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Los últimos días de Pepe Mujica

Por: Redacción Pares




Hace un año el ex presidente uruguayo anunció que padecía un cáncer de esófago. A sus 88 años las posibilidades de recuperarse eran remotas. Pocos líderes latinoamericanos han despertado la admiración unánime. Incluso sectores de la derecha retardataria han exaltado su frugalidad, su sencillez de anacoreta. Han pasado por alto incluso aspectos de su vida que a otro personaje le hubieran cobrado caro. Uno de ellos fue su militancia en la guerrilla de su país. En los años sesenta, junto a su esposa, Lucía Topolansky, fue parte del movimiento de liberación nacional-Tupamaros. Su historia ha inspirado el interés de grandes cineasta como Emir Kusturica. Es una especie de Mandela de este lado del mundo. Su detención entre 1972 y 1985, en condiciones extremas, terminó disparando su carrera política. Desde 1989 fue senador, después ministro y en la primera década de este siglo consiguió la presidencia del Uruguay.


El próximo 20 de mayo cumplirá 90 años. Este 12 de mayo Yamandú Orsi, presidente de Uruguay y discípulo de Mujica, confirmó que el expresidente se encuentra en un estado terminal y ya recibe cuidados paliativos. Pepe se apresta para el viaje final. Lucía, desde su chacra en las afueras de Montevideo, confirmó que su estado de salud empeora de manera irreversible. Con entereza Topolanky afirmó lo siguiente: "Yo estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final; eso fue lo que prometí".


Fue el 29 de abril del 2024 cuando Mujica anunció que el tumor que se le había encontrado en el esófago era maligno. Esto, sumado a una enfermedad inmunológica que padece desde hace veinte años, sentenciaban su futuro inmediato. En enero del 2025 anunció que el cáncer había hecho metástasis en el hígado. Las posibilidades se reducían a unos cuantos meses.



Su esposa ha pedido que, a pesar de la figura tan atractiva de Pepe, los medios los dejen tranquilos durante los últimos días que pasará en la tierra el gran Mujica. Difícilmente se volverá a disfrutar en este continente de un ícono de limpieza y coherencia política. En su chacra campesina recibió a estrellas de la música como Residente y al astro del fútbol Diego Maradona. Siempre con su mate, sus ojotas y su camisa por fuera. Con Pepe termina una era. El mundo y sobre todo la izquierda, quedará un poco más solo, un poco más triste.

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