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Otoniel declarará de nuevo ante la JEP, ¿eso por qué importa?

Por: Laura Cano

Periodista Pares


Luego de que fuera capturado (o que él se entregara), ‘Otoniel’ ha hablado ante el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Entre estos tuvo una reunión con la Justicia Especial para la Paz, JEP, (21 de diciembre) y ante la Comisión de la Verdad (05 de febrero). Ahora se prepara para volver al alto tribunal, en el marco del macrocaso que investiga lo que pasó en el conflicto armado interno en la región del Urabá.

Las fechas acordadas para esta diligencia serán los días 10, 15 y 22, y las sesiones estarán lideradas por la magistrada Nadiezhda Henríquez. Como se informó desde la JEP, a través del auto SRVNH-04/00-198/21, ‘Otoniel’ “perteneció tanto a grupos de insurgencia, como a grupos delincuenciales organizados al margen de la ley con influencia en los territorios de la región del Urabá, trasegar que llevó desde los años 1987 y hasta el momento de su captura”.

Dairo Antonio Úsuga David, alias ‘Otoniel’, era el jefe del Grupo Armado Organizado (GAO) Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) —denominado por la fuerza pública como Clan del Golfo— y fue capturado el pasado 23 de octubre de 2021, en el marco de la operación ‘Osiris’: una acción que se sumó a los operativos realizados en el marco de la operación “Agamenón II". Además, ‘Otoniel’ era el hombre más buscado del país, de hecho, el Gobierno colombiano ofrecía hasta 3 mil millones de pesos por información que llevara a su captura, mientras que el Gobierno de los Estados Unidos ofrecía 5 millones de dólares.

Como se informaba desde la Fundación Paz & Reconciliación: "El dosier de ‘Otoniel’ estaba lleno de desplazamientos forzados, asesinatos, masacres, violencia sexual y reclutamiento de niños, niñas y adolescentes. Tenía circular roja de la Interpol, más de un centenar de órdenes de captura en Colombia, y se encontraba en la lista de las personas más buscadas por la DEA. En octubre de 2018, el entonces fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, incluyó a las AGC - Clan del Golfo en la lista de las principales organizaciones criminales transnacionales que representan una amenaza para aquel país. En la lista también se encontraban los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, así como el grupo terrorista Hezbolá del Líbano".

Además, y "luego de 2 años de investigación y una extensa triangulación de información por medio de diversas fuentes en territorio, de inteligencia e instituciones, Pares logró establecer que el centro de operaciones de ‘Otoniel’ se encontraba en el departamento de Córdoba, específicamente en la subregión del sur de este departamento. Allí confluyen 5 municipios: Tierralta, Montelíbano, Puerto Libertador, Valencia y San José de Uré. Estas entidades territoriales se ubican en la frontera con el Bajo Cauca antioqueño. Ambas subregiones se encuentran separadas por el Parque Nacional Natural Paramillo".

Por otra parte, en su versión anterior en la JEP, ‘Otoniel’ insistió en varias oportunidades en que su supuesta captura no fue una operación de inteligencia, como comunicó el Gobierno, sino que él se entregó de manera voluntaria . “Yo fui hasta donde la tropa del Ejército, yo llegué solo porque quería arreglar mis problemas. (...) Me acerqué a un cabo y le dije: "Yo soy el que están buscando". Me amarraron las manos con una pañoleta, pero no me maltrataron ni nada. Incluso me dieron agua. Yo me quité la camisa porque quería mostrar que no tenía nada, que no estaba armado”, aseguró ‘Otoniel’.

Además, en su cita en la Comisión de la Verdad fue escuchado por Francisco de Roux, presidente de la entidad, y los comisionados Lucía González y Alejandro Valencia. Este encuentro también fue parte de la ruta que dispone la Comisión para esclarecer las razones de la prolongación y degradación del conflicto, para lo que ‘Otoniel’ resuelta ficha clave, pues hay que recordar que fue parte del EPL, luego hizo parte de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, de Los Urabeños, que posteriormente se llamaron Clan del Golfo.

Ahora hay que esperar su nuevo aporte ante la JEP, esto además en medio de un contexto en el que desde el Gobierno Nacional se insiste en que este criminal sea extraditado a Estados Unidos, estancando la posibilidad de un aporte completo de ‘Otoniel’ ante el alto tribunal y en general ante el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.

De hecho, Alejandro Restrepo, coordinador de la Línea de investigación Paz, PosConflicto y Derechos Humanos, asevera que este trabajo del alto tribunal "es sumamente positivo, pues a partir de allí puede lograrse una contribución a la verdad y al esclarecimiento jurídico, pues ‘Otoniel’ tiene un conocimiento militar, económico, ilegal de las movidas en el Urabá que permitirían entender cómo en esta región, por ejemplo, se mueve el narcotráfico, cuáles son las relaciones con el tráfico en otros países, y para eventualmente poder desmantelarlo".

Además, insiste en que "’Otoniel’ debe quedarse en Colombia a aportar a la jurisdicción, y no ser extraditado a Estados Unidos, donde usualmente no se permite el proceso de reparación ni esclarecimiento. La figura de la extradición pudo haber sido importante para el crimen organizado, especialmente en los años 90, en un momento en el que la justicia colombiana tenía una debilidad enorme para lograr procesar y judicializar bandidos. Hoy, no gracias a la Fiscalía que está capturada por Barbosa y sus cuestionamientos, sino gracias a la JEP, el sistema de justicia colombiana se ha venido fortaleciendo, por lo que la figura de la extradición no debería aplicar en estos casos, pues además Colombia tiene la potestad de no extraditar a ‘Otoniel’ y que él le aporte a las relaciones que han permitido la violencia en el país, y esa es justamente la razón de la resistencia a que ‘Otoniel’ participé en la JEP, pues muchos políticos, de sectores tradicionales, tienen mucho miedo a que se esclarezca su responsabilidad en la violencia en el país, especialmente en cuanto al despojo de tierras".

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