Por: Sergio Saavedra, pasante de comunicaciones – Pares
“Todos nacimos con un rostro y a todos nos dieron un nombre y un apellido”, esa frase es la bandera de lucha de Luz Marina Bernal, madre de Fair Leonardo Porras Bernal, desaparecido en enero de 2007 y encontrado muerto 8 meses después en Ocaña, Norte de Santander. Fair fue presentado como guerrillero dado de baja en combate, a pesar de nunca haber pertenecido a un grupo armado. Fue víctima de una ejecución extrajudicial.
Según la Real Academia de la Lengua Española, falso significa contrario a la ‘verdad’ y ‘fingido’. Por su parte, positivo indica una definición de ‘veracidad’ y ‘no ofrece duda’. En Colombia, esa conjunción del lenguaje fue la que la prensa escogió para hablar del asesinato de más 10.000 jóvenes que fueron disfrazados de guerrilleros y posteriormente asesinados.
Pares habló con Luz Marina Bernal sobre la lucha que ha emprendido por esclarecer el asesinato de los jóvenes víctimas de ejecuciones extrajudiciales.
¿Cómo fue la relación con el gobierno Santos en su lucha por encontrar la verdad de las ejecuciones extrajudiciales?
Regular. Entrando al Gobierno, el expresidente crea la Ley de Víctimas para tapar el estigma y señalamiento que traía de haber sido el Ministro de Defensa responsable de los ‘falsos positivos’. Desvía la atención a la Ley de Víctimas, la cual iba a cobijar la restitución de tierras. Pero, con el tiempo, vemos que es una Ley incumplida y revictimizante para la mayoría de víctimas a lo largo y ancho del país.
Más adelante, en su mandato, amplía el fuero penal militar. Para nuestro criterio, eso generó un beneficio a los militares. Nosotras, como víctimas de las ejecuciones extrajudiciales tumbamos dos años la ley, hasta que en el 2015 perdemos.
Cuando lo postulan para el Nobel de Paz, estando yo también nominada, sentía que la vida me estaba jugando una mala pasada. Estar parada al lado de Juan Manuel Santos, quien debió haberse negado a recibirlo por haber sido Ministro de Defensa durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, gobierno responsable de las ejecuciones extrajudiciales.
¿Qué considera que mejoraría las garantías de seguridad de los defensores de Derechos Humanos?
Esperamos mover los aportes internacionales de nuevo, porque Juan Manuel Santos jugó un papel fundamental en cerrar las ayudas internacionales diciendo en el 2012 que en Colombia ya no había violaciones a los Derechos Humanos. Como lo he dicho en todos los países a los que he ido: es una gran mentira, sencillamente porque estas organizaciones se mojan, se asolean, se embarran para ir a los territorios donde están siendo afectadas las víctimas y se ha acrecentado la violación a los Derechos Humanos en todos los territorios.
¿Cuál fue su papel durante el proceso de Paz entre el Gobierno Nacional y las FARC?
Fundamentalmente, fue ser elegida para ir a la primera delegación a La Habana a llevar las propuestas que se recogieron dentro de las cinco mesas regionales en Colombia. Sabíamos que esos diálogos iban a traer una represión mucho más fuerte, sobre todo a aquellos líderes y lideresas que se estaban conformando para recuperar sus territorios, para que los indígenas volvieran a sus raíces de origen, para que la comunidad afro retomase sus territorios, sus sitios palenqueros. Eso era una preocupación muy grande.
Se dejó un precedente de advertencia de lo que viene ocurriendo por el incumplimiento del anterior Gobierno. Nosotros los colombianos habíamos aportado una cuota demasiado alta a lo largo de más de cincuenta años de guerra… ¿Cuál era la cuota que tenían que pagar para un proceso de paz en Colombia?
¿Qué opinión tiene respecto a la Comisión de la Verdad?
Estoy preocupada porque cuando pedimos la veeduría internacional se negaron, aun habiendo jugado un papel fundamental dentro de la mesa de los Acuerdos en Cuba. Esa negación no brinda garantía para evitar la violación a los Derechos Humanos que suceden en Colombia. El exterminio ha afectado la confianza de las víctimas a la implementación.
¿Qué cree que le espera a la JEP?
Como se había estructurado, inicialmente, todos los actores tendrían que comparecer: guerrilla, Ejército, grandes empresas (transnacionales) y demás. Es decir, implicados y aportantes a esta guerra absurda. Al ser reestructurada dos veces, nos hace perder totalmente la confianza que teníamos.
También se había dicho de cinco grandes temas que no eran competencia de la JEP. Los falsos positivos ya habían sido declarados Crímenes de Lesa Humanidad, teniendo como primer caso condenado el de mi hijo Fair Leonardo, adoptando los otros casos bajo esa decisión. Todo Crimen de Lesa Humanidad no puede entrar a la JEP: violación sexual, tortura, desaparición forzada, reclutamiento de niños.
Por otro lado, ¿quién va a olvidar lo que hemos tenido que vivir? ¡Nadie! El perdón y la reconciliación es meramente personal, nadie nos lo tiene que imponer. El perdón no puede ser impuesto por un juez, es frío, mecánico y calculador, lo que sería revictimizante.
¿Cómo volver a confiar en el sistema de aplicación de justicia?
Para ello, las ejecuciones extrajudiciales no deben ser competencia de la JEP. No queremos que suceda lo pasó con el modelo de Justicia y Paz del gobierno de Álvaro Uribe, en el cual no se supo las causas de los hechos. La verdad se debe saber, ¿quién ordeno? Ahí están los nombres de fiscales, jueces, alcaldes, gobernadores y ministros en las violaciones de los Derechos Humanos.
Además, el modelo de justicia debe responsabilizar al perpetrador directo e indirecto, pues en el indirecto está la responsabilidad del que fragua, construye y ordena. El otro incluso está entre conservar su vida o cumplir ordenes. Eso permitirá que los bajos mandos nombraran a sus medios mandos, sus medios mandos a los altos mandos, éstos nombrar a su ministro y el ministro nombrar al presidente de la República. Aquí el responsable es el presidente, porque él es el máximo responsable de toda la parte castrense.
Sin embargo, a mí me gustaría soñar con una verdad contada. Yo invito a los militares a que cuenten ese daño a hijos, esposas, madres, hermanos. Que les pidan disculpas, también, a sus familias, porque ellos también fueron víctimas, pues cumplieron unas órdenes que venían de más arriba. No como los hijos nuestros porque ellos fueron asesinados, pero en alguna medida son víctimas de este complejo conflicto.
¿Qué vendrá para Luz Marina?
A pesar de las dilaciones del proceso, a pesar que me amedranten, mantener la decisión del delito de mi hijo como de Lesa Humanidad. Mi lucha es por la continuidad de un país. La promesa que yo le hice a mi hijo el día que supuestamente lo encontré, porque lastimosamente tengo que decir que tengo unos restos que no son de mi hijo; él aún sigue desaparecido: Yo cogí su rostro y le dije que le prometía que lo que resta de vida es para aquellas familias que están viviendo lo mismo que yo estoy viviendo.
¿Qué armas empuñará para trabajar por Colombia?
No cabrá la idea de que yo deje de trabajar por las víctimas del delito de las ejecuciones extrajudiciales, por medio del teatro como denuncia, poesía, música, pintura, grafiti, bordado, tejido, documentales, películas, tesis universitarias. Hasta el día que Dios me permita levantarme a luchar por un mejor país
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