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No para la violencia en el occidente del paĆ­s: atentan contra el alcalde de Cartago

  • Foto del escritor: Redacción Pares
    Redacción Pares
  • hace 4 horas
  • 2 Min. de lectura

Por: Redacción Pares



Este domingo, mientras se desplazaba con su camioneta por Modein, zona rural de Villa Robledo, fue atacado a bala el alcalde de Cartago Juan David Piedrahita. Aunque Piedrahita salió ileso uno de los proyectiles que impactó en el carro, uno de sus escoltas estÔ herido y se desconoce aún su estado de salud. La semana pasada el occidente del país tuvo que sobrellevar veinticuatro ataques terroristas en un solo día. Estos ataques, según las autoridades, se le han atribuido a IvÔn Mordisco.


El propio alcalde salió a explicar lo que habĆ­a sucedido: ā€œEn horas de la maƱana, realicĆ© un desplazamiento a la zona rural y sufrimos una afectación en el vehĆ­culo y una de las personas que me estaban acompaƱando se encuentra en el hospital, siendo atendido por los mĆ©dicos del Hospital Universitarioā€.


El atentado se dio sobre las dos de la tarde del pasado domingo 15 de junio. Piedrahíta, desde comienzos de este año, ya salía denunciando amenazas de muerte contra su vida. El ataque al alcalde de una población tan importante como el de Cartago es una muestra mÔs del nivel de violencia que sigue escalando en el occidente del país. Cartago ha sido tomada por los grupos armados por ser un punto estratégico, un corredor para transportar tanto drogas como armas hasta el Pacífico.


Piedrahita afirmó haberse comunicado con las autoridades nacionales y, aunque la preocupación es absoluta, cree que se estÔ haciendo todo lo posible para cuidar su vida. La violencia política se ha exacerbado en junio. En la primera semana de este mes el país tuvo que sufrir el atentado con arma de fuego contra el senador del Centro DemocrÔtico Miguel Uribe Turbay. Pero no sólo en la capital y con este atentado se nota el problema que vive el país en materia de seguridad sino que también en el territorio esta realidad es una herida abierta. El atentado contra el alcalde de Cartago así lo evidencia.

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