Por: Laura Cano Periodista – Pares
La Comisión de la Verdad sigue dando pasos significativos en temas que reiteran la importancia de esta entidad para la reparación de las millones de víctimas que dejó el conflicto armado en Colombia. El día de hoy, a través de dos espacios que se dieron en paralelo, la Comisión de la Verdad realizó encuentros con familiares de víctimas de ejecuciones extrajudiciales y con indígenas del pueblo Korebaju, comunidad víctima, también, de un amplio repertorio de violencia en el marco de la confrontación armada en el país.
Exmiembros de las FARC-EP reconocen afectación al pueblo Korebaju
Después de 24 años de la masacre cometida contra el pueblo indígena Korebaju, en la comunidad de San Luis, en Caquetá, donde fueron asesinadas siete personas (entre las que, de acuerdo a la Comisión de la Verdad, se encontraban dos profesores, dos coordinadores comunitarios, el cacique de la comunidad, un excacique y un estudiante), exmiembros de las FARC-EP reconocieron hoy su responsabilidad por este hecho victimizante.
Respecto al contexto en el que ocurrió esta masacre, desde la Comisión de la Verdad se ha recapitulado que “Cuando el M-19 se reincorporó a la institucionalidad y se retiró de la región, hacia mediados de los años ochenta, las FARC empezaron a controlar el territorio, en disputa permanente con las Fuerzas Armadas. El pueblo Korebaju fue objeto, entonces, de múltiples violaciones a sus derechos individuales y colectivos. Las autoridades ancestrales fueron desconocidas; jóvenes, niños y niñas fueron objeto de reclutamiento forzado; el territorio fue ocupado por los actores armados, y en un vórtice de violencia, el 20 de julio de 1997 las FARC asesinaron a los hermanos Valencia, como se describe en ‘Coreguaje: voces del despojo’”. Asimismo, en relación a la masacre por la que exintegrantes de las FARC-EP asumieron su responsabilidad el día de hoy, la Comisión refirió los hechos mencionando: “El 25 del mismo mes, otros siete líderes indígenas fueron masacrados por el mismo grupo armado. Las víctimas de esta última masacre fueron Dionisio Figueroa, cacique de la comunidad; Silvio Piranga, excacique; Raimundo Figueroa y Leonardo Bolaños, coordinadores comunitarios; los profesores Edgar Camacho Bolaños y Abraham Figueroa, y el estudiante universitario Carlos Arturo Valencia”.
En el encuentro entre firmantes de la paz y víctimas de los años de guerra de las FARC, que estuvo mediado por la Comisión de la Verdad, además de lo ocurrido en la comunidad de San Luis, también se reconocieron otros hechos que afectaron al pueblo indígena Korebaju. En el espacio participaron, por un lado, como delegados de esta comunidad, entre otras personas, Silverio Ibáñez (del clan Pachabaju Tama) y Eduardo Bolaños (del clan Jñataki Pai); y, por el otro, exintegrantes de las FARC-EP como Omaira Rojas y José Benito Cabrera, desmovilizados tras la firma del Acuerdo de Paz, quienes voluntariamente expresaron su intención de visibilizar su responsabilidad en las victimizaciones en contra de la población Korebaju. Hay que resaltar que, previo al encuentro, ya se habían realizado reuniones entre víctimas y victimarios.
“Todos los homicidios desencadenados en esta época se mantuvieron en la impunidad. Sucesos motivados, no aclarados, ni investigados por el crecimiento acelerado de los grupos armados ilegales como las FARC-EP Bloque Sur, que solo buscaban su autoprotección y el control territorial, dejando de lado e ignorando la estructura organizativa y el gobierno propio que existía y que existe en estos momentos. Y hoy después de 24 años, gracias al espacio generado por el proceso del Acuerdo de Paz, en la instancia establecida por la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, podemos visibilizar y expresar al mundo nuestra verdad para sanar”, manifestaron las personas delegadas del pueblo indígena en una rueda de prensa.
Por otra parte, hay que señalar que, en lo que ha permitido esclarecer la Comisión de la Verdad, en el pueblo indígena Korebaju se presentaron, por lo menos, 65 víctimas de homicidio entre 1993 y 2009. En el marco de la situación de violencia que por años ha atravesado a la vida de esta población, también se han presentado históricamente desplazamientos forzados, e incluso una constante estigmatización por parte de la fuerza pública.
Esta serie de hechos, además de las afectaciones físicas, también trajeron consecuencias sobre la autonomía y formas de autogobierno del pueblo Korebaju, así como sobre la relación de la comunidad con el territorio. “La masacre del 25 de julio de 1997 es solo una referencia de todos los actos criminales que hemos sufrido. (…) El respeto por la memoria de lo sucedido, y la comprensión de las afectaciones causadas a las familias, al territorio y al pueblo Korebaju, debe estar en el centro del perdón de la violencia sufrida, expresada por nuestra propia narrativa”, afirmó Klan Pacho Baju, integrante del pueblo Korebaju que también participó del encuentro.
“Exigimos al Estado y a todos los actores armados involucrados que reconozcan la gravedad de los hechos victimizantes. (…) Hoy más que nunca alzamos el grito contra el olvido con la visibilidad de las afectaciones a nuestro pueblo. Por eso decimos: cuenten con nosotros para la paz, nunca para la guerra. (…) Le pedimos a los grupos armados que nos digan la verdad sobre cientos de jóvenes del territorio que han desaparecido. Reclamamos a las exFARC que reconozcan que su plan de muerte contra la vida de nuestro pueblo, nos llevó a un profundo dolor por la desestructuración y desestabilización de la vida de los Korebaju”, agregó Klan Pacho Baju.
Por su parte, las personas firmantes de paz asistentes (exintegrantes de las FARC-EP), reconocieron su responsabilidad en los hechos. “Entendemos que este proceder no solo afectó a las familias directas de las víctimas, sino que afectó al pueblo Korebaju. (…) Vemos el profundo dolor que se les causó, el estigma que han sufrido, así como los daños a sus tradiciones”, dijo José Benito Cabrera en el marco del encuentro.
Aquí puedes ver el encuentro completo:
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