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El terrible miedo a ser olvidados

Por: Miguel Ángel Rubio Ospina

Línea, Jóvenes en riesgo y participación juvenil


El Paro Nacional que se vivió en el 2021 dejó historias, luchas ganadas, otras perdidas. Dejó también jóvenes organizados, quienes se encontraron en los reclamos, en la indignación, pero también en la esperanza. Sin embargo, en medio de todo esto también hubo vidas que se perdieron, vidas de jóvenes que salieron a las calles a exigir la garantía de sus derechos, y que en medio de esto sus sueños y proyectos quedaron desmoronados. Una de esas vidas fue la de Lucas Villa, un joven pereirano, estudiante de Ciencias del Deporte y la Recreación de la Universidad Tecnológica de Pereira, quien marchaba por el conocido Viaducto César Gaviria Trujillo, donde fue impactado por varios disparos que lo dejaron con muerte cerebral. Posteriormente, el 11 de mayo de 2021, fue comunicado su fallecimiento.


Lucas Villa marcó las movilizaciones y también ha motivado otras formas de lucha, las cuales han sido lideradas por otros jóvenes como él, entre quienes está Sidssy Uribe, hermana de Lucas Villa, quien ha ido recorriendo caminos para cambiar estas realidades que viven los jóvenes, y también seguir resaltando la memoria de su hermano. Desde Pares, y la línea Jóvenes en riesgo y participación juvenil, hablamos con ella, de su trabajo político y social.


Miguel Rubio: ¿Quién es Sidssy Uribe?


Sidssy Uribe: Tengo 31 años, soy mamá de dos chicos de 11 y 13. Soy pintora autodidacta y eso me ha generado en los últimos años la forma de obtener ingresos para sostener a mi familia junto con mi pareja. Bueno, también me he instruido en las artes marciales Kung fu, Shaolin tradicional, lo que comenzó con uno como un gusto particular y se ha convertido en una profesión también independiente, que ha permitido que también a través de ella hagamos apoyos sociales con los niños y las comunidades en las cuales hemos habitado, y, por otro lado, también sostenernos un poco económicamente. Por otra parte, vi tres semestres de licenciatura en Artes Visuales, también vi tres semestres de arquitectura.


M.R: ¿Cómo tomas la decisión de participar en política?


S.U: Mira que yo he notado que es una situación muy común cuando el estado asesina un par tuyo, un familiar, alguien por el cual tienes mucho afecto. Inicialmente yo era una persona normal, un ciudadano anónimo y después de que asesinan a Lucas, luego de que quisieron acallar su voz, recibimos amenazas en vista de querer defender su vida. Tras eso, me pareció, frente a los principios de las artes marciales que fui desarrollando, del honor, la dignidad y la gloria, que era infame permitir que la voz de mi hermano fuera acallada de manera violenta. Así que decidí, a raíz de eso, pero también de la acogida de toda Colombia, que nos abrazó, sin siquiera conocernos, ser retributiva con esa misma gente, para que de alguna manera la esperanza que estaban construyendo no se perdiera.


Por eso tomé la decisión de no dejar morir ese sentimiento que nació en los corazones de la gente, retomarlo, y mantener esa llama viva, ¿eso acompañado de qué?, del terrible miedo a ser olvidados. Y a partir de eso empiezo el activismo de manera empírica, soy una mujer que nunca se ha movido en la política, pues soy artista y los artistas tendemos a ser muy ensimismados, metidos en nosotros para crear; y fue meterme en un campo completamente adverso para mi personalidad. Eso me puso a romper todas las barreras de la zona de confort en las que yo me muevo, o me movía, no soy una mujer letrada, y eso siempre genera un poco de presión frente a los medios, porque de todas maneras la gente está exigiendo en ti capacidades políticas, y todo lo que he aprendido ha sido en estos 9 meses. Una persona, un gran historiador me decía, que en Colombia las marchas han enseñado más política que cuatro años de carrera y eso evidentemente yo lo vivencié. Antes de todo esto yo no sabía que era una lista cerrada, o una lista abierta, cómo se movía la política, lo único que me interesaba era saber por quién iba a votar y que fuera coherente.


M.R: ¿Por qué aspirar por el Pacto Histórico?


S.U: Porque siento que las ideas del partido no solamente vienen de algo que nació el año pasado, sino que vienen de un proceso de un candidato, que yo siento, que me parece que ha sido legítimo. Lo digo porque Gustavo Petro, en la alcaldía de Bogotá, fue un administrador que hizo unas transformaciones muy importantes en la capital, que tú hablas con la gente en Bogotá y la gente habla bien de su administración y a partir de eso, de sus ideas, de su claridad. Entonces yo me metí en el Pacto Histórico y le aposté a esto, porque de todas las propuestas que hay es la más clara, de cómo va a lograr transformar el país. Las otras posturas, de las otras coaliciones, es mantener la política de antaño y lo que estamos buscando es que eso no se perpetúe, buscamos que sea una democracia real; mantener a las mismas castas familiares gobernándonos, quiéralo o no, genera vicios que con el tiempo se convierten en monarquías extrañas.


