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ELN: La capacidad de generar zozobra

Por: Walter Aldana

Político social alternativo

Primero fue un comunicado en la semana del 14 al 20 de febrero, que sí, que no. Luego dijeron, finalmente, que prepararon el camino para el decretado paro real por parte del Ejército de Liberación Nacional, a la semana siguiente, entre el miércoles 23 y sábado 26 hasta las 6 a.m. Y para cerrar con "broche de oro", rodó por las redes sociales un supuesto alargue hasta el día lunes 28 de febrero. Esto obligo a que, según una emisión de Blu Radio del 26 de febrero, la guerrilla lo desmintiera a través de un comunicado. Dos semanas de zozobra en unos sitios, media parálisis de la vida normal en otros y cierre total o parcial del comercio local en unos pocos. Las empresas de transporte intermunicipal se negaron a enviar sus vehículos a zonas de presencia insurgente y volvimos a ver en videos a hombres armados, uniformados y con decisión de hacer cumplir la orden de paro. Y claro, nuevamente en el suroccidente: Nariño, Cauca, Valle, Choco; igualmente en Catatumbo y en algunos lugares de la costa atlántica se experimentaron sus ataques. Actuaron en unos sitios con mayor contundencia que otros, incluso en territorios donde es desconocido su accionar, lo que produjo especulaciones en internet, en el sentido de que no fuese la mismísima organización guerrillera, la que “hacía el paro". Memes y caricaturas expresaban que el resultado final del decretado paro "favorecía' a los candidatos del continuismo o al del cambio: Gustavo Petro. Intentar explicar lo sucedido es importante porque nos demuestra qué tan efectiva ha sido la política del gobierno de Duque sobre hacer trizas los acuerdos logrados con la antigua Farc-ep. Esto se evidencia no solo el asesinato de más de 300 reincorporados, la pírrica aplicación del punto uno, sobre reforma rural integral, si no la clara realidad de no tener el control territorial de la fuerza pública constitucionalmente establecida. A hoy, dice Luis Eduardo Celis, analista político de la Fundación Pares, que el ELN tendría unos 2.200 hombres, armas y una red de milicianos de unas seis mil personas, así como su presencia aumento en este periodo pos negociación con las Farc-ep a 189 municipios del territorio nacional. Y en ese nuevo escenario sin las Farc de Timochenco en armas, la guerra por el control territorial se expresa fuertemente en nuestro Cauca. Se conoce de más de ocho grupos nucleados en la coordinación de occidente, adscrita a la organización de Gentil Duarte, la Nueva Marquetalia y esta "remozada" subversión Elena. Ahora, y a partir de la experiencia vivida en estas dos semanas, como parte de la cotidianidad Caucana, esta insurgencia deberá afinar sus canales de comunicación para con la población, de tal manera que su voz y sus escritos no sean suplantados. Es importante que un gobierno serio allane el camino hacia una negociación política y social, para que las diferencias las tramitemos por la vía del diálogo cierto, real y sincero, de tal manera que el puñado de compatriotas alzados hoy en armas puedan regresar a sus casas, sus territorios y en los cauces de esta democracia imperfecta y por esta vía tramitar sus propuestas. Con esta capacidad de actuación militar, el ELN no se tomará el poder, seguirá en sus debates internos de hasta dónde ir en la negociación. Claro que generará zozobra donde tienen arraigo militar, continuarán ejerciendo el mando en esos sitios (mientras el Estado no llegue con oportunidades para la población) determinando administrativamente el actuar cotidiano en esos municipios. Definitivamente, este es un país de regiones y de la misma manera se ejerce el poder político, económico y social.


 

*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido su autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.

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