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Estas son las apuestas vicepresidenciales

Por: Camilo Díaz Suárez y Daniela Garzón, investigadores nacionales línea de Democracia y Gobernabilidad


Al quedar definidas las fórmulas vicepresidenciales de los candidatos que aspiran llegar a la presidencia de Colombia, se vieron los primeros movimientos para lograr movilizar votantes adicionales. La vicepresidencia es un elemento clave para poder afianzar o negociar alianzas y, también, una apuesta para conseguir electores.

Los movimientos de ciertos candidatos fueron orientados a darle un uso práctico a esta figura, mientras que otros escogieron perfiles con buena trayectoria, pero sin poca o una nula fuerza electoral.


Básicamente, con las fórmulas vicepresidenciales se enfrentan dos formas de votación. El primero es el voto de opinión, que es un voto informado, libre y consciente y la versión cívica del voto. Este se contrapone a la segunda forma, que se enmarca en prácticas políticas tradicionales que tienen una forma clientelar y proselitista características de las maquinarias.


Cabe mencionar que, de acuerdo con el profesor de la Universidad de Pittsburgh, Michael Johnston, la maquinaria política es una forma de organización partidista con un poder centralizado y en la que prima un incentivo material sobre el ideológico. Estas se enfocan en la autopreservación y la acumulación de poder para mantener el control sobre la autoridad pública a través de la eficacia electoral. De esta forma, como sostiene el politólogo James Scott, sus objetivos son la consecución y garantía de cargos para sus líderes y la distribución de ingresos para quienes trabajan por ella. Entonces son redes clientelistas que utilizan políticos para conseguir votos y lograr mantenerse en cargos de elección popular que les permita seguir teniendo control y poder.


A efectos prácticos, en Colombia el voto de opinión se mueve principalmente en las ciudades, pero el voto que mueven las maquinarias políticas es predominante. Pese a ello, los candidatos que puntúan en las encuestas, Gustavo Petro, Federico Gutiérrez, Sergio Fajardo y Rodolfo Hernández buscaron una fórmula que le llegue al voto de opinión.


Pacto Histórico: Francia Elena Márquez, fórmula de Gusto Petro Urrego


Es una abogada de la Universidad Santiago de Cali que se ha destacado por su liderazgo social y ambiental. Hace parte de la Organización Proceso de Comunidades Negras y de la Asociación de Consejos Comunitarios del norte del Cauca, desde las cuales ha impulsado acciones en defensa de los Derechos Humanos y en contra de la Minería Ilegal.


En 2014, junto a la Asociación de Mujeres Afrodescendientes de Yolombó, de la cual fue presidenta, realizó la llamada “marcha de los turbantes”, en la que marchó desde el Cauca a Bogotá, exigiendo el retiro de los títulos mineros otorgados sin el consentimiento de las comunidades afro. Eso llevó a que le fuera otorgado el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos.


A partir de entonces fue afianzando su liderazgo social y ambiental que llevó a que fuera merecedora del Premio Goldman Environmental Prize, conocido como el nobel del medio ambiente. Sumado a ello, en 2019 ingresó al Top 100 de las mujeres más influyentes del mundo realizado por la BBC.


En el 2018, Francia Márquez tuvo su primera aspiración a un cargo de elección popular, cuando se lanzó a la Cámara de Representantes por la circunscripción de afrodescendientes y alcanzó 7.897 votos. En 2022 ha seguido creciendo su figura, al hacer parte de la consulta interpartidista de la coalición Pacto Histórico. En esta obtuvo la segunda votación más grande y la tercera de entre todas las consultas realizadas, al lograr 785.215 votos.


De entre las fórmulas vicepresidenciales nombradas, Francia Márquez es de las que llega con un respaldo electoral fuerte y que ha construido movilizando el voto de opinión, sobre todo de mujeres, jóvenes y en territorios rurales.


Equipo por Colombia: Rodrigo Lara Sánchez, fórmula de Federico Gutiérrez


Siendo el de mayor incertidumbre y el último de los candidatos presidenciales en anunciar su fórmula vicepresidencial, Federico Gutiérrez se decantó por Rodrigo Lara Sánchez, pese a que se esperaba que su vicepresidente fuera cuota de Dilian Francisca Toro, Alejandro Char o que fuera el mismo Enrique Peñalosa, integrantes de la coalición Equipo por Colombia.


Lara Sánchez, hijo del exministro asesinado Rodrigo Lara Bonilla, es médico de la Universidad del Cauca. En el 2010 aspiró al Senado de la República por el movimiento Compromiso Ciudadano, de Sergio Fajardo. No tuvo mucho éxito, luego de lograr 5.941 votos. Tras quemarse en su aspiración, Lara Sánchez fue coordinador de la campaña presidencial de Antanas Mockus en el Huila.