M.R: ¿Cuál es la razón por la que decidiste declinar tu candidatura a la cámara de representantes?


S.U: Las capacidades que yo tengo frente a la política son muy párvulas, y mucha gente eso fue lo que dijo. Sin embargo, lo que nos enseñó el estallido social, es que todas las personas estaban capacitadas. En Risaralda yo estaba esperando que, después del estallido social, saliera un líder de base social, como, por ejemplo, Francia Márquez, pero no encontré a quién apoyar, entonces como activista yo quería hacer eso.


Me lancé porque yo estoy con la idea de que la democracia debe ser participativa. Me preguntaba ¿por qué no puede también estar ser el señor de la tienda, el panadero, o la señora que vende empanadas en la esquina?, quienes saben sus precariedades y las de sus vecinos. Sin embargo, me retiré tú porque cuando entras a un proceso político de izquierda, uno espera encontrar esas posturas que te venden desde el exterior, que son movimiento que están es en pro del pueblo, de la gente de base, pero te encuentras que tristemente hay personas en el movimiento viciados por prácticas de derecha.


Llegué como un agente extraño y fui rechazada. No obstante, yo entendía el proceso y empecé a acercarme a todos los movimientos, manifestando mis ganas de aspirar recogiendo las banderas del paro nacional. Así logré ser acogida en la asamblea, en vista de esto, los otros precandidatos no se sintieron muy cómodos, porque llevaban un proceso y una historia. Eso me llevó a bajarme de la aspiración a la Cámara, pues la lista fue viciada; los otros precandidatos se sintieron con minorías frente a mí en las asambleas, entonces lo que decidieron fue enviar una carta a las directivas en Bogotá, en la que metieron en tercera posición, como si fuera legitimo y decidido por la asamblea. Siendo que la asamblea había decidido que la encabezara yo, por el momento histórico en que nos encontrábamos. Cuando llegó la respuesta desde Bogotá, la lista estaba conformada efectivamente como ellos la habían planeado, en contravía con las decisiones tomadas. Me pareció entonces que no era digno, ni legítimo, y no estaba dispuesta a apoyar candidatos que buscaron esa posición en la lista a través de patrañas y engaños. Si solamente con ese ejercicio están haciendo eso, qué podemos esperar si llegan a tener escaño en la Cámara. Me retiré, pues me pareció lo más correcto.


MR: ¿Cuál o cuáles deberían ser las principales propuestas de un candidato presidencial para los jóvenes del país?


SU: Debe ser la educación, y no solamente garantizar cupos gratuitos, también se debe pensar en otras situaciones de manera estructura. Por ejemplo, pensar si hay niños que no pueden comer en casa, o que su mamá no tiene qué comer. Así, se debe pensar en una educación que tenga en cuenta todas las circunstancias que viven jóvenes y niños; una educación que garantice el alimento el acceso a la información, la conectividad de internet, las garantías de salud, etc. Ese, para mí, ara debe ser el eje central. Lo anterior va enlazado con las oportunidades de trabajo, de capacitación de un sustento familiar.


Siguiendo lo anterior, yo puedo decir que soy una mujer a la que le gustaría estudiar, pero tengo dos hijos, tengo que trabajar, ahora estoy en el activismo, ¿Cómo voy a estudiar si no tengo oportunidades? Así que en lo principal que debo pensar y resolver es cómo comida para mis hijos, el pago del arriendo cada mes, y lo peor es que el sistema no me proporciona un trabajo digno. Esto es lo que yo pienso que es necesario. Un pueblo educado no es violento y no tiene hambre.


MR: Muchos sectores políticos, incluso de la misma izquierda, te endilgan que tu aspiración es oportunista, porque estabas tomando como bandera la muerte de Lucas Villa, ¿Qué le respondes a esto?


SU: Por ejemplo, al exalcalde Gallo, que ahora aspira al Senado, cuando mi hermano todavía estaba en el hospital, él sacó publicidad política con el rostro de Lucas. Cuando estuvimos en la marcha del sepelio de Lucas, querían que la marcha llegará hasta la Gobernación para que Víctor Manuel Tamayo diera unas palabras; querían politizar la figura de mi hermano, porque sabían lo capitalizada que estaba después del atentado. ¿Qué les digo? No soy oportunista, es mi hermano, y ellos querían usar su imagen y yo no se los permití.


MR: ¿Una líder o un líder que te inspire?


SU: Martin Luther King. Yo admiro mucho las luchas de los afrodescendientes, no porque estén de moda, sino porque cuando veo la historia, veo que los pioneros de la libertad de América empieza por los haitianos, y sabemos que ahora Haití es un país que está en la ruina, por las sanciones que tiene, y no los dejan progresar porque son negros, porque se liberaron de los blancos, y esa lucha es completamente digna, a través de ser pacíficos, de ser dignos, de vencer al enemigo a través de avergonzarlo, de no igualarse a ellos. Yo admiro mucho a los líderes que buscan las transformaciones a través de las movilizaciones pacíficas.

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