Por: María Victoria Ramírez
Entrevista con Marina Gallego Zapata, coordinadora nacional de la Ruta Pacífica de las Mujeres.
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María Victoria Ramírez, Fundación Paz & Reconciliación (Pares): haznos un resumen de lo que han sido los 25 años de existencia de la Ruta Pacífica de las Mujeres y lo que consideras han sido los grandes hitos de la organización.
Marina Gallego: la Ruta tiene 25 años de existencia, yo llevo 20 al frente, fui fundadora. Esta organización se creó en 1996 como respuesta a la militarización y a la gravedad del conflicto armado en Colombia durante los años 90. Nos impulsó la idea de que había que terminar la guerra, que esa no era la salida para el país. Las motivaciones eran la terminación del conflicto y la salida negociada. Sabíamos que las salidas militares ya se habían ensayado durante muchos años, más de 35, con el mismo resultado. Por tanto, salimos de frente a decir: una guerra no nos sirve, nos estamos acabando entre nosotros. Un primer hito fue entonces la primera movilización en la que hablamos de la violencia sexual en el conflicto armado.
Nosotras logramos sobrevivir durante el tiempo de la Seguridad Democrática. Recuerda que muchas iniciativas de paz no pudieron continuar con el ahogo que sufrió la salida negociada, puesto que se impulsó la salida militar que, nosotras insistíamos, no iba a ser efectiva, como efectivamente no lo fue. Durante el gobierno de la Seguridad Democrática se bajaron un poco las cifras, pero el conflicto seguía vivo y como siempre muy complejo de manejar. Los acontecimientos y el proceso de paz desde 2012 terminaron dándonos la razón.
En ese sentido me siento reivindicada con el informe de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición (CEV), en la parte de democracia. Todas las cifras de los picos de violencia, de masacres que fueron subiendo hasta los años 2003 y 2004, empezaron a bajar un poco. Así que la Ruta fue el resultado de entender que las mujeres teníamos que hablar de estos asuntos en los territorios azotados por la violencia.
Un segundo hito fue durante el proceso de negociación con los paramilitares. Nosotras hicimos la Comisión de la Verdad de la Ruta Pacífica de las Mujeres en 2010, en la que se recogieron 1000 testimonios con metodologías de Comisión de la Verdad, lo cual nos puso en una situación de mayor intervención política. Fue un buen inicio para hacer todo lo que hicimos con respecto a la negociación del conflicto armado entre los años 2012 y 2016. Nosotras participamos en esa negociación.
Pares: ¿cuál consideras que fue el aporte de la Ruta en el proceso de negociaciones de La Habana con las FARC-EP?
Marina Gallego: el primer paso fue dar a conocer los resultados de nuestra Comisión de la Verdad durante el proceso con los paramilitares a la Mesa de Negociación de La Habana, a través de embajadas, especialmente la Embajada de Noruega, que era facilitadora de ese proceso. También dimos a conocer estos resultados al gobierno, al Alto Comisionado para la Paz y sabíamos que teníamos que trabajar conjuntamente con otras organizaciones para tener alguna incidencia. El papel de la Ruta fue dinamizar el proceso con las organizaciones de mujeres a fin de incidir, porque si no, no íbamos a ser ni llamadas, ni vistas, ni consultadas. De hecho, ya habíamos elaborado algunos documentos en distintos foros y eso no había llegado a la Mesa, no se había tenido en cuenta. Fue solo hasta que pudimos hablar con el Comisionado y decirle que no había nada de las mujeres en los tres puntos que habían negociado hasta el momento que nos llamaron y esto dio pie a constituir lo que se denominó la Cumbre de Mujeres y Paz. A partir de allí, ellos nombraron dos negociadores, algo que había prometido el Comisionado, conformaron la Comisión de Género de la Mesa de La Habana y nosotras construimos documentos estructurados que aportaron a los tres puntos en discusión en la Mesas y posteriormente al punto de víctimas. Varias organizaciones expertas en el tema de víctimas, dentro de las cuales estaba la Ruta, aportamos elementos que influyeron positivamente en la construcción del Sistema de Justicia, Verdad y Reparación que finalmente se pactó con la necesidad de crear una comisión de la verdad y con elementos que quizás pusimos en nuestros documentos. Así se abrió esa puerta en La Habana.
