Por: Redacción Pares
Foto tomada de: La X - Víctor Ballestas
El 13 de mayo del 2019 el entonces presidente Iván Duque se reunió con Mark A Green, quien en ese momento era director general de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, para oficializar la enmienda al Acuerdo Bilateral entre los dos gobiernos en donde adicionaban 160 millones de dólares para implementar actividades de desarrollo económico para Colombia. Durante los cuatro años en los que fue presidente Duque condecoró en dos ocasiones a Green mientras estaba al frente en ese momento de la USAID. Green, poco tiempo después, el 15 de noviembre del 2021, pasó a dirigir el Centro de Pensamiento Woodrow Wilson. Sus visitas a Colombia a visitar a su amigo Duque eran constantes. Incluso la última la hizo en julio del 2022, a semanas de que el político del Centro Democrático dejara de ser presidente de la República.
Pocas horas después de que Iván Duque le cediera la banda presidencial a Gustavo Petro, el 9 de agosto del 2022, Iván Duque anunciaba con bombos y platillos su nuevo trabajo: haría parte del Woodrow Wilson Center, uno de los tanques de pensamiento más importantes de los Estados Unidos. Esta distinción se la había ganado según el Wilson Center, por su liderazgo en frentes como la defensa a la democracia, protección a la biodiversidad, lucha contra el cambio climático y apoyo migrantes a migrantes venezolanos.
Año y medio después los consentimientos del Wilson con Duque avanzaron. El pasado 28 de febrero el Woodrow Wilson anunció la creación del Iván Duque Center for Prosperity and Freedom', esta iniciativa refleja el compromiso de fortalecer la relevancia estratégica del hemisferio occidental para impulsar el desarrollo económico y defender los valores democráticos a nivel mundial".
Mientras medios cercanos al Centro Democrática como la Revista Alternativa celebraban lo consideran un logro, otros cuestionaban las dádivas que Duque y Green se habían dado en torno a su amistad. Los números son fríos y no dan para pensar que Iván Duque sea un adalid de la defensa a la democracia, la protección a la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático y el apoyo a migrantes venezolanos.
Fueron precisamente los excesos de su gobierno, la brutalidad policial, una de las razones por las que la gente votó contra Uribe y decidió apoyar en las urnas a Gustavo Petro. Los escándalos se sucedieron una tras otro además de la protesta social. La gente salió a la calle como nunca antes en la historia a demostrar el hastío que le producía ese gobierno.
El 11 de noviembre del 2019 ocurrió La marcha de las linternas, una movilización contra el entonces Fiscal General Néstor Humberto Martínez y su renuencia a no investigar a los poderosos detrás de los sobornos de la multinacional brasilera Odebrecht.
La sospechosa muerte de Jorge Enrique Pizano, auditor de Corficolombiana, empresa propiedad de Sarmiento Angulo y de la que Martínez era abogado, alborotó aún más los ánimos. Los bombardeos del ejército contra la población civil en San Vicente del Caguán bajo la anuencia del ministro de defensa Guillermo Botero, sumado a la corrupción campeante del gobierno Duque, sintetizada en el caso de los 70 mil millones que se perdieron desde el Ministerio de las TIC y que estaban destinados a la conectividad rural, fueron el detonante del paro del 21 de febrero del 2019, un paro que duró hasta marzo del 2020 y que fue apagado sólo por la pandemia. Ese 21 de noviembre del 2019 un policía del ESMAD disparó y provocó la muerte del joven Dylan Cruz.
Sólo la pandemia guardó a la gente a la calle. Pero en abril del 2021 volverían a salir las masas escandalizadas por la propuesta de Reforma Tributaria que el entonces ministro de hacienda Alberto Carrasquilla le pasó al Congreso y que condenaba a la clase media a pagar unos impuestos leoninos.
Un trino del director de la Fundación Paz y Reconciliación, León Valencia, podría resumir la indignación que produce esta distinción a Duque desde Estados Unidos: “Estoy francamente desconcertado con la decisión de Woodrow Wilson Center -un tanque de pensamiento respetable- de crear el Centro Iván Duque para la Libertad. Quizás ignoran que su gobierno en la protesta social de 2021 produjo 89 asesinatos y 1.100 heridos, la mayoría jóvenes”.
Las cifras desde el 28 de abril y el 5 de mayo del 2021 son aterradoras, se reportaron 1.181 casos de violencia policial, 92 víctimas de abuso de fuerza, cuatro víctimas de agresión sexual, 672 detenciones arbitrarias, 12 víctimas de agresiones a los ojos.
La distinción a Duque como un adalid de los Derechos Humanos no se puede interpretar de otra manera que el favor de un amigo a otro en su afán por limpiarle la cara, las manos llenas de sangre. La única explicación es la amistad con Mark Green. Esto es una afrenta a las víctimas que murieron, fueron torturados, violados y heridos durante la represión policial que ordenó el gobierno Duque en los meses que duró el Estallido Social.
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