Por: Laura Cano, Periodista Pares.
“A las personas trans nos están matando”, esa fue una de las consignas que se tomaron las calles de ciudades como Popayán, Medellín, Tunja y Bogotá el pasado 03 de julio. Como una radiografía de esa frase y como representación de los motivos que no permiten abandonar cada una de las luchas de las personas trans, un día después de las movilizaciones se conoció sobre el asesinato de Mateo López, hombre trans.
Mateo, de 25 años, era líder social en Circasia, Quindío, y como paradoja, fue asesinado justo en uno de los espacios donde su liderazgo cobraba vida y en una de las actividades por las que la comunidad lo conocía; el compartir el alimento, que se había convertido para él en uno de los actos para llamar la atención hacia la necesidad de garantizar el alimento como bien común, como derecho básico que debería ser protegido sin restricción alguna.
Hoy, Mateo López deja un camino andado por la lucha de los derechos en los barrios populares, por la dignidad de las personas que desde la diversidad han sentado palabras y hechos para poder ser sin miedo. Mateo también es otra persona asesinada que deja una estructura que pareciera criminalizar a las y los trans, que en ese sentido ha puesto una realidad, como, por ejemplo, que la expectativa de vida para ellas y ellos sea de aproximadamente 35 años.
Ante esta situación ocurrida en Circasia, Quindío, Pares habló con Nathaly Camargo, lideresa de OSIGD Diverso, y quien adelantaba trabajo con Mateo López por los derechos de las personas LGBTIQ en el departamento.
Pares: ¿Quién era Mateo López en palabras de una de sus compañeras de activismo?
Nathaly Camargo: Mateo López era un chico muy especial para la comunidad. Un líder muy fuerte del municipio de Circasia, quien tenía unos procesos comunitarios muy interesantes, no solo con la comunidad LGBTIQ, sino con la comunidad en general. Tenía actividades comunitarias de alimentos hacia los más necesitados. Él preparaba alimentos cada 8, 15 días para hacer jornadas en los barrios más vulnerables del municipio. Muchas personas compartieron con él las frijoladas, sancochadas que él hacía. Ahora en pandemia eso fue un aliciente.
Mateo era un hombre transgénero, del grupo LGBTIQ al que yo pertenezco. Lo conocí desde el año 2015, cuando sufrió un atentado en el cual recibió dos tiros. En el 2016 lo registramos ante la Unidad Nacional de Protección por medio del secretario de interior de ese entonces, Héctor Alberto Marín Ríos. Estuvo en la UNP en 2016 y 2017, en ese último año yo entró a la Gobernación del Quindío como el enlace departamental para la población LGBTIQ con un total de 8.000 firmas que los mismos líderes, entre ellos Mateo, habían recolectado para que el gobernador de ese entonces, Carlos Osorio Buriticá, me incluyera en el proceso de construcción de política pública Quindío Diverso.
Mateo hizo parte también de la recolección de insumos que nos dieron la radiografía del departamento del Quindío. Mateo era muy activo, nos ayudaba a las rifas, a las ventas de postres, tamales, a todo lo que hicimos para poder tener esa política pública. Luego de ese proceso vino un reconocimiento a la diversidad en el departamento, pues me incluyeron en la nómina de la Gobernación como lideresa de la política pública.
Estando allí le garanticé a Mateo sus medidas de protección por las amenazas que venía sufriendo. Es allí donde en el 2018 le activamos la medida de protección y en 2019 también. Llegó un momento en el que por unas denuncias políticas que había hecho me retiraron de la Gobernación. Ahí llega el nuevo gobierno y con él en la Secretaría de Familia se posesionó Alba Johana Quejada Torres, del movimiento MIRA, quien empezó a darle una dinámica religiosa a los conceptos de género y diversidad sexual, pasando por alto los derechos constitucionales.
En enero del presente año estuve con Mateo solicitando la reactivación de sus medidas de protección y nos dijeron que no era viable porque no tenían contratistas. Que volviéramos en febrero.
En febrero regresamos y nos dijeron que estábamos desgastando el sistema que porque estábamos constantemente reactivándole a él las medidas de protección, que esperáramos un tiempo más largo para volver porque solo daban una medida de protección al año durante tres meses. A Mateo se le había acabado en noviembre de 2019.
Es allí donde en plena pandemia empezaron a todos los líderes y lideresas a llegarle amenazas; en estos momentos contra todos los de OSIGD Diverso hay amenazas. Eso ha sido muy triste porque las amenazas, el hostigamiento y la persecución son de parte de contratistas y funcionarios del sector público. Esas denuncias ya se han levantado.
Pares: ¿Cuál es el contexto para las personas LGBTIQ el Quindío en este momento?
N.C: En este momento hay amenazas para el presidente de la mesa LGBTIQ de Montenegro. La situación también ha afectado a las y los campesinos de esta población. Hay denuncias como la que presentó Valentina Suárez Forero, mujer transgénero campesina y víctima del conflicto armado que ha sufrió persecución por la alcaldía municipal por el hecho de exigir las ayudas humanitarias en medio de la pandemia.
El presidente de la mesa LGBTIQ de Circasia, Mario Chávez, también está amenazado, quien incluso denunció la situación en una plenaria con la Gobernación expresando quiénes eran los contratistas que lo estaban obligando a renunciar a su cargo.
Yo, Nathaly Camargo he sufrió llamadas amenazantes, ataques a mi casa, situación que ya expuse ante la DIJIN. El pasado 27 de junio fue el último ataque. Esto se replica en los municipios de Pijao, Filandia, Quimbaya, Montenegro y Salento, donde obligaron a renunciar algunos procesos de liderazgos, en general todas las zonas del departamento están en alerta roja, incluso desde el 06 de febrero se han venido colocando las distintas denuncias ante la mesa departamental y la Fiscalía.
En la construcción de planes de desarrollo del departamento se convocó a una plenaria, antes de eso comenzaron a llegar llamadas a intimidar a las y los líderes, les decían que si llegaban a allá los apuñalaban. Decidimos no asistir. Después hicimos un documento que fue radicado el 17 de febrero ante la Secretaría de Familia en el que se expresaba cuáles eran los puntos que requeríamos que fueran incluidos en ese plan de desarrollo y exponiendo por qué no habíamos asistido de forma presencial a ese espacio.
A estas acciones nunca nos dieron respuesta y es así como el plan de desarrollo hacia la población LGBTIQ se construyó con las personas de fácil manipulación y a los líderes que hemos construido el proceso nos han invisibilizado y nos han violado el derecho a la participación.
El 06 de marzo pusimos una denuncia ante la Procuraduría alertando sobre todo lo que viene pasando, ellos hicieron una solicitud para que se dieran medidas de protección. Con ese documento que recibimos, el 04 de junio yo le escribí a la oficina de Derechos Humanos de la Policía, anexando también todas las otras denuncias. Ellos responden que para poder seguir con las medidas de protección tenía que escribir una lista con cada persona, sabiendo que en el correo ya todo estaba consignado. Querían todo desmenuzado.
Es una situación muy crítica que nos llevó el 03 de julio a pararnos al frente de la Gobernación y la de Plaza de Administración Gubernamental de Armenia a exigir nuestros derechos y a pedir respuestas. En medio de ese plantón recibí llamadas donde me dijeron que me llevara a todos esos ‘maricas’. También nos dijeron que éramos muy alarmistas. El 04 de julio asesinaron a Mateo. ¿Cuántas vidas más tenemos que poner?
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