En 2011 se lanzó a la alcaldía de Neiva, consiguiendo 29.682 votos avalado por el Partido Verde. Aunque perdió esa elección, le dio el impulso para aspirar de nuevo en 2015, al mismo cargo, en el cual quedó elegido al conseguir 74.184 votos, también siendo avalado por la Alianza Verde.


Con la elección de Lara Sánchez como fórmula vicepresidencial, Federico Gutiérrez le apuesta a intentar conseguir votos del centro político, toda vez que en el espectro ideológico ha existido un creciente número de personas que se identifica de centro. Incluso, se habla que el 70% de los votantes se considera de centro.


Esta movida buscaría convencer a votantes de los partidos de centro como Alianza Verde y Nuevo Liberalismo. Sin embargo, pese a que le antecede haber sido elegido alcalde, Rodrigo Lara Sánchez no es una figura tan reconocida en el centro político. Además, se enfrenta Francia Márquez, que sacó en la consulta del Pacto Histórico más de 700 mil votos.


Coalición Centro Esperanza: Luis Gilberto Murillo, fórmula de Sergio Fajardo


Murillo es ingeniero de minas, con maestría en la misma área de la Universidad Estatal de Moscú, fue gobernador del Chocó y ministro de Ambiente durante el gobierno de Juan Manuel Santos. Sergio Fajardo lo anunció como fórmula vicepresidencial después de su fallido intento de vincularse a la coalición Centro Esperanza como candidato.


Murillo fue director de la Corporación para el Desarrollo del Chocó (Codechocó) durante el gobierno de César Gaviria; trabajó con Mockus durante su alcaldía en Bogotá, siendo el director del Departamento Administrativo de Medio Ambiente. También trabajó con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).


Ha sido gobernador del Chocó en dos ocasiones, 1997 y 2011, y fue destituido en ambas. En 1997 Murillo fue condenado por peculado por aplicación diferente, que significa que destinó el dinero de un proyecto a otro que no estaba definido en el presupuesto. La condena de seis meses se produjo, según La Silla Vacía, porque siendo director de Codechocó invirtió un dinero en arreglar el techo de una escuela de su pueblo de nacimiento, Andagoya, pero los recursos eran para saneamiento.


Aunque Murillo apeló la decisión en 2007, el Juzgado de Ejecución de Penas de Quibdó concluyó que el delito por el que había sido condenado no había desaparecido, solo se reemplazó en el Código Penal, lo que significaría que seguía inhabilitado. Sin embargo, para las elecciones de 2011 el Consejo Nacional Electoral dijo que Murillo estaba habilitado y por ello fue elegido con más de 50.000 votos como gobernador del Chocó para el periodo 2012-2015.


Pero la sombra de la condena hizo que se presentaran múltiples demandas a su elección que acabaron con la destitución en firme de la gobernación en diciembre de 2013. Después de ello, Santos lo nombró ministro de Ambiente, y estuvo en esa cartera desde 2016 hasta 2018, cuando su partido, Cambio Radical, decidió separarse de la coalición oficialista por no apoyar el trámite de la Jurisdicción Especial de Paz en el Congreso.


Por otra parte, Murillo contribuyó a la creación del movimiento Colombia Renaciente, que se define como un partido de base afrodescendiente, que surgió del Consejo Comunitario La Playa Renaciente, y que logró elegir a John Arley Murillo en 2018 como representante a la Cámara.


La entrada de Murillo a la campaña de Fajardo pretende mostrar inclusión de un sector marginalizado como el afro, más cuando su contendiente directo, Gustavo Petro, cuenta con el liderazgo político del momento, el de Francia Márquez. Sin embargo, no es claro qué tanto suma Murillo que intentó lanzarse como candidato independiente y registró muy poco en las encuestas, y que hace mucho no se mide en una contienda electoral.


Marelen Castillo Torres, fórmula de Rodolfo Hernández


Es licenciada en Biología y Química de la Universidad de Santiago de Cali e Ingeniera Industrial de la Universidad Autónoma de Occidente. Además, cuenta con una maestría en Administración del Tecnológico de Monterrey y un doctorado en Educación con énfasis en Liderazgo Organizacional de la Nova Southeastern University.


Castillo Torres se ha destacado principalmente en el sector educativo, siendo decana y vicerrectora académica en la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium, docente de la Nova Southeastern University y vicerrectora general académica, directora de iniciativas estratégica y directora de la Uniminuto Virtual de la Corporación Universitaria Minuto de Dios.


El nombramiento de Marelen Castillo como fórmula vicepresidencial de Rodolfo Hernández se dio luego de la renuncia de la periodista Paola Ochoa, quien fue la primera opcionada. Sin embargo, al igual que Castillo, no contaba con ninguna experiencia política previa. La apuesta de Rodolfo Hernández es que su vicepresidente tenga un perfil ajeno a la política, para seguir reforzando su discurso de outsider.

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