Por: Fredy Chaverra
Foto tomada de: la Presidencia de la Republica
Las coyunturas críticas se pueden convertir en un factor excepcional para la exploración de renovadas posibilidades. Y como una coyuntura crítica se podría calificar el paro minero que, entre marzo y abril de 2023, sacudió los cimientos del Bajo Cauca en la movilización social más fuerte que ha vivido la subregión en la última década. Tras el paro y como una exploración concertada de nuevas posibilidades, se creó un espacio de diálogo interinstitucional que derivó en un conjunto de acuerdos entre el Gobierno Nacional y las comunidades mineras, siendo el más importante el que priorizó al Bajo Cauca en la estrategia de Distritos Mineros Especiales para la Diversificación Productiva.
Estos distritos se enmarcan en una apuesta integradora para la organización y planificación territorial que, según el Plan Nacional de Desarrollo, busca establecer:
“instrumentos de planificación socioambiental, gestión y articulación institucional para alcanzar la sustentabilidad de las regiones donde se desarrollan operaciones y proyectos mineros, promover la asociatividad entre mineros y mineras de pequeña escala, así como la industrialización a partir de minerales estratégicos, el desarrollo de nuevas alternativas productivas, la reconversión laboral, de ser necesaria, la solución concertada de los conflictos ocasionados por la minería, y generar condiciones para garantizar la soberanía alimentaria de las poblaciones”.
Dese esa perspectiva, el Ministerio de Minas y Energía viene avanzado en el diseño y socialización de Distrito Agrominero y Pesquero del Bajo Cauca con el cual se busca aprovechar; por un lado, la vocación minera de sus seis municipios -Caucasia, Tarazá, Cáceres, Nechí, El Bagre y Zaragoza-, en los cuales existe, con diversos grados de intensidad, explotación minera de pequeña, mediana y gran escala, formal e informal, especialmente explotación de oro de aluvión en los ríos Cauca y Nechí; y por otro lado, su potencial para el desarrollo productivo agrícola (arroz, yuca, plátano y ñame), pecuario, agroforestal, forestal, acuícola y ecoturístico, gracias a su diversidad de clima y suelo.
Este Distrito Agrominero y Pesquero también se plantea como una oportunidad de oro para que la subregión se convierta en actor clave para la Transición Enérgica Justa -TEJ-. Así lo considera Diana Becerra, integrante del Equipo de distritos mineros especiales para la diversificación productiva del Ministerio de Minas y Energía, quien, en un reciente encuentro en Caucasia con la Red Pluriétnica por la Defesa del Territorio, afirmó:
“La subregión se convierte en un pilar fundamental para la Transición Energética Justa. Porque la transición tiene todo que ver con la minería. No puede haber transición energética justa sin minería. Si logramos avanzar en esa planificación y en ese ordenamiento de la actividad minera desde el Distrito, vamos a lograr un proceso de reindustrialización, de energías limpias, de buenas prácticas mineras que disminuyan los impactos ambientales en la búsqueda de minerales estratégicos que le aporten a la transición, esos minerales son el oro, el cobre y algunos materiales de construcción.”
Ya se viene avanzado en ese sentido con la priorización de una primera comunidad energética en Tarazá (hay otras comunidades energéticas postuladas). Pero las posibilidades también involucran el abordaje de otro tipo de medidas, tales como: 1). Municipios energéticos; 2). Comunidades educativas-energéticas; 3). Estrategias de electro-movilidad a partir de los cauces de los ríos Cauca y Nechí. De ahí que el Distrito Agrominero y Pesquero del Bajo Cauca no solo sea una oportunidad para la gestión y planificación territorial y productiva de la subregión, sino que además cuenta con todo el potencial para convertirse en un verdadero dinamizador social de la Transición Energética Justa.
Para ello, se deben seguir los siguientes pasos: concluida la etapa de delimitación del Distrito por parte del Ministerio de Minas y Energía, se deben instalar una serie de mesas de trabajo, por municipio y comunidades, lo suficientemente amplias y representativas; y luego, conformar una Mesa de Trabajo Interinstitucional en la cual deberán confluir tanto actores institucionales de primer nivel como delegados de los sectores mineros, campesinos, pesqueros y étnicos, en quienes recaerá la responsabilidad final de crear el Plan Estratégico para la Gestión del Distrito Agrominero y Pesquero del Bajo Cauca.
Por el momento, se sigue avanzado en los espacios de diálogo y socialización para la delimitación, pero desde ya, se empieza a vislumbrar el Distrito como una posibilidad para orientar la vocación productiva del Bajo Cauca, y mucho más importante, para convertir una subregión rica en oro, pero con una altísima conflictividad social, en un referente nacional e internacional para la Transición Energética Justa. Por donde se le mire, la apuesta no resulta siendo menor.
Thank you for sharing this informative piece about the opportunities for energy transition in Bajo Cauca. It’s impressive how strategic planning and dialogue can create sustainable growth for both mining and agricultural sectors. The focus on environmental and social development in this region is crucial for its future.
By the way, if you’re involved in any logistics or packaging projects, I highly recommend these containers: https://mcdonaldpaper.com/safepro-sc2-12c-12-oz-cube-clear-pet-plastic-square-deli-containers-500-cs/. They are perfect for organizing and storing goods efficiently!