top of page
  • Foto del escritorColaboradores

«Dejamos las armas, pero el conflicto social continúa»

Por: Daniel Parra Villamizar. Colaborador PARES


«La negativa de nosotros de salirnos de Caño Indio no es por capricho. Incluso les decíamos: el ETCR allí ha servido, no solamente para el proceso de reincorporación nuestro, ha servido también para la reincorporación del Estado con esas comunidades que han estado abandonadas por años. Allá lo que había era una trocha, no se puede decir que está en la mejor vía, pero algo se ha mejorado y la intención es seguir mejorando. La electrificación es un proyecto que está, va un poco más avanzado, pero que está detenido porque le hace falta como más de cuatro mil millones de pesos, pero nosotros con la comunidad hemos estado luchando para que la electrificación sea un hecho, para ver quién nos aporta esos millones. Lo mismo con los proyectos productivos.»


PARES habló con Lucy Giraldo, Consejera Política Departamental de las FARC en Norte de Santander, para conversar un poco sobre EL ETCR de Caño Indio, sobre los anuncios gubernamentales, y sobre la violencia en el departamento.


PARES: Vimos que el pasado 12 de Junio se mantuvo en las redes la campaña de #CañoIndioEsFuturo ¿En qué quedó el tema del traslado del ETCR de Caño Indio?


Lucy Giraldo: Bueno, efectivamente empezamos a hacer una campaña en vista de los anuncios gubernamentales. Estos eran “que se iba a cerrar o a trasladar”, decían ellos, el ETCR de Caño Indio, así como 10 ETCR más. Nos llamó la atención porque en vista de ese anuncio con nosotros no se había consultado nada, y eso nos preocupó muchísimo. Debido a eso, empezamos a ejecutar la campaña #CañoIndioEsFuturo y de Caño Indio no nos vamos. Entonces el 12 de Junio realizamos un encuentro allí; fue el Consejo Nacional de Reincorporación, CNR, (conformado por algunos miembros del gobierno con la ARN y miembros de FARC). Aquí estuvo Andrés Stapper, Director de la ARN, y estuvo Pastor Alape, quien nos representa en el Consejo Nacional de Reincorporación.


En ese encuentro, hubo, por así decirlo, dos partes, una entre FARC y Gobierno, donde discutimos las problemáticas de allí de Caño Indio. Discutimos el planteamiento que ellos nos traían, y también el planteamiento que nosotros teníamos frente a eso.


Allí nos argumentaban que en Caño Indio estaba la problemática de la tierra, que no era viable, que estaba la opción de movernos para el municipio de Los Patios en Norte de Santander, o, comprar un predio por ahí pero que ahí no.


PARES: ¿Qué decían ellos de la tierra de ahí?


LG: Que no era viable comprarla porque eso era un terreno baldío. Pero nosotros ya nos habíamos adelantado un poco en ese tema y lo estudiamos; que ese terreno no está en Ley Segunda, que no está dentro de los Parques Nacionales, y que no está dentro de las pretensiones de extensión de la zona de la Nación Barí. Entonces, como ya teníamos esas claridades, supimos responderles: ¿“no, que los terrenos son baldíos”? pues más fácil señores del gobierno, cuando los terrenos son baldíos, el Estado puede asignar esas tierras sin mucho problema. Entonces ellos quedaron así como que “bueno”, tuvieron que hacer ahí un análisis y luego nos trajeron una propuesta.


La segunda, resulta que también se estaba adelantando conversaciones, aparte de la campaña de #CañoIndioEsFuturo, desde allá y con los compañeros del ETCR, los que dirigen este tema (Jimmy, Karina, Willi), con la Alcaldía de Tibú, con el cura Víctor Hugo, y entonces empezó a surgir la idea de que se puede comprar ese terreno, así se diga que es baldío, la mayor cantidad de tierras que hay en el Catatumbo están bajo esa figura, pero están ocupadas por campesinos que de una u otra manera (por refugiarse, por resguardarse) fueron a colonizar esas tierras. Entonces, esa es otra campaña que sigue, porque esa todavía sigue; y con acompañamiento de la iglesia.


Se empezó a hablar, por un lado, con el Alcalde, por el otro con los palmeros. Tibú es una zona con mucha palma, tiene muchísima palma. Ahí dice uno, bueno, en los últimos tiempos, se les ha facilitado para que avancen las plantaciones de palmas, y además, es una empresa, es una asociación de palmeros que tienen plantas extractoras.


