top of page

¿Por qué hay corrupción en Colombia?

Por: Sergio Saavedra, pasante comunicaciones – Pares


José Roberto Acosta, economista, abogado y columnista, hace un análisis de la corrupción en Colombia y en la región. En esta entrevista exclusiva a Pares toca temas sobre el nuevo gobierno, el modelo contra la impunidad en Guatemala como hoja de ruta y la próxima consulta anticorrupción que se llevará a cabo el próximo domingo 26 de agosto en el país.

¿Por qué hay corrupción en Colombia?

Por debilidad institucional y debilidad humana. La debilidad institucional la podemos ver en materia jurídica, la justicia aquí no solo cojea, sino que nunca llega. Esta debilidad es, por ejemplo, selectiva en manos de un fiscal general como el que hoy en día tiene Colombia, el cual, estando repleto de impedimentos, no se declaró impedido para un caso tan icónico como Odebrecht. Ahí radica muestra debilidad institucional.

En la debilidad humana existen factores de índole personal y éticos, no acepto que digan que hace parte del ADN. La cultura traqueta, por ejemplo, ha debilitado especialmente las capas superiores del poder económico, social y político donde se anida la debilidad ética. Si quieren hablar de la lucha de clases, la clase alta es más porosa y más débil en lo ético que la clase baja.

Además, en Colombia hay un Estado corporativista, concepto sociológico que refiere a un Estado comprometido con los grupos de poder, especialmente la relación del poder económico con las grandes corporaciones. Lo vemos con la integración del gabinete ministerial del presidente Iván Duque y los gremios económicos, quienes están en su legitimo derecho de defender sus intereses, pero nos hacen creer que es un gobierno comprometido con los intereses generales, cuando en realidad es un gobierno comprometido con intereses particulares.

¿La corrupción actual en Colombia es la misma que la de décadas anteriores?

Hoy la corrupción en Colombia es muy distinta a la de hace 20 años, ya no es sólo la tajada en el contrato, sino es la trampa metida en la ley. Por ejemplo, acaba de emitirse el pasado 6 de agosto año el decreto 1486 el cual permite que, con plata de los ahorros pensionales administrados por Porvenir del Grupo Aval, se le compren acciones a Luis Carlos Sarmiento Angulo, presidente de la junta administrativa del Grupo Aval. Es decir, la plata pasa de un bolsillo al otro, pero no es plata de él, sino de los afiliados.

Este es un ejemplo muy técnico de fondos de capital privado, valoraciones a precios de mercado y conceptos que, al ser técnicos, le hacen perder la pista al ciudadano de a pie que sobre la forma en que terminan socializándose riesgos financieros. Esta socialización de los riesgos financieros es el nuevo escalón en el que ha evolucionado la corrupción.

¿Cómo se configuran las luchas contra la corrupción?

Anteriormente el acceso a la información sobre los negocios de las multinacionales estaba muy restringido para cierto circulo académico, de poder o empresarial. En estos tiempos, ya cualquier persona en Transmilenio al acercarse a su celular se da cuenta de los negocios que hace Odebrecht, que hace McDonald´s, Apple; se conocen los patrimonios de estas empresas. Por ejemplo, ahora se puede saber cual es la información que las empresas le suministran a la bolsa de valores, a la bolsa de Nueva York, la bolsa de Colombia.

Esto permite hace que nos demos cuenta que los negocios privados dependen mucho de lo publico y al ver ese “matrimonio” nos damos cuenta que no es un matrimonio perfecto, que no es una relación absolutamente transparente sino bastante opaca. A pesar de que nos decían que no que eran dos mundos distintos, ahora nos damos cuenta de que están absolutamente imbricados, de que son dos caras de la misma moneda. Hay sinergias negativas entre lo privado y publico que cualquier colombiano de a pie empieza a entender.

¿Colombia podría considerarse la más corrupta de la región?

No, somos igual de corruptos a Perú, a Brasil, a Panamá; solo que sí han caído presidentes en esos tres países, en Colombia no. Acá los corruptos son elegidos, tienen el poder, se amenazan entre ellos para generar pactos de silencio como pasaba entre mafiosos.

También, Colombia debe entender que algo legal también puede ser corrupto; así nos daremos cuenta de la necesidad que tenemos de revisar muy bien cómo se legisla, quienes están detrás de las normas y cuáles son los intereses corporativistas o generales que se benefician de cada una de las normas que salen del congreso y de los órganos ejecutivos del Estado.

¿Qué opinión tiene sobre la Comisión Internacional contra la impunidad en Guatemala?

Muy útil, además en cabeza de un magistrado colombiano, Iván Velásquez, ha avanzado muchísimo para depurar mafias internas enquistadas en el poder y en el empresariado. Eso le da objetividad a lo que es el proceso de juzgamiento en una justicia como la nuestra que esta tan coaptada por lo poderes económicos.

Sería una herramienta o un ensayo interesante. Fijémonos que aquí el tema de Odebrecht fue sacado por la justicia norteamericana, no fue Néstor Humberto Martínez Neira, como también ocurrió con el tema del fiscal anticorrupción. Esto demuestra que aquí nos hace falta de entidades internacionales que nos apoyen dado que los que manejan el control judicial y fiscal en Colombia no están cumpliendo su labor.

¿Cómo considera la consulta anticorrupción que se llevará a cabo el próximo 26 de agosto?

Es una señal positiva votar, mientras que no votar es una señal negativa. Cualquier reproche que se haga de fondo y de forma al proceso o a las preguntas no es más que accesorio. Yo creo que lo sustancial es tomar una actitud publica generalizada contra algo que nos esta afectando a todos y todas: el flagelo de la corrupción en las altas esferas del poder. Esta es una oportunidad que tiene Colombia de meter su votico este domingo 26, hacerlo es la única forma de hacer ese gritico o pellizquito a los grandes poderes que han manejado la corrupción en Colombia.


bottom of page