María Victoria Ramírez (Pares): ustedes son una organización que tiene presencia territorial en distintos departamentos de Colombia. ¿Cómo ha sido la participación de las mujeres de las regiones para la incidencia directa en los diálogos de paz de La Habana, de las mujeres que son víctimas y al mismo tiempo agentes para la incidencia?
Marina Gallego: en primer lugar, de las 35 personas que fueron a La Habana en representación de las víctimas, la mitad eran mujeres, dos de ellas pertenecen a la Ruta. Luego fuimos llamadas como una de las organizaciones expertas y allí llevamos nuestra visión de lo que sería el Sistema de Justicia Transicional. Y sobre la pregunta de cómo participan las mujeres de las regiones, la Ruta es participativa. Nada de lo que hacemos es centralizado, son decisiones que están en las nueve regionales, las coordinadoras regionales están en los territorios. No son mujeres que van a los territorios desde Bogotá, si no que están allá, son las que dinamizan todo el trabajo de la Ruta. La Ruta decidió ser una organización regional desde el inicio, se creó así, en nueve territorios afectados por el conflicto armado, así nos formamos y así seguimos.
Pares: con la negociación de La Habana y la forma como se ha transformado el conflicto en Colombia, la Ruta ha tenido la capacidad de adaptarse y de encontrar nuevos lugares para la incidencia y para insistir en la paz, y para que la voz de las mujeres se escuche. En 2019 ustedes firmaron un convenio con la Comisión de la Verdad para recoger los testimonios de alrededor de 2000 víctimas a lo largo y ancho del país. ¿Cómo se dispuso la Ruta para realizar ese trabajo y cuáles fueron los hallazgos?
Marina Gallego: la Ruta le entregó el informe de su Comisión de la Verdad en el marco de las negociaciones con los paramilitares a la Comisión de la Verdad de La Habana, una vez se constituyó, como un insumo. Fuimos de las primeras organizaciones que entregaron un informe y un segundo informe con recomendaciones al final, en el año 2021. Esto llevó a que la Comisión depositara en nosotras la confianza para recoger los nuevos testimonios en los territorios. Recogimos el testimonio de 2308 víctimas en regiones, en las veredas, tratamos de que fuera en aquellas regiones donde la Comisión no llegaría fácilmente. Esto se entregó en los últimos meses de 2020 y creo que fue muy importante, entregamos también aportes a la metodología, un documento titulado “Una verdad que repare”, y luego las recomendaciones en 2021.
María Victoria Ramírez (Pares): hablar de los detalles de la metodología en una entrevista es complejo, pero ¿habría alguna cosa distintiva de la metodología de la Ruta que quieras destacar como aporte a la metodología global de la Comisión de la Verdad de La Habana?
Marina Gallego: creo que la visión de testimonio fue muy parecida, no podría decir que fue igual pero sí muy similar, de recoger los testimonios con los hechos, los impactos, una visión subjetiva de cómo las víctimas vivieron esos hechos, porque no es lo mismo relatar simplemente unos hechos, si no cómo esos hechos los afectaron. Eso fue parte de la metodología nuestra que ellos recogieron. En esa metodología también propusimos cómo hacer los reconocimientos de manera que no hubiese lugar a la revictimización. Sentimos que la metodología propuesta por nosotras fue recogida en parte por la CEV.
Pares: ahora viene una etapa en la que tú serás parte del Comité de Seguimiento y Monitoreo de las recomendaciones de la CEV. ¿Cuál será tu papel allí?
