Por: Sergio Saavedra. Periodista Pares.
“Hoy estamos haciendo el desplazamiento desde la comunidad de El Consuelo Parte Baja, del resguardo Doce Quebrada por la cuestión paramilitar. Nos atacaron a la 1 de la tarde con armas de fuego. Por lo cual, en este momento, nosotros ya estamos saliendo por otra vía hacia el municipio de Carmen de Atrato.”
Fueron algunas de las palabras del gobernador de El Consuelo Parte Baja, mientras huían de su territorio.
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Una incursión armada en la comunidad indígena de El Consuelo Parte Baja, del resguardo Doce Quebrada Borbollón, zona rural del municipio de El Carmen de Atrato (Chocó); generó el desplazamiento forzado de 46 indígenas. La comunidad, agrupada en 16 familias, tuvo que huir hasta la cabecera municipal de Carmen de Atrato, este lunes 8 de enero. Llama la atención que la Defensoría del Pueblo dio a conocer que una comisión humanitaria se dirigió, este 9 de marzo, hasta el lugar de los hechos, pero, para “realizar la mediación para la entrega de los 9 soldados retenidos en este resguardo indígena.”
De acuerdo con Juan Manuel Torres Erazo, coordinador de la Oficina Pares Pacífico, recuerda que el departamento chocoano viene siendo un escenario de desplazamientos, de confinamientos. El investigador de pares señala como los actores victimizantes al Clan del Golfo y el ELN. “En la parte Norte del departamento —zona de la que hace parte El Carmen de Atrato— han sido muy fuertes los enfrentamientos. El dominio lo tienen principalmente el Clan del Golfo. En la parte Sur el control territorial lo tiene el ELN.”
Con este desplazamiento Chocó completa tres (3) en el año. Además de éste en El Carmen de Atrato, se habían registrado en Alto Baudó y Bagadó.
Además de las familias que tuvieron que huir de sus territorios, las comunidades alertaron sobre dos indígenas que resultaron heridos. De hecho, una de las personas que resultaron heridas fue Alfonso Queragama, gobernador de El Consuelo Parte Baja, quien señaló que otro joven resultó afectado pero que sus heridas eran leves.
Adicionalmente, el gobernador de Alfonso Queragama se refirió que a la retención de nueve (9) soldados y precisó que los militares estaban persiguiendo a las familias desplazadas. El gobernador a través de los micrófonos de RCN Radio señaló que “Para nosotros no es fuerza pública quienes persiguen a la población desplazada, ahí no se presentó enfrentamiento en el resguardo ni en la comunidad, solamente hubo un tiroteo entre el grupo desconocido con la Guardia, la verdad es que no se tuvo combates (…) “las comunidades indígenas no creemos que ellos sean de la fuerza pública, porque si lo fuera no harían daños ni desplazamiento a las comunidades, ellos cuidan” (…) “ellos amanecieron en la casa sin estar amarrados. Con el apoyo de la Personería se les brindó comida y colchonetas a los soldados y nos dijeron que había amanecido bien”.
Comunidades étnicas bajo la mira armada en Chocó
Para el investigador, sumados a estos dos actores armados y sus incursiones; está la presencia del Ejército y la Armada Nacional. “Han sido constantes y se han intensificado los enfrentamientos, en las últimas semanas, causando desplazamientos de comunidades étnicas; afrodescendientes como indígenas”, precisa el investigador de Pares.
Para Juan Manuel es importante resaltar aspectos geográficos a la hora de aproximarse a las conflictividades del departamento chocoano. Chocó cubre todo el litoral Pacífico y conecta con el Atlántico por el Golfo Urabá o el Urabá chocoano. Son comunidades, especialmente, afrodescendientes. También hay muchos enclaves de comunidades indígenas. En estos Consejos Comunitarios y en estos Resguardos la guerra los ha golpeado de manera muy fuerte en los últimos años. Particularmente, desde hace dos años se ha agravado la situación en el Norte del Chocó, Medio Atrato, Bojayá, Alto Baudó y Lirtoral de San Juan. Sus comunidades se han visto confinadas, que han sido víctimas de desplazamiento, que han tenido que soportar la presencia de actores armados y el reclutamiento para la guerra.
Para el investigador, “el Chocó ha sido relegado del desarrollo nacional y ha sido aprovechado este espacio, que ha dejado el Estado colombiano, para ser cooptado por la presencia de actores armados que se disputan al Chocó.” En este sentido, la riqueza natural y de los minerales, las economías ilegales son objeto de disputa para los grupos armados. Además, “aunque, la coca no es un problema principal el Chocó; sí es una ruta de trata de personas que quieren atravesar el Tapón del Darién o por los mares ir a Centro América con rumbo a los Estados Unidos. También, es usado por los grupos armados y narcotraficantes para sacar droga por la región. La minería ha tenido severos impactos medioambientales y sociales en el departamento. Como lo ha venido siendo la extracción de madera”, añade el investigador de Pares. Este caldo de cultivo pone en máximo riesgo a las comunidades étnicas que históricamente han estado presentes y han resistido en el departamento, según explica Juan Manuel.
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