Por: Walter Aldana
Político Social Alternativo
Dice la máxima que ante un hecho, una acción; ante una pregunta, una respuesta; en fin, que todo estímulo genera una reacción. Esto a propósito de lo que viene sucediendo en las últimas semanas en nuestro departamento del Cauca, en relación al orden público.
Si la muerte camina libre por los campos y cabeceras municipales, dejando su marca de terror en la vereda de Morales, corregimiento de Melchor, municipio de Bolívar; si aumentan los asesinatos en Miranda, Caldono; si ponen un carro bomba frente a las instalaciones de la alcaldía de Argelia; así como el pasado viernes pusieron una moto bomba a la entrada de Caloto, norte del Cauca, en el puente frente a la cárcel; habrá una natural reacción de los y las defensoras de derechos humanos y las organizaciones sociales, tal reacción es la exigencia a las autoridades civiles y militares para que garanticen los derechos de protección a la vida y al territorio.
Circulan mensajes escritos y de voz por las redes sociales, atribuidos a las "Águilas Negras" y otros grupos, amenazando con nombre y apellido a lideresas y líderes en el Cauca, voceros de los procesos afros, indígenas, y del campesinado, de igual manera a los participantes del Pacto Histórico. La pregunta es: ¿por qué en el Cauca se presentan estos hechos?
La respuesta es sencilla: el Cauca ha sido históricamente, y con más fuerza en la actualidad, petrista, de la Cauca humana, del Pacto Histórico y del Frente Amplio. Constituyéndose esta en la primera fuerza política regional, ganando el 50% de la territorial en Cámara de Representantes, el pasado 13 de marzo. En dicha fecha, la consulta presidencial del Pacto Histórico fue votada por 270 mil personas de 330 mil que sufragaron por todos los candidatos, las cifras, reiteran el aporte Caucano al monumental resultado.
Pretenden provocar a las fuerzas progresistas, pedir, por ejemplo, el traslado de las mesas de la cordillera del Patía a la zona plana del municipio. Esto es buscar acallar la libre expresión campesina y debilitar la democracia. Las fuerzas del cambio en primera no se dejarán meter en la lógica de la violencia. Para el 29 de mayo no hay paro que valga, la movilización social será hacia llenar las urnas con la voluntad popular de hacer de Colombia una potencia de la vida.
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