Por: Guillermo Segovia Mora
Las instituciones colombianas afrontan una grave crisis de legitimidad y credibilidad ahondada por la falta de liderazgo y gobernabilidad del presidente de la República que no logró demostrar capacidad de gestión, fijar un rumbo cierto, manejar satisfactoriamente la crisis social ahondada por la pandemia, denota subordinación a su mentor, persiste en políticas impopulares (la reforma tributaria era la mecha que le faltaba a la bomba), concentra poderes en una muestra de autoritarismo, exhibe sin rubor su inclinación hacia el gran capital y medidas regresivas, encubre realidades, intenta engañar a la opinión nacional e internacional y abusa de la demagogia promesera como paliativo a los sectores empobrecidos.
Tres encuestas recientes, partiendo de metodologías y universos diferentes, coinciden en algunos de los aspectos que los colombianos consideran más críticos de la realidad nacional respecto de las instituciones y el ejercicio del poder. De una parte, el Edelman Trust Barometer, un estudio mundial, en su edición 2021, consultó a 1.350 personas sobre los niveles de confianza hacia el Gobierno, las empresas, las ONG’s y los medios de comunicación.
El índice de confianza general disminuyó en 5 puntos respecto del año anterior y ninguna de estas organizaciones es considerada competente y ética, siendo las empresas las más próximas a lograrlo, desde la perspectiva empresarial de la firma encuestadora. Colombia ocupa el cuarto lugar como una de las naciones con mayor desconfianza en el gobierno, 20 puntos por debajo del promedio global que se encuentra en 53%. La prevención hacia los medios de comunicación coloca al país en el quinto lugar, con 12 puntos por debajo de la media mundial que es de 51%.
La mayor alerta de los consultados es con los funcionarios públicos (24%), los periodistas y líderes religiosos (35%) y los CEO de compañías diferentes a la propia (41%). Sostienen que los líderes son sospechosos de mentir y desinformar “El 72% de los colombianos cree que los líderes gubernamentales y el 66% que los líderes empresariales están tratando de engañar a la gente a propósito, diciendo cosas que saben que son falsas o grandes exageraciones.”
Más de la mitad de los encuestados considera que los noticieros están sesgados. El 73% coincide en que los periodistas y reporteros intentan engañar a la gente a propósito diciendo cosas que saben son falsas o grandes exageraciones. El 72% afirma que la mayoría de los espacios de información se preocupan más por apoyar una ideología o posición política que por informar a su público. Por último, un 76% asegura que los medios de comunicación son parcializados y están al servicio del poder.
Aparte del plato favorito de medios, audiencias y analistas que constituyen las encuestas sobre favoritismo electoral y evaluación de gobernantes, la más reciente, realizada por Invamer (1.008 encuestados) para los medios del Grupo Santodomingo, muestra importantes cifras sobre realidades nacionales. A ella se suma el estudio Polimétrica, con un módulo aplicado a cultura política (4.867 encuestados), que periódicamente realiza la firma Cifras y Conceptos, la que citaremos en aspectos puntuales por bastante difundida.
De acuerdo con la encuesta de Invamer a 1.008 personas en todo el país, la desaprobación del presidente Iván Duque, en ascenso, es del 63.2%, siendo crítico que el 50.3 % de quienes se identifican de derecha, su mayor elector, lo descalifican siendo más notorio en estratos altos (68.1%), parte de su base electoral. El descontento es rotundo en todos los aspectos de la actuación gubernamental y de sus funcionarios.
El polémico y cuestionado Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, apenas es reconocido por el 37.5% de los encuestados pero tiene una desaprobación del 26%, el Ministro de Salud, Fernando Ruíz, catapultado al escenario por la pandemia y ahora en la picota por su manejo, apenas es identificado por el 11%, de los cuales el 3.6% lo descalifica. El negativo de la policía es del 41%, a cuyo director identifica el 17% con un desfavorable de 6%, mientras que al comandante del ejército dice conocerlo el 30% pero lo desaprueba uno de cada tres.
Entre las instituciones, la opinión desfavorable de la ciudadanía es sintomática: 70.5% para el sistema judicial (60% cortes constitucional y suprema) con un preocupante 58% de la Justicia Especial de Paz, muy bien valorada en instancias internacionales pero, junto con las cortes, objeto de una campaña obsesiva en contra por parte del expresidente Álvaro Uribe y el Centro Democrático, incómodos con el encausamiento de militares y civiles por actuaciones ilegales en el conflicto. El Congreso tiene una imagen negativa del 73% y los partidos políticos que lo alimentan del 78.1%, desprestigio ganado, con excepciones contadas, por clientelismo, inasistencia, salarios exorbitantes, mediocridad, virtualidad amañada y sumisión al ejecutivo.
Al Fiscal Francisco Barbosa apenas lo conoce el 14% pero el 8% lo cuestiona y la entidad es rechazada por el 61%, al contralor Felipe Córdoba lo identifica el 8% pero con 4.5 % en contra y la entidad tiene una opinión adversa del 49% y la Procuraduría Margarita Cabello es increpada por el 50%. Junto con la Defensoría del Pueblo, ignorada en la muestra, son cuatro entidades que, a través de hábiles manejos de “mermelada” por el gobierno han sido puestas en manos de alfiles, seguidores de Uribe y que con sus actuaciones están corroborando la sospecha de que actuarían con parcialidad, además de que en la crisis actual no disimulan apetitos burocráticos y ansiedad de poder.
