Redacción Pares
«No se hace memoria histórica negando el conflicto armado»
Por: Carlos Castelblanco Pinedo – Redacción Pares

«El Centro Nacional de Memoria Histórica no se puede convertir en el lugar para hacer memoria sólo con aquellos que están de acuerdo conmigo y tienen las mismas posturas políticas y partidistas que yo. Por el contrario, el esfuerzo de memoria emprendido por el CNMH debe reconocer que hubo víctimas de todos los lados en este conflicto. La categoría “conflicto armado” es justamente la que permite poner a todas las víctimas en el mismo plano moral de reconocimiento.
Cuando el Centro Democrático propone una lectura alterna para nombrar lo que ocurrió, reemplaza la categoría de conflicto armado por la de ataque terrorista contra un Estado legítimo porque es legal. En esta propuesta, de entrada, pone a un actor, el Estado, por encima de los otros y le otorga un lugar moralmente superior al de los demás actores violentos. Lo inquietante de esta postura es que no revisa hechos, patrones y contextos sino que produce un juicio moral parcializado como punto de partida para la construcción del relato de memoria histórica. Con esta defensa moral del Estado, pone unas víctimas por encima de otras. Por esto decir que aquí no hubo conflicto armado es introducir una división moral entre la comunidad de víctimas en este país, y eso es profundamente nocivo y doloroso.»
Pares habló con María Emma Wills Obregón, profesora en la Facultad de de Artes y Humanidades de la Universidad de Los Andes. Fue asesora de la Dirección General del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) e integrante de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. Es Doctora en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas en Austin, Magíster en Ciencia Política de la Universidad de Montreal y politóloga de la Universidad de los Andes. Durante la mayor parte de su vida profesional se desempeñó en la academia como profesora del Departamento de Ciencia Política de Los Andes y como investigadora del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia.
«Si queremos vivir en una sociedad sin violencia necesitamos fundamentalmente reconocer el dolor de todas las víctimas, incluidas aquellas que no comparten, ni mis posturas políticas partidistas, ni mis formas de vida. No se puede tener preferencias emocionales frente a unas víctimas para desconocer a las otras si queremos salir de estas violencias. Para transitar a la paz necesitamos hacer un duelo nacional y sentir el dolor de aquel que no piensa como yo, como si fuera propio.«
Pares: Luego de escuchar al director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Darío Acevedo, en el debate de control político que se realizó en el Congreso esta semana, hay preocupación frente a conceptos como si hacer memoria es un ejercicio de interpretación y la negación del conflicto armado ¿cuál es su análisis de esa intervención?
María Emma Wills Obregón: Este tipo de debates son escenarios de pedagogía de la memoria porque ofrecen los argumentos desde posturas antagónicas y se le explican a una opinión pública que está presente a través de los medios de comunicación y las redes sociales. La cuestión central que se trató fue cómo hacer memoria histórica para transitar hacia la paz y lo que se vio en el Congreso fue una exposición de argumentos, por una parte de Iván Cepeda y otros senadores sobre por qué creen que la manera como está asumiendo Darío Acevedo la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica va en contravía de los pilares de la ley de víctimas y restitución de tierras.
Lo que está en juego es sumamente importante porque estamos debatiendo qué narrativa, qué tipo de interpretación y qué tipo de aprendizajes hacemos de estos 50 años de conflicto armado y qué legado le entregamos a las nuevas generaciones. Darío Acevedo ha dicho algunas cosas que son ciertas y otras que no, y en esa mezcla es que está un poco la tensión. Él ha dicho que no ha censurado ninguno de los informes del Centro y que tampoco ha retirado las cifras del conflicto, y eso es cierto. Pero bajo el argumento de que él es pluralista dice que aquí no puede haber una verdad oficial, como lo estipula la ley, y cualquier tipo de interpretación, cualquier intento de darle un sentido general a esa cantidad de hechos de violencia que han ocurrido en este país, es, según él, una mera interpretación.
Entonces lo que él propone es que nos quedemos con un montón de incidentes de violencias y sobre ellos no hagamos ningún tipo de lectura crítica acerca de las condiciones que hicieron posible esos hechos, de los que además podemos derivar patrones porque ese es el ABC de las Ciencias Sociales. Si hay un hecho que se repite en distintas regiones, como científicos sociales hablamos de algo reiterativo, un patrón, y Acevedo lo que está diciendo es que no hay patrones, no hay posibilidad de darle profundidad al análisis, es decir, sigamos jugando a una cantidad de incidentes de sufrimiento que ha habido en este país, y no más.

«En un proceso de esclarecimiento histórico que pretende reparar a las víctimas, la rectitud e independencia intelectual deben venir acompañadas de una trayectoria que traduzca la sensibilidad y la disposición a escuchar a las víctimas de todos los actores del conflicto, sin sospechas.» Foto: Pares.
