Fundación Paz y Reconciliación, así como por la Contraloría General de la Nación, quienes demostraron situaciones de sobrecostos y entrega de contratos a empresas que muy poco tenían que ver con los servicios por los que estaban siendo contratadas.
Adicionalmente, sin ser poco lo anterior, en muchas de las manifestaciones y plantones donde se reclamaba por lo anterior, lo que se envió y la respuesta dada fue la presencia de ESMAD, que incluso en muchas ocasiones generó graves afectaciones contra los/as manifestantes.
Lo anterior además se vio acentuado con que el Gobierno Nacional, incluso en medio de la crisis económica dada la pandemia y con todas las afectaciones sociales que esto trajo, decidió, por lo menos en tres ocasiones, destinar recursos para el fortalecimiento del ESMAD; en abril fueron dados 7.900 millones de pesos para adquirir tanquetas, en mayo fueron invertidos cerca de dos millones 200 mil dólares, es decir, más de $9.500 millones para la adquisición de municiones menos letales para el Escuadrón, y en diciembre se destinaron más de $7.000 millones para la compra de otras tanquetas que serían distribuidas en regiones como Arauca, Norte de Santander, Cauca y César.
Todo mientras las personas siguen exigiendo que les sean entregadas ayudas reales, que realmente mitiguen los efectos económicos que han dejado las restricciones que se han implementado con la pandemia. No obstante, a la fecha no ha pasado mayor cosa. Mientras que se muestran cifras tan críticas como que la tasa de desempleo en Colombia durante el 2020 se ubicó en el 15,9%, que al menos 10,1 millones de colombianos reportaron haber tenido una reducción en su actividad económica o ingresos durante la pandemia.
Además, de las 41,2 millones de personas en edad de trabajar, un promedio de 7,4 millones (18,1%) no ha podido pagar sus facturas, y 6 millones (14,6%) manifestaron tener problemas para conseguir alimentos o productos de limpieza durante 2020. –Información del DANE-. Imagen: Pares.
El dinero se fue para los más millonarios del país
Como una realidad alterna, mientras todo esto pasaba quienes sí estaban recibiendo apoyos económicos significativos eran los ricos del país, los de las grandes empresas. Esto a través del Programa de Apoyo al Empleo Formal –PAEF-, uno de los programas creados por el Gobierno nacional para atender la crisis que afectó a muchos sectores, entre ellos el empresarial, en donde muchos/as debieron cerrar definitiva o temporalmente sus empresas a causa del estancamiento económico que produjo las medidas restrictivas para mitigar el riesgo y niveles de contagio de Covid-19.
Pues bien, este programa lo que buscaba era financiar la nómina de los/as empleados/as de las empresas que se postularan al subsidio, esta ayuda representa el 40% de un salario mínimo, es decir, $351.000 por cada empleado que tuviera la empresa. Para acceder a éste se debía estar registrado como persona jurídica, cumplir con requisitos tales como haber constituido la empresa antes del 1 de enero de 2020, contar con una inscripción en registro mercantil y demostrar la necesidad del aporte estatal certificando la disminución del 20% de sus ingresos.
Esto permitió que entre junio y noviembre, según los datos entregados por la UGPP, fueran en total 3.648.193 trabajadores a los que se les pudo pagar la nómina con la ayuda del Gobierno, con una inversión de 5 billones de pesos.
No obstante, sobre esto hay varios puntos que cuestionar. Recientemente, Paola Herrera, periodista de La W Radio, presentó a través de este medio comunicación una investigación que permite analizar varias cosas de lo que pasó durante esos meses con el PAEF.
Por un lado, hay que mencionar que de las 1.503.363 empresas formales que hay en el país, 139.032 accedieron a esta ayuda, a la que se postularon 152.000 empresas, quedando seleccionadas cerca del 91%, pues estas cumplían con los requisitos. De estas 3.012 están constituidas como grandes y muy grandes empresas con más de 200 empleados y 136.000 como micro, pequeñas y medianas empresas.
Aunque con esto el panorama parece favorable, basta con mencionar que, como se informó en el medio de comunicación, Confecámaras reporta que en el país hay 3.851 grandes compañías, lo que significa que el 80% de estas obtuvieron el beneficio. Mientras que de las 1.5 millones empresas de entre 10 y 200 empleados (mipymes), solo el 9% recibieron el apoyo. Esto representado en el dinero que se destinó para el PAEF, deja ver que de los 5 billones destinados, $2.3 billones terminaron en manos del 80% de las empresas grandes y muy grandes, y $2.6 billones para el 9% de las mipymes.
Más exactamente parte de este dinero fue a parar en las cuentas de Carlos Sarmiento Ángulo; Casa Editorial El Tiempo, el Hotel Estelar y la Concesionaria Vial Andina, Coviandina. También de Jaime Gilinski Bacal, y algunas de las empresas de su grupo empresarial tales como Productos Yupi, Plásticos Rimax, Hoteles Charleston Bogotá y Publicaciones Semana. Carlos Ardila Lulle, a través de Gaseosas Postobón, Ingenio Incauca, Cristalería Peldar, Los Coches, Atlético Nacional, RCN Televisión, RCN Radio y Win Sports. Asimismo, también los beneficios de este programa los evidenció Alejandro Santo Domingo por medio de las ayudas que recibieron Cine Colombia, Caracol Televisión y hoteles Decamerón.
Con todo esto, Iván Jaramillo, abogado Especialista en Derecho Laboral de la Pontificia Universidad Javeriana, quien también es docente de la Universidad del Rosario e integrante del Observatorio Laboral de la misma institución, analiza que: “Esto demuestra que aquí no se tiene en cuenta que en este país prevalecen las pequeñas y medianas empresas, lo que hace que el PAEF como fue pensado no tuviera en cuenta este contexto, y menos que se pensara en los emprendimientos que no se han formalizado, lo que provocó que estas ayudas no llegaran a quienes debían prioritariamente llegar. Esto acentuado con que la priorización intencionalmente o no, no fue lo suficientemente idónea y terminó llegando a quienes realmente no tenían la necesidad de estas ayudas”.
Así vale la pena cuestionar, si realmente dar esta cantidad de dinero a estos empresarios ayuda en algo al panorama nacional, en el que son millones las familias que ni siquiera reciben el Ingreso Solidario porque no se tenía registro de estas, o porque no se encontraban en la población priorizada. Asimismo, urge conocer cuáles fueron los motivos que llevaron a entregar estos recursos a estos empresarios, ¿quién hace veeduría de esto?, ¿será este dinero otra de las tantas inversiones que se han hecho ignorando las verdaderas prioridades que debería tener en este momento el Gobierno Nacional?
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