El incuestionable liderazgo de Álvaro Uribe en lo corrido del siglo XXI se vino a pique, ahora el 55.7% duda de sus atributos en medio de procesos judiciales en los que su actuación es dudosa, el respaldo a Duque conlleva sanción política, la opinión está agotada de su discurso sectario y afán de subordinar un nuevo gobierno así sea imponiendo a su hijo. El expresidente Santos, con un 56.7% en contra, tampoco recibe los favores de los encuestados, uribistas que persisten en cobrar su deslindamiento en favor de la paz y ciudadanía insatisfecha con la generalidad de su mandato.
Consultados por temas nacionales álgidos del momento, con marcado pesimismo, el 87% de los ciudadanos considera que el país va por mal camino, el 52.5% se declara insatisfecho con nivel de vida, para el 63% no existen garantías para ejercer la oposición y el 77% considera que ha empeorado la lucha contra la pobreza. Destacan como los mayores problemas del país la Corrupción, (27.4%) el desempleo (13.8%), la inseguridad (9.4) y la economía (9.0%). En cuanto a percepción de inseguridad el 56% se considera inseguro, 34% víctima de algún delito y el 63% de éstos reconoce no denunciar. El 80% rechaza impuestos para apoyar programas sociales (así fueron consultados).
En contradicción con el acento hacia la centroizquierda en intenciones electorales y paz, la posición frente a algunos temas sigue siendo muy conservadora, no obstante la agenda legislativa, la promoción y el debate de aspectos de la modernidad y los derechos por las fuerzas progresistas. Es así como, el 75% desaprueba la legalización de venta y consumo de drogas, el 66% están en contra de la adopción de menores por parejas del mismo sexo y el 56% del matrimonio homosexual. En el caso de Polimétrica, el 72% apoyaría candidatos que voten cadena perpetua, el 52 % a candidatos que penalicen consumo de psicoactivos, el 68% rechaza regularización del uso de marihuana, el 30% respalda acabar con la JEP y 25% con el acuerdo de paz con las Farc.
Si bien, el 74% cree que implementación del acuerdo va por mal camino, el 62.3% apoya una salida dialogada aunque el 55.7% considera que las FF.AA están en capacidad de derrotar a la guerrilla (Polimétrica señala que 55% apoya acuerdos con las Farc y diálogo con ELN y que 58% considera que gobierno ha incumplido, mientras que el 65% señala a las Farc). El 54% apoya la aspersión aérea de cultivos ilegales -se supone que con glifosato porque la pregunta no es explícita.
No obstante, que en un gesto reconocido por organismos internacionales y gobiernos del mundo, Duque estableció el Estatuto de Protección Temporal al Migrante y Colombia acoge una cifra que se estima entre dos y tres millones de venezolanos, el 44% de los encuestados cree, haciendo eco a una insidiosa campaña uribista y equívocas intervenciones de otros gobernantes, que Colombia puede llegar a la situación de Venezuela, el 63% se opone a dar acogida a venezolanos, el 64% tiene una imagen desfavorable de los migrantes y el 70% respalda el cierre de fronteras para evitarlos.
Frente a la pandemia generada por el Covid19 (con un 57% de trabajadores y 13.8% de desempleados, entre otros, en el total de la encuesta) el 59% considera que los peor está por venir. El 65% a nivel nacional y el 72% en Bogotá no se consideran afectado. El 81% cree que el mayor impacto es económico. Las mayores afectaciones por quienes las reconocen: 60% empleo, 42% salud, 38% educación. Apenas el 1% se considera perjudicado en su libertad por el aislamiento. El 21% ha recibido ayuda (más alta en la Costa Caribe, 30%). El 69% indican que la causa del contagio es la indisciplina, casi el 60 % cree probable contagiarse, el 28% rechaza la vacuna, 47% de ellos por desconfianza en efectividad y posibles efectos.
Si bien el propósito de esta columna no es analizar las proyecciones electorales para presidencia, gobernaciones, alcaldías y Congreso de las encuestas citadas, abordadas por Pares y en medios de comunicación, es relevante mencionar cómo se identifican política e ideológicamente los consultados y son clasificados por las encuestadoras -que divergen de manera notoria en la cuantificación, asunto del que deben dar cuenta sus metodologías-, ya que, en parte, a ese encuadramiento obedecen sus respuestas.
Según Invamer el espectro político actual está conformado por: Izquierda 19%, centro 25%, derecha 33% (Polimétrica: registra 21, 64, 15% respectivamente, agregando la centro derecha al centro). Por organización política (entre paréntesis Polimétrica): Liberal 13% (10%), Centro Democrático 12% (5%), Verde 7.8% (5%) Conservador 5.4% (2%), la U 5.8% (2%), Cambio Radical 12,1% (1%), Decentes 2.7% (Colombia Humana 7%). En preferencias presidenciales, la novedad de Invamer es la amplia delantera de Gustavo Petro en todos los escenarios algo más de un año de la primera vuelta.
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