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Mujeres Pisando Firme: las mujeres que se encuentran para apostarle a la paz

Por: Laura Cano

Periodista Pares


Hace más de cinco años, cerca de 13.000 personas le apostaron a la paz acogiéndose a un acuerdo entre el gobierno, en ese entonces en cabeza de Juan Manuel Santos, y la guerrilla a la que pertenecían, la extinta Farc-ep. De estas personas varias eran mujeres, algunas con hijos, otras con estudios en diferentes áreas, unas con familias conformadas, etc.; pero eso sí, una cosa las unía: todas con la esperanza de que dicho Acuerdo permitiera una reconstrucción del tejido social.


Lastimosamente, en ese camino muchas cosas han quedado por cumplirse, una de las más importantes ha sido la protección de la vida. Pero, incluso con un registro de casi 300 personas firmantes asesinadas, entre ellas, al menos, 10 mujeres, este no ha sido el causante para devolver las páginas de este conflicto. Ante la convicción de quienes están en proceso de reincorporación, aún muchas de las personas que aquel 24 de noviembre de 2016 se acogieron al Acuerdo le siguen apostando a la paz, haciendo comunidad.


Una de esas formas de resistencia ha sido a través de proyectos productivos, que, además de permitir encuentros y trabajo colectivo, también han sido el punto de partida para que muchos y muchas puedan pensarse proyectos de vida desde ahí. Asimismo, estos se han convertido en otras formas de hacerle frente a las tantas circunstancias por las que hoy por hoy pasan los firmantes de paz.


Mujeres Pisando Firme es uno de esos proyectos, el cual ha permitido reunir a mujeres firmantes de paz, familiares de excombatientes y mujeres que viven en Saravena, Arauca, quienes a través de una empresa dedicada a la fabricación de zapatos han constituido una forma de solvento económico, pero también de pensarse desde la colectividad de mujeres, pues este emprendimiento nace también al reconocer la “capacidad de las mujeres, pues hay muchos trabajos que dicen que son solo para hombres, entonces nosotras queríamos quitar ese prejuicio y apostarle a algo hecho por mujeres, que además nos generara también cierta independencia económica”, señala Aura María Torres.


Este proyecto nació de un esfuerzo genuino, a través de Mujeres que Emprenden, Sociedades que Florecen, una iniciativa auspiciada por la Embajada de los Estados Unidos, dirigida a mujeres emprendedoras que quieran conocer las herramientas para llevar adelante un negocio. Esto motivó a varias mujeres a pasar una propuesta, la cual se materializó en la creación de calzado, idea que hoy por hoy convoca a 18 mujeres, que cumplen distintas funciones. Al inicio se realizaron 18 pares de zapatos que, posteriormente, vendieron entre todas las mujeres para recolectar lo de más materia prima y así continuar con el proyecto. No obstante, Aura reconoce que la comercialización ha sido uno de los factores que más trabajo les ha costado.


Pero las dificultades técnicas no han sido las únicas que se han presentado en medio del proyecto de Mujeres Pisando Firme, pues el contexto donde se ha desarrollado el emprendimiento también ha sido otra cuestión. Justamente, hay que recordar que el conflicto en Arauca se ha reconfigurado, y, al menos en Saravena donde se ubican las mujeres que hacen parte de la organización, tienen presencia el ELN y la Estructura Décima Martín Villa de las disidencias de las Farc.



Ahora bien, este municipio, en lo que va del año, que de hecho ha sido un inicio de año en el que se ha agudizado la violencia en Arauca, ha sido foco de la crisis de seguridad en el departamento. Allí se han registrado atentados, homicidios, secuestros, desplazamientos forzados, entre otros hechos victimizantes. Y es que no es per se, pues hay que recordar que Saravena es área limítrofe con Venezuela, lo que ha generado una dinámica de confrontación por el extenso corredor de movilidad estratégico para los grupos criminales.


Por otra parte, vale la pena traer a colación que, en Saravena, fue asesinado Juvenal Ballén Gómez, el primer firmante de paz asesinado en el 2022, en el marco de un panorama de constantes vulneraciones a los derechos humanos en esta zona.



Nombramos este panorama porque para Mujeres Pisando Firme no ha pasado desapercibido, pues esta ola de violencia ha suscitado que en lo que va del 2022 ellas hayan tenido que parar sus labores ante la amenaza que viven no sólo como habitantes de Saravena, sino también como mujeres, lideresas, y varias de ellas, firmantes de paz. “Nosotras hasta el momento no hemos sido amenazadas. Sin embargo, desde enero en adelante la situación de seguridad nos ha afectado, pues prácticamente acá estamos en confinamiento. De hecho, llegamos a pensar que la maquinaría se nos iba a perder por el no uso”.


Todas estas situaciones han dejado algo claro para las Mujeres de Pisando Firme, los proyectos productivos no giran únicamente en cuanto a lo técnico y económico, es también una juntanza que requiere organización, autoprotección, hacer comunidad, sobre todo en contextos de constante violencia. Pero también estas iniciativas hacen ver que es necesario, por un lado, que el Estado voltee a mirar a estos proyectos, fortaleciendolos, y en este caso, dando cumplimiento a lo pactado en la Habana. Por otra parte, pone de frente lo poderoso y las redes que crecen cuando las mujeres se encuentran con sus diversos contextos, pero coincidiendo en convicciones.


Hoy por hoy Mujeres Pisando Fuerte, pese al contexto de violencia, ha retomado sus labores con la participación de cinco mujeres, quienes actualmente concentran su trabajo en la fabricación de calzado para los y las estudiantes del municipio, demostrando la voluntad que desde el 2018 han tenido, por un lado, para continuar su proceso de reincorporación, pero también por buscar alternativas que siempre lleven al trabajo colectivo.



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