El general Arias Cabrales, responsable de las desapariciones del Palacio de Justicia, cumplirá su condena en apartamento
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Por: Redacción Pares

El 6 de noviembre de 1985, un comando de guerrilleros del M-19 entró al Palacio de Justicia en un acto que muchos estrategas calificaron como suicida. Según informes de inteligencia que se han hecho a lo largo de estos cuarenta años, la fuerza pública sabía de este ataque y, por eso, no encontraron ningún problema al entrar. Necesitaban darle un golpe certero a esa organización guerrillera, y los militares usaron un lugar como el Palacio de Justicia para tenerlos controlados y después acabarlos. De nada sirvió que usaran como rehenes a los 11 magistrados de la Corte que ese día fueron a trabajar. Cuando estaban en el baño del Palacio, arrumados por el humo y los balazos, no fueron escuchadas sus súplicas. El ejército simplemente arrasó. Lo que deja la piel de gallina y abre interrogantes es la determinación con la que se atacó a la honorable Corte. Uno de sus magistrados, Carlos Urán, alcanzó a salir con vida del Palacio, su familia, en una lucha heroica, demostró, gracias a las tomas hechas por un camarógrafo de la televisión, que Urán fue sacado con vida del palacio y de un momento a otro lo desaparecieron, y su cadáver fue hallado en el Instituto de Medicina Legal.
El máximo responsable de la sangrienta retoma fue el general Arias Cabrales, condenado a pasar 35 años de cárcel por su responsabilidad en la desaparición de personas durante la retoma. Él fue noticia esta semana ya que el Inpec determinó que no pagará esa condena en una cárcel normal, tampoco será recluido en un centro de detención militar, sino que lo hará en un apartamento ubicado en un complejo militar. Una decisión en la que se tuvo en cuenta la avanzada edad de Arias Cabrales, ochenta y nueve años, pero que despertó una lluvia de críticas por parte de organizaciones defensoras de derechos humanos y familiares de víctimas.
El sitio exacto donde cumplirá su condena es un apartamento ubicado en las casas fiscales del batallón de artillería número 13 General Fernando Landazábal Reyes, que se encuentra en el norte de Bogotá.
A pesar de las evidencias, Arias Cabrales siempre se ha declarado inocente y ha afirmado que su caso se tomó como si fuera el chivo expiatorio, para que gente con más poder saliera indemne de esa responsabilidad. Este privilegio lo autoriza para usar pabellones propios de manera individual, algo que no suele pasar en ninguno de otros casos. Se espera una réplica por parte de las familias víctimas del holocausto del Palacio de Justicia.