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Lucha estudiantil y crisis de la educación pública

Por: Daniel Jiménez y Diego Jiménez. Colaboradores Pares.


En los últimos meses el movimiento estudiantil ha venido atravesando un momento decisivo, los y las estudiantes de universidades públicas como la Universidad del Cauca, Pedagógica y la Nacional han emprendido una lucha con el objetivo de que la institucionalidad les brinde una serie de garantías mínimas para que puedan continuar con su proceso educativo. Propuestas como la de la Matrícula Cero buscan que se les garantice la matrícula sin costo alguno a la plenitud de la comunidad estudiantil en las universidades públicas del país.


Desde años anteriores se han venido intensificado las exigencias de garantías para la comunidad estudiantil en Colombia. Con la llegada de la pandemia, se sumaron exigencias, como lo fue la reivindicación de condiciones para la permanencia y el acceso a las universidades de los y las estudiantes alrededor del país.


No obstante, la situación dificultó adelantar manifestaciones masivas como las que se venían realizando, que, sin ausentarse del todo, en los últimos meses hemos visto cómo la comunidad estudiantil ha transformado las maneras y estrategias que utilizan para protestar.

Movilización estudiantil del 21 de agosto de 2020 en Bogotá. Fotografía: Anderson Mamayate.

Gracias a la base de datos sobre protestas de PARES se ha podido determinar que desde que se decretó el estado de emergencia sanitaria el 12 de marzo a la fecha se han presentado por lo menos 21 manifestaciones que han sido lideradas por estudiantes, 20 de estas presentándose en los últimos 3 meses (junio, julio y agosto), lo cual nos muestra que se ha venido reactivando los procesos de protestas en el ámbito estudiantil con respecto a los primeros meses de cuarentena a nivel nacional.

A partir de estos datos es posible afirmar que la mayoría (90%) de las protestas estudiantiles se realizaron para exigir derechos vinculados con la educación, permaneciendo la población estudiantil ligada a otras agendas de movilización como es característico, el resto de acciones (10%) se enmarcan en el rechazo a las decisiones tomadas por el Gobierno Nacional.


En cuanto a las estrategias utilizadas para movilizar sus demandas, la base muestras que, si bien el repertorio de acciones al que acuden los y las estudiantes para protestar es diverso, un 29% se manifestó mediante algún tipo de concentración pública, a esta estrategia le siguen dos tipos de acciones que nos muestran la diversificación que ha tenido el movimiento estudiantil a la hora de movilizarse, en este sentido, se han dado acciones como la Toma Pacífica generalmente de las instalaciones de las universidades en un 24% y de igual manera, han empleado el mecanismo de la Huelga de Hambre en un 24%. En un 19% se manifestaron mediante Bloqueos a alguna vía pública y finalmente en un 5% realizaron la protesta mediante performances o expresiones artísticas.


Para poder entender de primera mano las necesidades y exigencias que se están esbozando desde los y las estudiantes del país, desde PARES hemos hablado con dos lideresas estudiantiles de la Universidad del Cauca y la Universidad Nacional de Colombia, quienes nos han brindado una mirada más profunda a esta situación.

La mayoría (90%) de las protestas estudiantiles se realizaron para exigir derechos vinculados con la educación, permaneciendo la población estudiantil ligada a otras agendas de movilización como es característico, el resto de acciones (10%) se enmarcan en el rechazo a las decisiones tomadas por el Gobierno Nacional. Estudiantes huelguistas de la Universidad Nacional sede Bogotá. Fotografía: (Alvarado, 2020).

UniCauca: logros parciales de una lucha histórica


Los procesos estudiantiles de la Universidad el Cauca, desde hace décadas vienen construyéndose alrededor de la obtención de condiciones dignas para la comunidad estudiantil. En el presente conocemos algunos de los antecedentes que han configurado la manera en que afrontan estas exigencias dentro de la coyuntura actual de la emergencia sanitaria, de la voz de Angie Agudelo estudiante perteneciente al proceso organizativo “Para UniCauca Transformar”.


En el caso de UniCauca, las jornadas de protesta dadas desde el paro nacional universitario del año 2018 permitieron la consolidación de una mesa de negociación “triestamentaria” en la cual se ha incluido el tema de la matrícula cero. En ese sentido, existe un espacio donde plantear las opiniones, sin embargo, las dificultades ante la crisis no cesan pues en lo que respecta a una segunda fase de la mesa con entes del ejecutivo, dice:


“Se supone que parcialmente la matrícula está, se supone que a los estudiantes de la UniCauca les garantizaron matrícula cero, pero entonces la universidad va a asumir un porcentaje mayor al que va a asumir la alcaldía, entonces lo que nosotros estamos pidiendo es que esos presupuestos cambien, que las administraciones municipales se hagan cargo de eso porque lo que va a dar la universidad podrían ser garantías del bienestar de la universidad”.


Cabe resaltar que, si bien en la universidad se ha logrado dicha instancia de negociación, no es el único frente en donde la movilización respalda las exigencias de los estudiantes, ya que varios grupos independientes también hacen presencia mediante plantones y campamentos simbólicos en la misma vía de reclamos y propuestas, sin necesariamente sentarse en la mesa, aclara su vocera.

Estudiantes de la Universidad del Cauca manifestándose. Fotografía: “Para UniCauca Transformar”.