Marina Gallego: esta comisión de seguimiento fue seleccionada por la CEV desde su propio criterio. Ellos requerían de un grupo de personas que hiciera seguimiento y monitoreo a las recomendaciones. Me propusieron y acepté, porque considero que es un desafío importante, son siete años de trabajo. Son asuntos impulsadores de las recomendaciones, puesto que no son vinculantes, o sea que hay que hacer una labor fuerte para que finalmente algo salga. ¿Qué es lo conveniente en este momento? Pues que hay un contexto muy propicio, igual si no lo hubiera, si hubiese quedado otro presidente, habría que propender porque las recomendaciones se aplicaran.
María Victoria Ramírez (Pares): uno esperaría que hubiese más oídos, que se prestase más atención a las recomendaciones en este contexto político. Quisiera preguntarte: desde tu corazón, desde tu sensibilidad como mujer feminista, ¿consideras que el informe de la Comisión de la Verdad recoge a profundidad lo que les pasó a las mujeres en el conflicto armado colombiano, a las mujeres de izquierda, de derecha, de las diversidades sexuales, etc.?
Marina Gallego: sí, yo creo que se acerca, por supuesto podrán haber quedado cosas por fuera, pero recoge las afectaciones a las mujeres más vulnerables, a las mujeres trabajadoras sexuales, a las mujeres políticas; le da un enfoque territorial en el sentido de mujeres afro, indígenas y campesinas que fueron obviamente las más afectadas, eso no tiene ninguna discusión; y referencia a las mujeres secuestradas y las mujeres excombatientes que dentro del grupo encontraron cosas que las afectaban directamente, que las ponían en situación de vulnerabilidad dentro de las FARC-EP.
Aunque falten cosas en el informe, no puedo asegurar que sea parcializado, finalmente somos mujeres y lo que nos victimiza es el patriarcado de arriba a abajo. Entonces que ese análisis sí se hace y por supuesto hay mujeres que tienen condiciones peores que todas nosotras. Hay diferencias entre nosotras y era importante hacerlas visibles en el informe, y se hizo.
Pares: se vienen siete años en los que estarás concentrada en hacer la verificación de que se preste atención en todas las instancias a las recomendaciones, pero, por supuesto, la Ruta no se dedicará exclusivamente a esa tarea. ¿Cuáles son las perspectivas de la Ruta? ¿Qué es lo atractivo de la Ruta para las mujeres jóvenes que estén en búsqueda de pertenecer a alguna organización?
Marina Gallego: la Ruta está trabajando en que el Acuerdo de Paz se aplique, seguimos presionando la salida negociada con el ELN, hay que buscar una salida con los grupos que tienen azotados los territorios, que a la larga le copiaron a la guerrilla y ahora tienen control territorial y tienen tradición guerrillera, eso se va volviendo una mixtura. Por tanto, la tarea no está concluida y la implementación del Acuerdo va hasta el año 2032, hay mucha tela que cortar aún y recordemos que los últimos cuatro años fue un cumplimiento a pedazos, ralentizado, con muchos obstáculos. El acuerdo se ha cumplido hasta ahora en un 28%. Si en los próximos cuatro años el país logra otro 30%, puede darse por bien servido.
A pesar de todo, en los territorios la gente siente cambios. Nosotras que estamos en el territorio sentimos los cambios. Obviamente hay territorios muy afectados, pero otros no, entonces hay que hablar de otros temas. Los temas de la criminalidad, de cosas a las que un Estado cualquiera donde no hay conflicto armado tiene que prestarles atención. Otro tema que el conflicto armado desplaza es la atención sobre la violencia contra las mujeres, por ejemplo, los feminicidios. ¿Cómo es posible que en Colombia se estén presentando más de 900 feminicidios y no pase nada? En cuatro años ha habido aquí más de 1000 asesinatos de líderes y lideresas sociales, y es un escándalo mundial, 900 feminicidios debería ser escandaloso y no lo es. Son temas que deben trabajarse y es una transición que deberá hacer la Ruta poniendo el foco en las violencias contra las mujeres. Eso está dentro de nuestro plan estratégico, la negociación con los grupos armados que existen aún, la paz y la consolidación de la paz y las violencias contra las mujeres, mejorar las condiciones económicas para las mujeres que estamos en una escala baja de salarios frente a los hombres y seguir consolidando un movimiento en el país.
