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¿Qué era la Teófilo Forero, la sangrienta columna de las FARC que quiere revivir Iván Márquez?

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: Semana


Teófilo Forero tenía las manos grandes. Desde que era niño trabajó de obrero metalúrgico. Sabía lo que era el dolor. Tenía coraje. Durante la dictadura de Rojas Pinilla fundó la Federación Sindical de Trabajadores de Cundinamarca FESTRAC y luego la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia. Era duro, organizó y movilizó a la gente en el gran paro cívico de 1977. Creyó siempre en una propuesta democrática y estuvo en la mesa de negociación en la Uribe con el gobierno Betancur. Era uno de los líderes más representativos de la Unión Patriótica. Pero lo mataron.


El 27 de febrero de 1989, mientras almorzaba con su esposa en el asadero la Brasa Roja, al sur de Bogotá, fue asesinado por un comando de sicarios enviado por Gonzalo Rodríguez Gacha, “El mexicano”, jefe de finanzas del Cartel de Medellín y quien le había jurado venganza a todo lo que tuviera que ver con las FARC después de que estas le declararan la guerra quemándole Tranquilandia, su paraíso en el Caquetá donde procesaba toneladas de cocaína en sus 16 laboratorios. Para este tipo de operaciones Gacha contaba con el aval de varios miembros de las fuerzas armadas. Era uno más de los 5.000 dirigentes que cayeron durante el exterminio de la Unión Patriótica.


Lamentablemente las Farc convertirían su legado en muerte. La Teófilo Forero era considerada una columna élite en la agrupación guerrillera. Su jefe máximo era Hernán Darío Velásquez, alias El Paisa. Fue, según palabras de Teófilo Vásquez, investigador del CINEP, “una de las transformaciones estratégicas más importantes de la guerrilla”. La columna fue creada en 1993 y tenía como objetivo proteger a los miembros más destacados del secretariado. Pero su efectividad la fue haciendo crecer como un monstruos que operaba en departamentos como Caquetá, Huila, Nariño y Putumayo pero podría hacer acciones armadas en zonas distantes a su área de operaciones. Los golpes más mediáticos de las FARC a comienzos del siglo XXI los dio la Teófilo Forero: el secuestro de 15 personas en el edificio Miraflores de Neiva en el 2001, la interceptación y posterior asesinato en una carretera en Puerto Rico, Meta, del político Diego Turbay Cote y cinco miembros de su familia entre los que estaba su mamá, el secuestro del congresista Jorge Géchem que viajaba en un avión hacia el meta a comienzos del 2002 y que significó la ruptura definitiva de los diálogos que sostenía en el Caguán Andrés Pastrana con las FARC y su golpe más terrorífico fue el atentado al club de El Nogal en febrero del 2003.


El hombre duro de esta columna era Hernán Dario Velásquez, mejor conocido como El Paisa, quien según el portal Insight Crime empezó su carrera en la delincuencia siendo sicario de Pablo Escobar. A los 19 años, con varias órdenes de captura encima, se une a las FARC. El Mono Jojoy lo considera uno de sus protegidos. Le dan la Teófilo Forero en 1993. Entonces viene todo el horror que se narró anteriormente. Una vez van cayendo las fichas claves de esa guerrilla, Marulanda, Raúl Reyes, el Mono Jojoy, acosados por los bombardeos constantes y las operaciones desplegadas en los gobiernos de Uribe y Santos, a El Paisa le dan la misión de liderar la operación Renacer que serviría para volver a juntar a las FARC. Entonces vinieron los acercamientos entre la cúpula de esa guerrilla y el gobierno Santos. El Paisa siempre tuvo sus reservas. Igual fue uno de los firmantes de los acuerdos de La Habana y hasta quedó a cargo de un Espacio Territorial de Concentración y Reinserción en Miravalle. En abril del 2018 Iván Márquez, quien había renunciado a su curul en el senado por la detención de Jesús Santrich, llegó a su campamento. Unos días después desaparecieron. Habían cruzado la frontera y se habían unido con Santrich y otros comandantes como Walter  y Romaña que abjuraron del proceso de paz y denunciaron un supuesto entrampamiento por parte del entonces fiscal, Néstor Humberto Martínez, para hundir a Santrich. Había nacido la Segunda Marquetalia.


Golpes decisivos contra esta estructura la han mermado. El Paisa, Santrich y Romaña fueron cayendo. El único que se mantiene vivo, a pesar de las heridas sufridas en un atentado, es Iván Márquez. Según ha trascendido en las últimas horas este comandante, quien además espera ser cobijado en las conversaciones de la Paz Total que despliega Petro con varias estructuras armadas, espera revivir el accionar de la Teófilo Forero con su movimiento. Para el líder de la línea de Paz y Convivencia ciudadana, Francisco Daza, esto es improbable “No la tienen fácil, la Segunda Marquetalia está bastante disminuida y revivirla es prácticamente imposible”.


Mientras por un lado La Segunda Marquetalia espera sentarse a hablar con el gobierno, por el otro espera revivir una de las columnas más sanguinarias en la historia de las FARC. Las dudas con Iván Márquez siempre estarán latentes.

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