Por: María Victoria Ramírez. Columnista Pares.
Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. Ahí ha vivido todo aquel de quien hayas oído hablar alguna vez, todos los seres humanos que han existido. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre, cada inventor y explorador, cada maestro moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí: en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol. La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica.
(…) Dependemos sólo de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad, y yo añadiría que también forja el carácter. En mi opinión, no hay mejor demostración de la locura que es la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, recalca la responsabilidad que tenemos de tratarnos los unos a los otros con más amabilidad y compasión, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que jamás hemos conocido.
Fragmento del texto Un punto azul pálido de Carl Sagan.
Este llamado, casi un grito desesperado del científico Sagan, pareciera que finalmente empieza a tener eco, ante la inminencia de catástrofes ambientales. Hay una preocupación global por lo que se ha denominado Cambio Climático, al punto que, el 12 diciembre de 2015, en la COP21 de París, las Partes de la CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) “alcanzaron un acuerdo histórico para combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono”.
En concordancia con ese compromiso, la mayoría de los países del planeta tienen responsabilidades en torno a promover políticas y acciones tendientes a disminuir el impacto de los seres humanos sobre el aumento de la temperatura de La Tierra y sus consecuencias sobre La supervivencia de las especies que la habitan, incluida la nuestra. Colombia, en el marco de los acuerdos internacionales, tiene la meta de reducir las emisiones de carbono en un 20% para el año 2030, para ello ha emprendido el diseño de un Plan Energético Nacional a 2050 que garantice el desarrollo económico, el suministro de la demanda de energía y el respeto al medio ambiente.
Pero las políticas por sí solas no garantizan la sostenibilidad del planeta. Debe existir un compromiso de cada institución y de cada individuo para disminuir su huella de carbono, o bien cambiando hábitos de consumo que involucren procesos más eficientes en materia energética, es decir, suplir las necesidades energéticas, manteniendo la calidad en los procesos de producción y el confort, usando menos energía, o que las fuentes que producen dicha energía sean más limpias.
En sintonía con esa tendencia global, he emprendido una iniciativa de comunicación denominada Planeta Eficiente, que consiste, por ahora en un canal de YouTube en el que se publican dos veces a la semana videos cortos, de no más de cinco minutos de duración, en los que abordo temas como Eficiencia Energética, Energías Renovables no convencionales y Cambio Climático. El canal estará al servicio de difundir iniciativas, tecnologías, emprendimientos y conocimiento en esos tres temas.
Hasta el momento, se han publicado contenidos como la movilidad eléctrica, dando ejemplos en el Eje Cafetero tales como el Cable Eléctrico de Manizales, las bicicletas eléctricas que se ensamblan o adaptan en esa ciudad, la Granja solar para producir energía fotovoltaica, propiedad de la empresa de energía de Pereira, al igual que un novedoso sistema denominado Sistema Solar Térmico que consiste en el aprovechamiento de tubos de vidrio al vacío que concentrar el calor y lo aprovechan para calentamiento de agua tanto a nivel industrial como a nivel residencial, producidos por una empresa Delta de U, ubicada en el departamento de Risaralda.
Ejemplo de un sistema solar térmico se puede observar en la siguiente imagen, tomada de https://solar-energia.net/energia-solar-termica/colector-solar-termico/colectores-tubos-vacio
Colombia posee potencial en fuentes renovables de energía no convencionales tales como la energía solar, de la cual se puede aprovechar tanto el calor como su forma eléctrica conocida como energía fotovoltaica, igualmente, tiene zonas de potencial eólico, es decir, en las que se puede usar el viento, así mismo la energía mareomotriz que usa las olas del mar. Finalmente, los desechos orgánicos como estiércol animal para producción de biogás. La transformación energética implica mirar hacia esas nuevas fuentes.
Si el Estado es coherente con los compromisos internacionales suscritos y las leyes y decretos expedidos en estas materias, deberá dar ejemplo y empezar los procesos de eficiencia y transformación energética en las instituciones públicas. El ahorro de energía no es solo un problema de huella de carbono, es también un tema de ahorro económico que le interesa no solo al sector público sino también al privado.
Quiero invitar a los lectores de esta columna a seguir los contenidos del canal que hasta el momento hemos publicado:
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