María Victoria Ramírez (Pares): ¿cómo ves la conformación del gabinete de Petro, sus primeros movimientos en lo que concierne a las mujeres en el país? ¿Cuáles son tus expectativas frente al nuevo gobierno?
Marina Gallego: muchas expectativas en el sentido de generar mejores condiciones en general para la población, para cerrar brechas de desigualdad, pero no en el tema particular de las mujeres, no como un tema particular que el presidente asigne, que el presidente lo tenga como eje central de su política. Creo que el presidente no comprende mucho esos temas, esas diferenciaciones. Por ese lado habrá debilidades. Escuché que la primera dama será encargada de la agenda de la igualdad, y yo digo: eso no es de primeras damas. Eso no puede ser así. Debe crearse una institucionalidad y no es la primera dama. Ella podrá estar de acuerdo, sentirse reivindicada, pero no es ella la encargada, eso sería bajarle demasiado el perfil a un tema tan importante. Yo no tengo muchas esperanzas en eso, globalmente iremos avanzando porque nos beneficiaremos de esos avances. Creo que temas como lo que significa el patriarcado en el país, la violencia contra las mujeres, derechos sexuales y salud reproductiva en todos los ciclos de las mujeres no son temas que vayan a tener mayores desarrollos. El gobierno Petro no será un gobierno de derecha, ultraconservador. Su gabinete mitad mujeres, mitad hombres, es algo que se da en cumplimiento de las leyes, por la presión internacional, porque da pena no hacerlo, el Pacto Histórico pudo hacer listas cerradas y cremallera que posibilitaron la llegada de mujeres al Congreso, todo eso es importante, pero una agenda profunda feminista no es central en su gobierno.
Pares: ¿cómo quieres que te recuerde este país cuando decidas jubilarte?, que sé que no será pronto.
Marina Gallego: yo pensé que iba a ser más pronto, pero no va a ser posible. Quiero que me recuerden como una mujer que trabajó incansablemente por la paz desde la perspectiva del feminismo, que logró pequeñas incidencias en eso, que se la jugó por un país en paz que deje la guerra atrás. Cuando se nombre a mujeres que trabajaron por que la paz fuera una realidad y que cesara el conflicto armado, pues que digan: Marina Gallego y la Ruta Pacífica de las Mujeres.
María Victoria Ramírez (Pares): ¿cómo ha sido combinar toda esta gesta tuya con tu vida personal, con tener un hijo?
Marina Gallego: cuando decidí tener a Julián siempre pensé que quería criarlo. Tenía el temor de tener una vida que no me permitiera estar con él. Pude cumplir criando a mi hijo y que él estuviera conmigo donde yo estuviera. No es fácil hacer activismo con todas esas responsabilidades y ser mamá soltera, que me toco así. Traté de combinarlo, no sé si lo hice del todo bien. Me parece que para las mujeres es como vengan las cosas. Logré estar ahí, garantizarle presencia, darle amor. Creo que el no tener una pareja permanente me ayudó porque a veces se vuelven tres frentes de trabajo: el hijo, la pareja y el trabajo, y toda esa dinámica es todo un boleo. Mi vida afectiva la vivía de otra manera, no como algo tan fijo y permanente que hay que atender, porque de alguna manera hay que atender eso.
Pares: ¿podrías mencionar un referente teórico que tú consideres infaltable para ti, al que siempre vuelves para consultar, para reafirmar cosas?
Marina Gallego: ¿un referente colombiano?
María Victoria Ramírez (Pares): cualquiera, uno tiene fuentes, recursos a los que siempre retorna.
Marina Gallego: a mí me gusta mucho la visión de Virginia Wolf, que no escribió sobre el feminismo, pero sí su literatura y lo que ella removió en su tiempo; me gusta también Amelia Valcárcel, española, filósofa feminista, y Nancy Fraser, que ha escrito sobre la política redistributiva y la interseccionalidad. Y colombianas, me gusta Olga Amparo Sánchez, con quien he tenido muchas contradicciones y peleítas, pero a mí ella me gusta como feminista colombiana.
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