Aquí hay algo más que incidentes, hay responsabilidades y a mí lo que me pareció aterrador es que en el fondo él está diciendo que las Ciencias Sociales no te pueden ir acercando a una mirada cada vez más exacta de qué fue lo que pasó, no es una discusión teórica, es un acervo empírico del que tú extraes los sentidos y las condiciones de posibilidad de esos hechos. Acevedo sostiene que no podemos hacer eso porque eso es interpretativo y no, él está confundiendo a la opinión pública porque básicamente lo que está haciendo es decir que todo es interpretativo y le está quitando a las Ciencias Sociales su razón de ser.
Pares: ¿Hay una intención política por parte del director Darío Acevedo al hacer ese tipo de análisis sobre el trabajo de cómo hacer memoria histórica?
M.E.W.O: No hablemos de una intención política. Hablo de lo que él va diciendo y es constatable. En su discurso sobre que no podemos interpretar porque vamos a producir verdad oficial, yo le respondo que está cayendo, y está haciendo caer en una trampa a la opinión pública, porque sí se pueden establecer patrones y puedes preguntarte si eres un científico social riguroso por los contextos que dieron lugar a esos patrones.
Además, el señor Acevedo dice el CNMH dirigido por Gonzalo Sánchez tenía sesgos, pero nunca dice cuáles son los sesgos, y señala que como el Centro tenía sesgos él tiene que corregirlos para balancear la historia que se contó. Si eres riguroso como historiador das pruebas de lo que dices ¿cuáles son las pruebas de que fuimos sesgados? Yo lo único que he oído de él es una reiteración circular de los argumentos: es que son sesgados porque son sesgados, con todo respeto, porque yo no quiero desconocer que él es un ser pensante, pero ese es un argumento circular.
Pares: ¿Es posible que el director Acevedo llame sesgo al hecho de que el CNMH antes de él reconocía que en Colombia existió un conflicto armado de más de 50 años?
M.E.W.O: Él dice que cuando se habla de conflicto armado se le está dando una ventaja moral a las guerrillas, cuando desde su punto de vista las guerrillas fueron unos terroristas que atacaron a un Estado que tenía todo el derecho de defenderse. A mí como científica social me aterra ese argumento. Ellos están señalando, con ese argumento que es el del uribismo, que hay una parcialidad del CNMH cuando utiliza la categoría de conflicto armado y yo quisiera explicarle a la opinión pública a través del portal de PARES que es al contrario.
La categoría de conflicto armado no habla de si los actores tienen justificaciones morales o no, la categoría de conflicto armado simplemente dice que hay unas organizaciones, legítimas o no, que están organizadas estratégicamente alrededor de unas tácticas militares para la conquista del poder y de los territorios. Yo no estoy diciendo si son buenos o malos, como científica social que le ha puesto a este trabajo el corazón y la cabeza durante tantos años, estoy tratando de comprender las dinámicas de un conflicto y las condiciones de posibilidad que dieron origen a esas dinámicas. Me hago preguntas de rigor científico social. Lo que le incomoda a Acevedo es que pusimos a todos los actores en el mismo nivel moral. No se puede volver la memoria histórica un objeto de deseo de la discusión partidista.
Entonces, cuando hablo de conflicto armado lo que digo es que hay distintas organizaciones, unas de orden institucional y otras de orden no institucional, que se organizan alrededor de unos propósitos militares y de esa forma quiero entender los repertorios de violencia y las estrategias que ellos van utilizando para avanzar. En cambio, cuando él dice que no hay conflicto armado sí está introduciendo un argumento moral en el centro mismo de su evaluación que pretende ser rigurosa e imparcial. Al hablar de buenos y malos está suspendiendo un juicio científico racional a favor de un argumento político y moral. Pero, ¿cómo vas a reconstruir 50 años de conflicto diciendo «estos son buenos y estos son malos»? No, aquí no estamos predicando la biblia, sino sustentándonos en bases de datos y acervos fácticos.
Pares: ¿Cuál es entonces el campo de la memoria histórica en la construcción de paz en Colombia?
M.E.W.O: Es un campo donde básicamente lo primero que tienes que hacer es suspender tus afectividades políticas para escuchar a todas las víctimas del conflicto armado con la misma empatía, y revisar una cantidad de bases de datos con el mismo rigor, sin establecer de antemano quiénes son buenos y quiénes malos. Como dice una amiga: es la tozudez de los hechos la que te va señalando las infracciones al Derechos Internacional Humanitario y a los Derechos Humanos que cometieron todos los actores del conflicto, empiezan a emerger de las bases de datos, tal y como ocurrió con las bases que compiló el CNMH.
Pares: ¿Qué muestran y prueban esas bases de datos?
M.E.W.O: Muestran que los actores se especializaron en cierto tipo de repertorios de violencia. Por ejemplo las guerrillas sabemos que son las mayores responsables del secuestro, y detrás de ese secuestro se fue constituyendo una organización especializada en eso.