Se empezó a hacer el planteamiento de que esos terrenos se pueden ayudar a comprar con la colaboración de ellos, ellos están más solventes económicamente y, pues, la iglesia contribuyó a tocar esas puertas. Eso llamó la atención y hubo receptividad en se sentido. Por eso, el 12 también hicieron allá presencia representantes de la Asociación de Palmeros de Tibú. Porque ellos están dispuestos a comprar esos terrenos ahí. Entonces es una campaña que se está haciendo ahí entre la Diócesis, la Alcaldía, y la Asociación de Palmeros; para comprar ese terreno.


Nosotros nos sentimos responsables, y también nos afecta muchísimo el hecho de que no se haya dado de la mejor manera el proceso allí en esas cuatro veredas, que son el núcleo veredal de Caño Indio (así lo llamamos nosotros) pero son cuatro veredas, que los campesinos se comprometieron a no sembrar coca. A nosotros nos ha afectado mucho que ellos no hayan tenido unos proyectos viables, hasta el momento. A a esas familias, y desde hace poco, se les empezó a resolver y gestionar lo de la Seguridad Alimentaria (eso tiene proyectos de seguridad alimentaria (hasta ahora) pero proyectos productivos que garanticen su sostenibilidad: no). Ese proceso sí va un poco más lento. Entonces, por eso también nos hemos sentido comprometidos, y al salir de allí, implicaría dejar abandonado lo que hemos estado luchando durante tanto tiempo.


Por lo tanto se sigue con la iniciativa de la sociedad civil de comprar la tierra para que el ETCR se mantenga ahí (en la vereda Caño Indio). Pero por otro lado, elegimos un terreno que tenga escrituras (por ahí aledaño al ETCR) para que el gobierno lo compre y desde allí empezar a ejecutar los proyectos: bien sean productivos o de vivienda. ¡Porque nosotros esperamos que el gobierno nos cumpla en caño Indio, en el Catatumbo! Que no se vaya a quedar ahí como que nos dieron una tierra y ya. Uno espera, y ojalá sea así, porque, como decimos nosotros, Caño Indio es como un espejo en el que, en estos momentos, se están mirando todos: FARC, comunidades, y grupos que siguen armados en el Catatumbo; entonces es como ese espejo para mirar, pero también es un mensaje. Por eso la insistencia de nosotros. Aunque existan muchas dificultades en la implementación ¡queremos que se mantenga ese espacio!


PARES: ¿El Gobierno accedió?


LG: Sí, eso ya quedó como acuerdo. Es decir, continúa el ETCR ahí donde está para que la iniciativa de la sociedad civil siga caminando, pero a la vez, el Gobierno se compromete a comprar un terreno aledaño, en el cual, nosotros, los reincorporados, podamos tener la facultad y la obligación porque se nos hace una necesidad de realizar los proyectos.


PARES: Teniendo en cuenta la cifra de excombatientes y de líderes sociales asesinados ¿Cómo ve al ETCR de Caño Indio, y en Norte de Santander en general, el tema de la seguridad para los exguerrilleros, y el tema de los derechos humanos para la ciudadanía en general?


LG: Yo creo que existe, digamos, preocupación aquí en el Norte de Santander por todos los casos que se han presentado. No deja de preocuparnos aunque tengamos que colocar como ejemplo que dentro del ETCR de Caño Indio, hasta el momento, no ha habido ningún asesinato, ningún caso relevante. Pero hay que decir que a nivel de Norte de Santander, y sobre todo en el Catatumbo, se vienen presentando hechos que hemos estado lamentando (¡más que lamentando: rechazando!) porque ya van como unas 16 personas asesinadas que estaban dentro del proceso de reincorporación. Y además, diría yo, hay 30 casos de amenazas, y no precisamente en el ETCR: en la región. Eso nos preocupa muchísimo.


Y además de eso, en estos momentos (bueno, uno habla de la región donde está) eso hace parte de todo lo que se viene presentando a nivel nacional. No es una característica única de aquí de Norte de Santander, sino que es una cuestión que viene pasando, y viene pasando en diferentes partes: vienen matando compañeros que están en proceso de reincorporación.


Eso es un mal mensaje, eso no deja de preocuparnos, pero en estos momentos yo digo: es un mal mensaje para la paz, pero al igual lo que se busca es generarnos miedo, zozobra, de dejarnos como quien dice “bien quieticos, y bien calladitos”, pero la reflexión es que eso no nos puede paralizar. Yo creo que vamos a tener que estar hablando mucho, denunciando mucho, expresando el rechazo ante todo esto que se viene presentando porque sí, nos debe preocupar, nos debe alarmar ¡pero no nos puede amilanar! (como decía Alfonso Cano).