Retomando lo dicho por Angie Agudelo desde Popayán, en la mesa de negociación se tocan puntos importantes como la oferta de materias, especialmente las prácticas en el caso de quienes estén acabando su ciclo y las tarifas de transporte diferenciadas, resaltando las especificidades que pueden tener las instituciones con mayor proximidad a ámbitos rurales. Esta coyuntura, sin duda, ha permitido reconocer otros sectores de la sociedad en el contexto de las protestas, algunos más conocidos en procesos de movilización previos y otros emergentes, por lo cual Angie nos menciona:

“Este tema de la pandemia no nos puede desmovilizar, es necesario seguir en la movilización, es necesario tener otras propuestas de movilización efectivas, que hagan que la gente tenga presente la necesidad de hacer estas exigencias. Esta coyuntura no puede dejarnos quietos, al contrario, debe servir para movernos por lo que nos compete. Sigue siendo el momento para alzar la voz ante las injusticias.”


Universidad Nacional: En primera línea de defensa


La situación que vive actualmente la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) de igual manera ha sido bastante álgida, al punto que actualmente un grupo de estudiantes de la universidad en sus sedes de Bogotá y Medellín han decidido iniciar un campamento en las inmediaciones de las porterías y desde el 10 de agosto, cinco (5) estudiantes de la sede de Bogotá decidieron una iniciar una huelga de hambre.


Para conocer la situación que están viviendo los estudiantes de la Universidad Nacional hablamos con María Alejandra Baquero, quien es estudiante de Arquitectura y Urbanismo, representante estudiantil ante el consejo en la sede Bogotá e integrante de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios (ACEU).


En palabras de ella, la universidad viene de un proceso de varios años en donde presenta un déficit financiero muy alto, que no permite cubrir la base presupuestal de la universidad para su funcionamiento. Esta crisis, según sus palabras, ha aumentado exponencialmente bajo el contexto de la pandemia.


Actualmente, se calcula que el déficit alcanza la cifra de los 77.000 millones de pesos cuando a principio de año era de 44.000 millones, según María Alejandra. Además, existe una gran dificultad por parte de los estudiantes para poder pagar sus matrículas debido a la crisis social y económica desatada por la pandemia y la gestión blanda del gobierno. Producto de esta situación, La Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN) calcula que es muy posible llegar al alarmante índice de deserción del 50%. En este sentido, las organizaciones estudiantiles huelguistas de la UNAL están pidiendo lo siguiente:


“En concreto tenemos dos exigencias, primero matrícula 0 universal para todos los estudiantes de pregrado y posgrado, y segundo, un salvamento presupuestal para la Universidad Nacional de 32.881 millones de pesos, que es hasta el mes de marzo lo que tenía calculado la universidad que iba a costarle la pandemia, por lo que probablemente sea más.”



Actualmente, se calcula que el déficit en la Universidad Nacional alcanza la cifra de los 77.000 millones de pesos cuando a principio de año era de 44.000 millones, según María Alejandra. Además, existe una gran dificultad por parte de los estudiantes para poder pagar sus matrículas debido a la crisis social y económica desatada por la pandemia y la gestión blanda del Gobierno. Fotografías: Cortesía UNESS Bogotá.

Ahora bien, en la Universidad Nacional se han venido presentado diferentes tipos de protestas por parte de la comunidad estudiantil, frente a esto María Alejandra, nos comenta lo siguiente:


“Ha sido un recorrido, desde la declaratoria de emergencia exigimos las garantías de acceso y permanencia para los y las estudiantes. Sin embargo, frente a la desatención por parte del gobierno nacional hemos decidido montar un campamento desde el 27 de julio en la sede de Bogotá y de Medellín y actualmente en Bogotá iniciamos una Huelga de Hambre desde el 10 de agosto con cinco compañeros y compañeras.”

Teniendo en cuenta lo previamente dicho sus demandas se encaminan en la siguiente dirección:


“Nuestras exigencias van dirigidas al gobierno nacional en específico, sin embargo, no desconocemos la deficiente labor de la administración de la universidad en cabeza de Dolly Montoya, en cuanto que han decidido utilizar 2.200 millones de recursos de la universidad para cubrir parte de la matrícula de los y las estudiantes de pregrado, disculpando y desconociendo el deber del gobierno nacional de entregar los recursos necesarios para poder sostener a la universidad y, además, aumentando el déficit presupuestal de la misma. Creemos que debe haber un mayor gasto social en materia de educación por parte del gobierno para poder garantizar el derecho a la educación de los y las estudiantes del país, y creemos que la administración de la universidad debe exigirles lo necesario.”


Finalmente, María Alejandra nos comenta que al momento de la entrevista no habían recibido respuesta alguna por parte del gobierno nacional ni de la administración universitaria, además, la situación agrava pues esta última ha desconocido el proceso de movilización que han llevado a cabo, razón por la cual no se les ha brindado lo necesario a los y las huelguistas, ni ha habido voluntad para reunirse con ellos.


Mediante procesos de protesta los y las estudiantes de distintas universidades han logrado conquistar la obtención de la Matrícula Cero en 15 de 32 universidades públicas del país. Caso contrario, en el que se encuentran las universidades dependientes directamente del presupuesto del Gobierno nacional (UNAL o UPN), en donde no han recibido mayor respuesta, amenazando la continuidad de miles de estudiantes y promoviendo un escenario crítico de vulneración de sus derechos a la educación.


El caso de la Universidad del Cauca, demuestra que gracias a los esfuerzos de movilización previos y paralelos de carácter local, se ha logrado obtener espacios de concertación que permitan la elaboración de soluciones más concretas y de mayor eficiencia.


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