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Presidente Duque, el miedo es un pésimo consejero

Por: Daniela Quintero. Redacción Pares

Colombia se prepara para el Paro Nacional que se llevará a cabo este jueves 21 de noviembre. Y a pesar de que los sectores de oposición y la sociedad civil han convocado de manera pacífica a la ciudadanía, el gobierno de Iván Duque ha venido implementando excesivas medidas de seguridad como si los ciudadanos y ciudadanas se estuvieran preparando para una insurrección.


En esa medida, la Fundación Paz & Reconciliación-Pares ha instado al gobierno a que respete la protesta social y garantice la seguridad de todos y todas sin pasar por encima de los derechos humanos.


En los últimos días, varias colectividades artísticas y medios independientes denunciaron por medio de sus redes sociales que la Policía Nacional allanó sus bienes en un proceso irregular, debido a que, al momento de registrar el predio respectivo, no mostraron la orden de ingreso.


En videos quedaron registrados varios episodios donde las autoridades entraron con fuerza a los hogares, con el fin de responsabilizar a estos sectores de promover e incitar acciones violentas, y de preparar armas artesanales para ser utilizadas durante la marcha. Sin embargo, ellos mismos contaron que las autoridades allanaron sus residencias y se llevaron elementos como pinturas, líquidos y otro tipo de sustancias químicas que utilizan en su labor como artistas.


Ante la serie de irregularidades, más otras medidas implementadas que decretó Duque, tales como, la posibilidad de habilitar el toque de queda dependiendo de la situación de orden público en cada ciudad, la militarización en el marco de la protesta social, y el cierre de fronteras, entre otras, hay una posibilidad de que se aplique el estado de excepción en caso de que se desborde el paro nacional.

Y es que la probabilidad de que se promueva el uso de la fuerza de manera desmedida por parte de la fuerza pública es alta, puesto que, el gobierno se ha mostrado atemorizado ante lo que pueda suceder tras las movilización a nivel nacional; y por consiguiente, termina legitimando este tipo de respuestas represivas.


El estatuto de seguridad en la época de Turbay Ayala


El panorama actual de la situación que se vive en las regiones y en la capital del país, recuerda la política de seguridad implementada en el gobierno del entonces presidente Julio César Turbay Ayala (1978-1982), que fue conocida como el estatuto de seguridad.


Para esa época Colombia estaba en un periodo en el que la alternancia de poder entre los partidos Conservador y Liberal no compensó las luchas sociales para una sociedad con justicia social, abierta a otras corrientes políticas y dispuesta a luchar por el cumplimiento de los derechos humanos. En 1978 se convocó a elecciones presidenciales, que dieron como ganador al candidato del partido liberal, Turbay Ayala, quien se convirtió en el responsable de instrumentalizar estas medidas de seguridad.


Dicha doctrina de seguridad estuvo conformada por 16 artículos que “reforzaban la ley penal existente, aumentaban las penas en las acciones relacionadas con el orden público, daban atribuciones y facultades judiciales a los inspectores de Policía, alcaldes y comandantes de Policía, y permitía el juzgamiento de civiles por parte de tribunales militares a través de los consejos de guerra verbales”, señala el artículo de Catalina Jiménez sobre la aplicación e instrumentalización del estatuto.


Así las cosas, hubo adiciones a dicha doctrina, y poco a poco se incorporaron decretos para reforzar las competencias de las fuerzas militares y policiales con el objetivo de mantener la seguridad nacional e internacional.


Por eso en el actual escenario, con un gobierno que ha abanderado la seguridad democrática, cabe la pregunta si se aplicaría una doctrina de tal magnitud, a lo cual el director de la Fundación Paz & Reconciliación-Pares, León Valencia, expresó que sí es posible.


“Creo que en muchos círculos cercanos a Duque esa es la proposición, de que se promuevan medidas que permitan sobre todo enviar un mensaje fuerte al país, y que yo creo que de manera equivocada piensan que la mano fuerte puede al mismo tiempo darles fuego a las encuestas y mejorar la opinión sobre el gobierno, pero creo que eso no va a ocurrir, pues lo que está pidiendo Colombia es más democracia y más participación, más diálogo con el gobierno”, aseguró Valencia.


Esto suscita a que las medidas de fuerza coloquen en mayores dificultades al gobierno, que de por sí, no pasa por un buen momento.


En ese sentido, Valencia expresó que Duque debe evaluar lo que ha habido estos días y lo que puede ocurrir mañana y sobre esa evaluación hacer cambios de rumbo. El país le está pidiendo un verdadero acuerdo nacional, y no hay que olvidar un elemento alrededor del cual se puede acordar, y es todo ese espíritu que surgió del Acuerdo de Paz, firmado entre el gobierno anterior y la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).


La marcha es pacífica, y el gobierno ve lo contrario


Según el analista, este miedo que el gobierno muestra ante el país puede ser real. Puede ser que calculen que hay una inconformidad muy grande en Colombia, y que hay un contagio de los colombianos y colombianas de las marchas y movilizaciones en el sur del continente.

Sin embargo, expresó que este temor también puede ser ficticio, puede ser inducido, puede ser una estrategia para crear pánico en el país, y luego aplicar medidas duras, medidas de Estado de Excepción.


“Y claro los Estados de Excepción tienen todas las características similares, este podría parecerse mucho a los anteriores Estados de Excepción -si es que lo aplican-, pues siempre restringen las libertades, siempre condicionan la democracia, siempre golpean lo que es la protesta, y la acción de la sociedad de reclamar reivindicaciones al Estado”, agregó Valencia.


De manera que el país se enfrente a cosas graves, y por eso la preocupación de los sectores de oposición y de los ciudadanos y ciudadanas. Pues las voces que se adhieren a esa idea, a esa visión sobre el país, son muchas.


En definitiva, unos claman porque el Paro Nacional sea pacífico y se desarrolle en el marco del derecho a la movilización, con todas las garantías internacionales y constitucionales; otros tienen pánico ante la andanada de mensajes sobre actos de vandalismo o “terrorismo” que circulan en medios o redes sociales; y por último, están quienes promueven este tipo de discursos.


Por eso, la Fundación Pares le invita a que salga a marchar de manera pacífica, sin dejarse contagiar de los ánimos violentos que pueden tener algunas expresiones promovidas por los sectores radicales tanto de derecha e izquierda, o de la fuerza pública.

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