Por: Paola Marín
El pasado 12 de septiembre, se denuncio el secuestro de 5 indígenas Emberá, por parte del Clan del Golfo en el departamento del Choco, dentro de las cuales habría 3 menores de edad. Posterior a su retorno, se conoció que, las mujeres y niñas secuestradas, habían sido obligadas a bailar para miembros de esta organización, sin conocerse más detalles del caso. Sumado a estos hechos de violencia sistemática contra mujeres, se han conocido amenazas, por parte del Clan del Golfo en la ciudad de Quibdó, en el cual se comunica la ejecución del llamado “Plan feminicidio” contra mujeres que se encuentren relacionadas a miembros de otros grupos armados.
En la región del Pacífico colombiano, el departamento de Chocó ha sido históricamente escenario de conflictividad armada y exclusión social. En la actualidad, la situación en Quibdó, su capital, se ha deteriorado significativamente debido a la escalada de violencia impulsada por la confrontación territorial entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo, grupo también conocido como Ejercito Gaitanistas de Colombia (EGC). La expansión de estos actores armados en la ciudad ha exacerbado la crisis de seguridad y ha traído consigo una nueva y alarmante amenaza: la utilización de la violencia de género como arma de guerra.
Ya en recientes comunicaciones, el Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, aseguro que el Clan del Golfo, se estaba expandiendo en la ciudad, el comisionado, en el debate de control político en la Comisión Segunda del Senado, que el Clan del Golfo, estaría condenando a muerte a muchas mujeres, que no son parte de esas estructuras de las bandas, “sino que las publican en las páginas de ellos, diciendo que tienen que salir del territorio o irse”.
El contexto de disputa territorial no solo afecta las dinámicas de control del territorio, sino que ha desatado un ciclo de violencia dirigido de manera particular hacia las mujeres. En las últimas semanas, diversos reportes de organizaciones no gubernamentales (ONG) y colectivos feministas han advertido sobre un “plan feminicidio” que busca golpear de manera sistemática a mujeres relacionadas, directa o indirectamente, con los actores del conflicto. Este tipo de violencia de género, se emplea como una estrategia de retaliación, afectando a madres, hermanas, amigas y parejas de los integrantes de los grupos armados.
Los mensajes de advertencia, que circulan ampliamente en redes sociales y medios locales, han creado un ambiente de terror en Quibdó. En uno de estos mensajes se lee claramente la amenaza: “Tienen 24 horas para abandonar la ciudad porque ya están en la lista de objetivos militares”. La amenaza de feminicidios, sumada a la creciente tasa de homicidios en la ciudad, ha convertido a Quibdó en un epicentro de la violencia urbana. Según de medicina legal, hasta julio del 2024, se han presentado 85 hechos de homicidio, 13 más en comparación con el mismo periodo en el año anterior. (Medicina Legal, 2024) Este incremento en los niveles de violencia se atribuye principalmente a los enfrentamientos entre los grupos criminales locales, como Los Mexicanos, Los Locos Yam, y Los RPS, en alianza o competencia con el Clan del Golfo.
Elaborado por Fundación Paz & Reconciliación, Línea de convivencia y seguridad
Ante estas alarmantes circunstancias, se han implementado medidas de militarización en la ciudad. Sin embargo, estas acciones no han sido suficientes para contener la ola de violencia ni han logrado garantizar la protección efectiva de las mujeres. De hecho, los ciudadanos continúan cumpliendo con el toque de queda impuesto por las bandas criminales, mientras que las mujeres enfrentan restricciones aún más severas. Los mensajes intimidantes y los panfletos que circulan en la ciudad refuerzan el control de estos grupos armados sobre las actividades diarias de las mujeres, creando una atmósfera de miedo y represión.
ONG’s como Corporación Humanas o la Ruta Pacífica de Mujeres, han sido enfáticas en señalar que la crisis actual está afectando de manera desproporcionada a mujeres y jóvenes. A pesar de que el Plan Nacional de Desarrollo incluyó el compromiso de realizar un consejo de seguridad en Quibdó para abordar específicamente las violencias de género, este no se ha llevado a cabo.
Frente a esto, el pasado 19 de septiembre, emitió la Alerta Temprana de inminencia N.º 024-24, para la ciudad de Quibdó, en la cual se advierte el riesgo de violaciones a los derechos humanos de la población civil que reside en las seis comunas de la zona urbana del municipio de Quibdó, particularmente en las comunas Uno, Cuatro, Cinco y Seis, y un riesgo alto para las comunas 2 y 3. (Defensoria del Pueblo, 2024).
Aunque en la alerta temprana se hace la recomendación de activar y coordinar, desde el Comité intersectorial departamental para la prevención de la violencia por razones de sexo y de género, una estrategia de atención integral en Quibdó, organizaciones como la Ruta Pacífica de Mujeres, informa que no se ha emitido una “alerta específica sobre la violación de derechos de las mujeres en esta región, lo que evidencia una falta de atención a su grave situación de vulnerabilidad”. (Ruta Pacífica de las Mujeres, 2024)
La gravedad de las amenazas y los asesinatos que se están registrando en Quibdó alertan sobre la necesidad de concretar medidas de desescalamiento de la violencia en el marco de las negociaciones de la Paz Total, y para el caso de Quibdó, de la Paz Urbana. Es claro que la respuesta de las autoridades locales y nacionales ha sido insuficiente, y las ONG que operan en la zona, como Médicos Sin Fronteras, han advertido sobre el impacto psicológico devastador que la violencia está teniendo sobre la población, especialmente las mujeres, quienes se enfrentan no solo al riesgo de agresiones físicas, sino también al profundo deterioro de su salud mental.
Así, es fundamental que el Gobierno Nacional redoble sus esfuerzos para enfrentar la crisis de seguridad en Quibdó, priorizando la protección de las mujeres y niñas que están siendo utilizadas como blanco y objetivo en este conflicto. Se requiere una intervención integral que no solo garantice la presencia de la fuerza pública, sino que también incorpore políticas de protección específicas para las mujeres, acceso a la justicia, y un enfoque en el desmantelamiento de las redes criminales que promueven este tipo de violencia. La militarización por sí sola no resolverá el problema de fondo, y la vida de cientos de mujeres quibdoseñas sigue estando en juego.
Referencias
Defensoria del Pueblo. (2024). ALERTA TEMPRANA DE INMINENCIA N.º 024-24.
Medicina Legal. (2024). Boletines Estadísticos Mensuales. Obtenido de https://www.medicinalegal.gov.co/cifras-estadisticas/boletines-estadisticos-mensuales
Ruta Pacífica de las Mujeres. (2024). Aumentan las desapariciones de mujeres y niñas en Quibdó, Chocó. Obtenido de https://rutapacifica.org.co/wp/aumentan-las-desapariciones-de-mujeres-y-ninas-en-quibdo-choco/
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