Por: Daniela Quintero. Redacción Pares
El gobierno de Venezuela informó este jueves que se lleva a cabo un despliegue militar y policial de 3.500 soldados y uniformados en el Estado de Táchira, fronterizo con Colombia, para combatir principalmente el narcotráfico, entre otras problemáticas de las economía ilegales que aquejan los 2.200 kilómetros entre ambos países.
Sin embargo, analistas aseguran que esta medida es insuficiente debido a que se han intensificado los enfrentamientos entre grupos armados a lo largo de la frontera, además de la crisis humanitaria que se vive al interior de ese país. En ese sentido, mientras que Colombia estaba promoviendo la “salida negociada” o “cerco diplomático”, la situación se estaba caldeando en esas zonas del país.
De acuerdo con la Agencia Francesa de Prensa (AFP) dicho despliegue se suma a los ejercicios militares iniciados a partir del 24 de julio en varias regiones de Venezuela, como respuesta a un supuesto ataque de Estados Unidos que produjo un gran apagón.
¿Cuál es el panorama fronterizo?
Para el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación-Pares, Ariel Ávila, en la frontera con Venezuela hay cuatro realidades. La primera de ellas es la que sucede en Arauca donde actualmente manda el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Dicha guerrilla ha tenido un fortalecimiento que va en crecimiento y eso se suma la disidencia de la exguerrilla de las FARC, estos últimos hacen presencia en el Estado de Apure del lado venezolano.
“Otra realidad es la que se vive en el Catatumbo y el área metropolitana de Cúcuta o las zonas cercanas a Ureña, en San Cristóbal, Venezuela donde el tema ahí fundamental es que el ELN tiene una expansión y ha iniciado una guerra contra dos bandas locales que se llaman “la línea” y “la frontera”, además del EPL o “Rastrojos”.
La tercera se vive en el departamento de La Guajira, en el norte colombiano, “donde eso es tierra de narcos, tierra de nadie”, aseguró el analista; por consiguiente, no hay Estado y cualquiera entra y sale sin problema. Y una última realidad, que se ha complicado en los últimos meses es el departamento del Vichada, que durante décadas atrás no había presentado señales de alarma por la fuerte presencia de estructuras irregulares.
En ese sentido, expresó Ávila, son cuatro (4) realidades importantes para entender que 3.500 militares más, del lado venezolano, en esta frontera de 2.200 km no hacen mucho. Y sí se percibe como una medida desesperada por intentar apaciguar un poco de tantos problemas que se crean en la frontera debido a la crisis política y social.
“Yo creo que del lado colombiano y del lado venezolano se siente que hay una necesidad y que la frontera está vuelta nada y van a hacer lo que sea para controlarla, pero de ahí a que tengan éxito esa es la gran pregunta”, aseguró Ávila.
Bloqueo económico de Trump a Venezuela
A principios de la semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump decidió congelar los activos del gobierno venezolano, y también prohibir cualquier tipo de transacción con dicha nación; ambas medidas para presionar al gobierno de Nicolás Maduro para que aparentemente ceda en los diálogos con el autoproclamado presidente de Venezuela Juan Guaidó, y logren una salida negociada.
Sin embargo, el analista indicó que la lógica del bloqueo económico nunca ha funcionado. Esta sólo funciona con algo más. Por ejemplo, en Nicaragua financiaron los Contras; en Panamá se llevaron a Noriega; y a Fidel lo intentaron matar varias veces.
“Entonces las sanciones económicas por sí solas lo que van a hacer es que van a perjudicar más el pueblo venezolano, porque eso no tiene ningún efecto sobre el régimen, la pregunta es si hay algo más en otra estrategia gringa”, agregó el analista.
Así las cosas, podría pensarse otra intervención, pero no se sabe qué tipo de intervención porque hay muchas opciones. Y aunque Colombia, en cabeza del gobierno Iván Duque, ha asegurado en repetidas ocasiones que no participaría en una intervención militar y se ha ceñido al cerco diplomático, lo preocupante es que Colombia hace lo que le diga Estados Unidos.
Por eso, en medio de tanto caos lo ideal es el diálogo entre Guaidó y Maduro, que desde la semana pasada parecía estar teniendo frutos en Barbados hasta el día en que el segundo desistió a una reunión con el primero.
“Estados Unidos cree que los diálogos le dan aire al régimen y un sector de la oposición, otro sector cree que es posible un diálogo, ¿el diálogo para qué es? Para que Maduro salga y salga pacíficamente, es decir, una transición y pues este no es un diálogo fácil”, concluyó el analista.
En definitiva, lo más probable es que sucedan muchas cosas antes de que Venezuela encuentre una solución a la gran crisis que padece. Lo que hay que reconocer es que sí hay una crisis humanitaria y hay un Estado que está colapsando, ¿hasta dónde?, nadie lo sabe.
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