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Se cumplen 40 años de la masacre de estudiantes dentro de la Universidad Nacional

Por: Redacción Pares



La policía llevaba meses acorralando a los muchachos. Primero mataron a Jesús León, un estudiante de odontología, quien era conocido por su trabajo en Bienestar Universitario, que protestaba sobre la carrera 30 el 7 de octubre de 1983. Lo acusaron de haber pertenecido a un grupo guerrillero. La reacción de los estudiantes fue, unos meses después, el 16 de mayo de 1984, encapucharse y quemar un bus dentro de la Plaza Che. La reacción del rector fue permitir que la policía entrara y les diera bala a los estudiantes. De ese horror se cumplen cuarenta años. Nadie podrá olvidar este día. Nadie contó los muertos.


Días antes de estos hechos ya se venían presentando hechos que ponían en alerta a la comunidad universitaria. Uno de ellos fue el asesinato el 9 de mayo de 1984 del líder estudiantil Jesús Chucho León, en Cali. Al principio dijeron que lo habían asesinado dizque por robarle la moto. Nada de esto es cierto. En la autopsia que se le hizo al cuerpo del joven quedó evidenciada la tortura que le hicieron antes de asesinarlo.


Ya se habían presentado acoso, provocaciones, como la ocupación en septiembre de 1982 de las residencias estudiantiles y que permanecieron ocupadas de manera ilegal hasta la semana santa de 1984. En cada tropel a los policías se les empezó a hacer fácil acosar y disparar sobre estudiantes. Así también mataron a Yesid, un estudiante de arqueología.


El día que quemaron el bus en la Plaza, después de la una de la tarde, después del estallido de una papa creada por los estudiantes, la Fuerza Pública, incluidos los policías de civil, se tomaron la universidad nacional y empezaron a reprimir. El rector, Fernando Sánchez Torres, afirmaron que hicieron un rastreo y que no encontraron muertos pero los estudiantes si vieron todo el horror. Asesinados a mansalva, rematados en el piso. Pisoteados por la bota militar.


Se cumplen 40 años en los que la verdad ha intentado salir a flote pero la han ahogado impunemente. Después de ese suceso la universidad duró cerrada durante 11 meses. Cuando se reabrió la universidad los servicios de Bienestar Universitario, que le permitió a tantos estudiantes que no tenían nada pudieran comer, desapareció, así como también desapareció las residencias universitarias.


Hay una investigación de archivos el Búho de la Universidad Nacional cuyos resultados fueron publicados en su momento por el diario El Espectador. El número de estudiantes detenidos y posteriormente torturados, incluso adentro del plantel, fue de 80. En marzo del 2021 un grupo de estudiantes le entregó a la Comisión de la verdad una investigación sobre este fatídico día. En ella se explica la transformación que venía teniendo la universidad quien pasó de ser un centro de estudios para clases privilegiadas en los años sesenta, a recibir a estudiantes de provincias, pertenecientes a estratos bajos. Esto politizó la universidad y produjo una intensidad en los paros como se vio en el año 1976 cuando hubo una activa protesta por el cierre de las residencias universitarias, o las continuas protestas que hubo en la universidad en contra de las políticas represivas del gobierno Turbay entre 1978 y 1982.


Esa activación del pensamiento crítico universitario fue ripostado por los gobiernos con toda su brutalidad. La universidad no olvida. Cuarenta años después está sumida en una crisis institucional. Prácticamente hicieron un golpe de estado los administrativos para imponer como rector a un funcionario que es rechazado por la comunidad estudiantil. Esto generó un paro que ya lleva dos meses y ya hay rumores de cancelación de semestre. La elección de Ismael Peña no tiene contento a nadie, ni siquiera a trabajadores de la universidad que se sumaron al paro. La coyuntura, la conmemoración de los cuarenta años del mas violento ataque de la policía a la comunidad universitaria, hará que los estudiantes salgan  a la calle en este día. Se harán sentir con toda su fuerza.

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