¿Quién es Rodolfo Hernández?
Por: Ernesto Medrano, Asistente de investigación
Línea de Democracia y Gobernabilidad

Rodolfo Hernández Suárez es un político y empresario santandereano, originario del municipio de Piedecuesta, quien se ha convertido en una de las figuras políticas llamadas a competir por la presidencia de la República enfrentándose en segunda vuelta el 19 de junio. A sus 77 años ha logrado convertirse en un político capaz de promover un discurso anti-establecimiento y anticorrupción, en medio de un proceso electoral en el que la ciudadanía exige cambios.
Hernández es un acaudalado empresario que cuenta con una fortuna que llega a los 100 millones de dólares. En los años 70, con sus amigos Guillermo Gómez Serrano y Abelardo Serrano Otero fundaron la Constructora Hernández, Gómez y Serrano. Sin embargo, Serrano se retiró de la empresa y se transformó en 1972 en la Constructora HG (Hernández Gómez y Compañía). Años más tarde, Gómez se retiró para enfrentar un cáncer de laringe y Hernández quedó al frente de la constructora.
En la crisis de la construcción de 1990, ante una eventual insolvencia para pagar los créditos adquiridos con las corporaciones de vivienda vigentes en la época, Hernández tomó la decisión de crear el método de financiación llamado Plan 100, que terminó convirtiéndose en un instrumento para apalancar la construcción de vivienda en Bucaramanga.
Plan 100 se convirtió en un programa de financiación de vivienda de interés social en el que los compradores podían diferir los pagos hasta en 100 cuotas. Mientras aliviaba a los compradores, Hernández se hacía millonario, debido a que con su estrategia cumplió el papel de constructora y de banco, aumentando sus utilidades en 176%.
Su aspiración electoral surge en un momento de crispación nacional, en el que el gobierno de Iván Duque supera el 70% de desaprobación y la polarización de la sociedad permite la aparición de un político y empresario con ideas ligeras, poco institucionales y métodos cuestionables, que recuerdan la figura de Donald Trump en Estados Unidos. Incluso, una de las premisas de Hernández es que como ha financiado su propia campaña, de llegar al poder, no le deberá nada a nadie.
Sus estudios
Hernández Inició sus estudios de primaria en Piedecuesta, en la escuela anexa a la Normal Superior de Varones. Posteriormente viajó a Bucaramanga, donde cursó sus estudios de bachillerato en el Colegio de Santander. Realizó su pregrado en ingeniería civil en la Universidad Nacional de Colombia, de la que se graduó en 1970.
Vida pública
En la década del 70 Hernández se eligió como concejal de Piedecuesta con el aval del Partido Liberal, gracias al prestigio social del que gozaban sus padres Cecilia Suárez de Hernández y Luis Jesús Hernández. Posteriormente, dedicó gran parte de su vida al sector privado y no fue sino hasta 1991 que Hernández volvió a aspirar a un cargo público. En esta ocasión, volvió al Concejo de Piedecuesta, su tierra natal. Sin embargo, una vez elegido, el ingeniero nunca se posesionó ni ocupó su curul en el órgano municipal. De acuerdo con el expediente del Diario Vanguardia, el entonces concejal envió una carta al alcalde en la que le informó que no tomaría la curul y que su suplente, Alexander Humberto Díaz, asistiría a las sesiones del Concejo en su lugar.
Con Díaz en el Concejo, la dupla Hernández – Díaz logró impulsar un acuerdo para que se eliminaran las restricciones en la ejecución de proyectos por parte de las empresas, y que los constructores pudieran pagar sus impuestos urbanísticos con obras. Para alcanzar este objetivo, el ingeniero -actuando como empresario-suscribió un convenio para realizar obras de mejoramiento y embellecimiento durante dos años, por el equivalente a poco mas de un millón de dólares de hoy.
En 1995, mientras se desempeñaba como concejal en su segundo periodo, Hernández fue destituido por la Procuraduría Provincial en una decisión de segunda instancia, por haber firmado un contrato entre su empresa constructora y el municipio, mientras se desempeñaba como concejal de Piedecuesta, pues para el ente de control, Hernández no había oficializado su renuncia al Concejo. Este caso pone en entredicho una de las principales consignas del ingeniero, según la cual, no ha tenido contrataciones con el Estado.
El camino a la alcaldía
Hernández se lanzó a la alcaldía de Bucaramanga por el Movimiento Cívico Lógica, Ética y Estética, en 2015. En el marco de la carrera electoral, decidió presentarse por firmas, alcanzando 130.000 firmas para inscribir su candidatura independiente, haciendo eco en su discurso anti-establecimiento.
Su propuesta de gobierno estaba basada en los principios de la democracia griega y en la ética kantiana, de donde provino el nombre de su movimiento Lógica, Ética y Estética. Con esta colectividad política, Hernández obtuvo 77.275 votos, superando por 4.331 votos al segundo en la contienda, Carlos Arturo Ibáñez, del Partido Liberal. Si bien, la llegada de Hernández marcó un cambio en la arena política santandereana por tratarse de un candidato que no pertenecía a clanes políticos o a los partidos tradicionales, las irregularidades y las polémicas no dejaron de ser parte de su gobierno.
Las grandes promesas de Rodolfo
Antes de finalizar la campaña electoral por la alcaldía de Bucaramanga, Hernández decidió lanzar una llamativa propuesta: la construcción de 20.000 viviendas. El programa consistía en que el empresario de la construcción erigiría miles de casas para garantizar “20 Mil Hogares Felices”. Sin embargo, no lo hizo. La administración de Hernández respondió que la propuesta no se enfocaba en adelantar un programa, sino en propiciar las condiciones para la urbanización.
Por otra parte, Hernández prometió el cierre del relleno sanitario El Carrasco, como medida de cumplimiento de una sentencia judicial. La propuesta consistía en la construcción de una planta de energía que pudiera aprovechar los desechos de los bumangueses, pero esto no ocurrió. El proceso de contratación enlodó aún más a la administración, pues la empresa Vitalogic presentó documentos inconsistentes en el marco del proceso de licitación. Adicionalmente, el hijo del ingeniero, Luis Carlos Hernández, habría participado en un presunto entramado de corrupción para garantizar que Vitalogic ganara el proceso de licitación pública. Hechos que están siendo investigados.
Pese a estos hechos polémicos, Hernández logró cumplir con una de las promesas más importantes de su programa de gobierno: el saneamiento de las finanzas de Bucaramanga. Cuando Hernández se posesionó como alcalde recibió las finanzas del municipio con un déficit en tesorería de 236.000 millones, y logró reducirlo, dejando las finanzas públicas completamente saneadas. Así mismo, el ingeniero mejoró la deuda pública con entidades financieras dejándola en 201.000 millones, es decir, con una deuda de 16.000 millones menos que en 2015.
En 2019 Hernández tuvo que renunciar debido a que, durante su administración, enfrentó dos procesos de suspensión; el primero en 2018, por agredir al concejal John Claro; y el segundo por posible participación política. En ambos casos se ejecutaron sanciones administrativas, que le significaron la suspensión al alcalde.
El balance y las cifras de su alcaldía
La alcaldía de Hernández dejó un balance agridulce, pues no cumplió a cabalidad con algunas de sus principales propuestas de gobierno. Sin embargo, alcanzó una tasa de aprobación del 84%