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Las conclusiones de la marcha

Por: Ariel Ávila, subdirector – PARES


Luego de la marcha de ayer, domingo, se pueden hacer cinco grandes conclusiones. Por un lado, aunque el uribismo intentó apropiarse de la marcha y desde el sábado se comenzaron a ver menciones sobre el respaldo al senador Uribe o al presidente Duque, lo cierto es que no lo lograron. Todas las fuerzas políticas, con contadas excepciones, salieron a la calle y los medios de comunicación cubrieron las diferentes voces, pero, además, el grito unánime en la calle fue “sí a la paz y no al terrorismo”. Esto lo que significa es que no hubo tal llamado a la guerra y a la militarización de la sociedad. Colombia, a pesar de la polarización, se ha acostumbrado a la paz y la quiere preservar. La mayoría salió a la calle por la paz y no por la guerra.

En segundo lugar, a excepción de algunos casos en Medellín y otro en Bogotá, la marcha se desarrolló en tranquilidad y en convivencia entre los diferentes sectores políticos. Si bien, tres vídeos se volvieron virales por agresiones de sectores radicales de ultraderecha a manifestantes que pedían por los derechos de los líderes sociales, el derecho a las víctimas y la paz, lo cierto es que fueron casos aislados. Hubo tolerancia en las marchas.

En tercer lugar, aunque suene un poco duro escribirlo, lo cierto es que no salió mucha gente. La asistencia fue poca, o al menos se esperaba mucho más. Todo este se derivó del debate que se generó entre viernes y sábado sobre el oportunismo político de algunos sectores, en particular del Centro Democrático. Mucha gente que iba a salir a marchar se quedó en casa para que su voz y presencia no se viera como un respaldo a un partido político. Mucho menos, cuando estamos tan cerca de unas elecciones.

En cuarto lugar, también se debe decir, que era casi imposible evitar cierto aprovechamiento político de la marcha o al menos el intento de hacerlo. No se debe olvidar que estamos a nueve meses de elecciones locales y regionales, por ende, los niveles de polarización se van a incrementar y, sobre todo, cualquier cosa será aprovechada como una vitrina mediática. De ahí la importancia de que los ciudadanos estén alertas, para que no hagan el papel de “idiota útil”.

Por último, más que una conclusión, hay una pregunta. Se refiere a las consecuencias que provocará la marcha. O bien puede ser la semilla de una gran movilización de la sociedad civil, o en un país que aún normaliza la violencia, podría ser flor de un día. Dependerá de la ciudadanía activa el futuro de estas movilizaciones sociales y políticas.

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